Paisajes infinitos, soledad, silencio... Vivencias únicas de la cordillera mendocina junto a los puesteros que realizan la transhumancia del ganado desde los 1.000 hasta los 4.000 msnm. Foto: Daniel Valerio.

Paisajes infinitos, soledad, silencio... Vivencias únicas de la cordillera mendocina junto a los puesteros que realizan la transhumancia del ganado desde los 1.000 hasta los 4.000 msnm. Foto: Daniel Valerio.

Paisajes infinitos, soledad, silencio... Vivencias únicas de la cordillera mendocina junto a los puesteros que realizan la transhumancia del ganado desde los 1.000 hasta los 4.000 msnm. Foto: Daniel Valerio.

Trekking, pesca de las principales especies de la estación, mini rodantes, aventura en el hielo, estancias y muchas sorpresas en Weekend de septiembre. Foto: Weekend

AVENTURA UNICA

Cabalgatas: una experiencia que deja huella

Desde Malargüe, Mendoza, tres o cinco días a caballo junto a los puesteros que realizan la veranada del ganado por la cordillera. Una salida que permite reencontranos con lo más profundo de nosotros mismos. Por Daniel Valerio.

Por Patricia Daniele

En una de las rutas utilizadas por el ejército del general San Martín aparece una nueva propuesta de cabalgata que incluye a las tradicionales veranadas y aguas termales en los Baños del Cura. Cruzar los Andes a caballo es una experiencia que encierra diversas emociones. Es el emblema de la proeza sanmartiniana, pero también es el desafío de cada jinete a sumergirse en la inmensidad de la cordillera, en sus paisajes, sus vientos, sus silencios. Un ambiente propicio para encontrarnos con nosotros mismos. Pero además resulta ideal para compartir fogones con los baqueanos y compañeros del grupo. Es una de esas aventuras que nos dejan marcados; un antes y un después.

Así es la propuesta de Cabalgatas del Valle Noble, a la que agrega un recorrido por las tradicionales veranadas y baños en pequeños pozos termales. La organización está a cargo de Kiñe Turismo Aventura que, desde 2002, ofrece alternativas de turismo sustentable en el Departamento Malargüe del sur mendocino. Todas sus actividades se realizan junto a los pobladores de la región y viviendo, con ellos, sus costumbres y tradiciones. En este caso con los integrantes de la familia Arroyo, que llevan varias generaciones en las tierras malargüinas. 

Se pernocta en carpas, con las bolsas de dormir sobre los cómodos colchones que ofrecen las distintas capas de mantas, mandiles y cueros que integran los recados del caballo asignado a cada jinete. Además, se ofrece una gruesa frazada de lana para quien lo requiera. También está la opción de dormir a la intemperie, bajo las estrellas, una alternativa muy recomendable para admirar uno de los cielos más diáfanos del planeta.


El servicio de las cabalgatas empieza y termina en la ciudad de Malargüe, por donde se pasa a buscar a cada integrante del grupo y, al finalizar la aventura, se los vuelve a dejar en sus alojamientos. Incluye desayunos, almuerzos, meriendas, cenas, bebidas con y sin alcohol, alforjas, carpas y todo lo necesario para disfrutar de una aventura inolvidable. Sólo hay que llevar la ropa, la bolsa de dormir y los elementos personales. Los organizadores envían a los interesados toda la información sobre qué indumentaria y elementos son recomendados para la cabalgata.

En el corazón de la veranada

En cuanto a la duración de la actividad, hay dos opciones: 3 o 5 días. En los dos casos se trata de vivir con los pobladores en sus reales, que son construcciones precarias utilizadas durante las veranadas y que en el invierno quedan tapadas por varios metros de nieve.
 Al comienzo del verano, cuando el deshielo de las altas cumbres lo permite, los puesteros o crianceros realizan arreos que pueden durar 6 o 7 días trepando la cordillera con todos sus animales (chivos, vacas, ovejas, caballos) para aprovechar el abundante forraje que ofrecen los fértiles mallines cordilleranos (humedales únicos en el mundo que se encuentran en la Patagonia, por lo tanto son ecosistemas exclusivos de Argentina y Chile) durante la época estival. 


De esta forma, los productores trasladan a sus animales desde la zona baja (1.200-2.000 msnm) donde pastorean y permanecen durante la mayor parte del año, hasta los valles andinos ubicados entre los 3.600 y 4.200 metros sobre el nivel del mar.               

                                            

Esta tradición se mantiene desde la época de la introducción del caprino en la región, a mano de los colonizadores españoles desde la capitanía de Chile en el siglo XVII. Los animales retornaban después a la zona de la planicie de Malargüe en el otoño, antes de las primeras nevadas. Estos recorridos pueden llegar hasta los 250 km entre el ascenso y el descenso a la cordillera andina.


Si bien la trashumancia de la veranada se realiza anualmente de manera rutinaria y sin una planificación definida, desde el punto de vista del uso del pastizal natural se transforma en una extraordinaria herramienta de manejo que permite el descanso y la recuperación de las especies vegetales de mayor incidencia en el consumo de los animales, tanto en la planicie como en los valles cordilleranos.
En el Siglo XXI la veranada sigue siendo una práctica ancestral que aún realizan los hombres de la familia y que lleva a que al final del verano, cuando regresan a sus casas en la meseta malargüina, se celebre la Fiesta Provincial de la Vuelta del Veranador, a la que muchos consideran como la Fiesta del Reencuentro, ya que se vuelve a unir toda la familia.

Baños en aguas termales

Las dos alternativas que ofrecen las Cabalgatas del Valle Noble llegan hasta la laguna Las Cargas, en las inmediaciones del límite con Chile, y en ambas se puede disfrutar de un baño en las termas conocidas como Baños del Cura. Los pobladores dicen –aunque no lo pueden asegurar– que eran usados por un sacerdote y que de ahí deriva su nombre. Se trata de pequeños pozos en los que emanan aguas termales en medio de una de las laderas de las altas montañas cordilleranas.

Resta decir que estas cabalgatas no ofrecen riesgos para los jinetes, pero requieren tener experiencia previa en cabalgar. Los caballos son mansos, pero no son caballos de calesita y sólo se necesita seguir las indicaciones de los baqueanos que acompañan durante todo el trayecto asistiendo a los intrépidos jinetes. 

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