Un recorrido que sumó más de 40.000 Km de vuelo y más de 150 horas de mediciones uniendo alrededor de 22 países. Una aventura en nombre de la ciencia. Foto: Patagonia Alaska y @willie_canaveris

Un recorrido que sumó más de 40.000 Km de vuelo y más de 150 horas de mediciones uniendo alrededor de 22 países. Una aventura en nombre de la ciencia. Foto: Patagonia Alaska y @willie_canaveris

Un recorrido que sumó más de 40.000 Km de vuelo y más de 150 horas de mediciones uniendo alrededor de 22 países. Una aventura en nombre de la ciencia. Foto: Patagonia Alaska y @willie_canaveris

Un recorrido que sumó más de 40.000 Km de vuelo y más de 150 horas de mediciones uniendo alrededor de 22 países. Una aventura en nombre de la ciencia. Foto: Patagonia Alaska y @willie_canaveris

SIN PRECEDENTES

Culminó con éxito el desafío de argentinos que unieron Ushuaia y Alaska en aeronave experimental

Juan Martín “Tinti” Escobar y Guillermo Casamayú, realizaron la primera campaña de expedición científica a bordo de un avión construido por ellos mismos en el Aeroclub de Comodoro Rivadavia

El «Proyecto Patagonia Alaska«, la primera expedición aérea científica realizada por una aeronave experimental argentina, nació a principios de 2013. Fueron sus objetivos: realizar una campaña sin fines de lucro para promover el cuidado del ambiente, potenciar la ciencia y la aviación experimental.

Según informó el medio adnsur, El Correcaminos, como decidieron bautizar la aeronave, arribó a Comodoro Rivadavia ayer 4 de agosto, luego de unir la ciudad más austral del mundo con Alaska, en un recorrido que suma más de 40.000 Km de vuelo y más de 150 horas de mediciones uniendo alrededor de 22 países. La milla cero de esta aventura científica estuvo en Ushuaia, de la que los pilotos oriundos de la localidad chubutense de Rada Tilly partieron el 8 de abril.

Sobrevolaron la Patagonia, el este de Argentina, el Amazonas, el Caribe antes de ingresar a espacio aéreo estadounidense. El 13 de julio finalmente cumplieron su meta de llegar a Alaska. En la localidad de Oshkosh El Correcaminos participó del EAA AirVenture, uno de los festivales aeronáuticos anuales más tradicionales y concurridos del mundo.

El Correcaminos es, básicamente, un monomotor Van’s RV-7 de ala baja y dos plazas. Soportó una adecuación a partir de un kit experimental adquirido en Estados Unidos. Propulsado por un motor a pistón, tiene una autonomía de hasta seis horas o el equivalente de 2.000 kilómetros. Un dato nada menor es que no cuenta con equipamiento para surcar los cielos a ciegas.

La particularidad del avión, refiere la web de adnsur, llevaba incorporados sensores en las alas para captar en tiempo real la concentración del carbono negro, proporcionando información científica de gran utilidad para la investigación sobre la contaminación atmosférica. Weekend Web se ocupó de dar la novedad y aportar información técnica específica.

Un desafío más superado gracias al ingenio argentino que, con tan pocos recursos, logra sortear aquellos retos en los que otros, que se jactan de contar con avanzada tecnología, fracasan.

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