Los turistas que viajan a Cuba suelen ir al oeste de la isla, a la ciudad de La Habana y a las playas de Varadero. Pero las desconocidas tierras del este también son muy atractivas con sus paisajes naturales, playas solitarias y la historia revolucionaria de Fidel Castro y el “Che” Guevara.
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Fidel Castro ha muerto y en Cuba se aprecian señales de progreso. Pero Roy Pérez está seguro: “Aquí en el este de la isla todavía tardará en abrir el primer McDonald’s”. Hace dos años este cubano abrió en el centro de la ciudad de Santiago de Cuba su pequeño hostal
llamado “Roy’s Terrace Inn”.
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Tras la apertura política en Cuba vienen sobre todo estadounidenses. Muchos alemanes quieren vivir el país tal y como era antes, y esto es especialmente posible en el este. “Esta parte de la isla es paisajística y culturalmente mucho más auténtica, más cubana que el oeste o La Habana, que es lo que más frecuentan los turistas”, comenta Pérez.
La Habana será la capital política de Cuba, pero Santiago, fundada en 1514, es la capital indiscutible de la alegría de vivir, la música y la Revolución. A pocos minutos del hotel de Pérez está el Museo de la Revolución. Desde el balcón del Ayuntamiento Castro proclamó el 1 de enero de 1959 la victoria de la Revolución.
José Martí, poeta nacional cubano y héroe de la libertad, empezó su lucha por la independentista contra los españoles en Santiago de Cuba. Sus restos descansan en el cementerio de Santa Ifigenia en un mausoleo de 24 metros. Al su lado fueron enterrados el 4 de diciembre de 2016 los de Fidel Castro.
En aquel tiempo Santiago de Cuba era el mayor puerto para los españoles y el lugar de intercambio de esclavos. Y dan fe de ello los interminables cafetales de camino a Baracoa en los que tuvieron que trabajar.
El viaje pasa cerca de la tristemente célebre base estadounidense de Guantánamo. Al principio la provincia del mismo nombre es árida, pero a medida que nos introducimos en el serpenteante paso de montaña La Farola y en su densa selva montañosa, el paisaje cambia completamente.
Las montañas y las aun hoy en día malas carreteras aislaron la ciudad costera de Baracoa durante siglos. Pero precisamente gracias eso la localidad más antigua de Cuba, fundada en 1511 por el conquistador español Diego de Velázquez, preserva su encanto colonial. Fue en la bahía de Baracoa donde en 1492 Cristóbal Colón puso por primera vez un pie en la isla de Cuba.
El entorno es un paraíso para los amantes de la naturaleza y el senderismo. La ciudad está rodeada de plantaciones de cocoteros, campos de cacao y selvas tropicales. Las excursiones llevan a El Yunque, una meseta de 575 metros que la Unesco reconoció en 1987 como Reserva de la Biosfera.
Lo vírgenes que son aún las montañas tropicales de Baracoa puede apreciarse claramente en el Parque Nacional Alexander von Humboldt. Fernando, guía del parque, enseña durante las excursiones multitud de plantas y animales endémicos. “Casi el 70% solamente existen en esta región”, explica.
Fernando es descendiente de los indios taínos y encuentra entre helechos gigantes, vetustos árboles, plantas de piña y olorosas orquídeas las sensaciones más pequeñas y a la vez más grandes del Parque Natural. Con un centímetro de tamaño, la monte iberia es una de las especies endémicas de rana más pequeña del mundo. También el
zunzuncito, un colibrí enano considerado el pájaro más pequeño conocido.
Solo a unas pocas horas en coche de estas playas de postal nació Fidel Castro. En la antigua Finca Manacas, en Birán, que hoy es un museo de arte al aire libre. El padre de Fidel Castro y de su hermano Raúl era un adinerado terrateniente, como puede comprobarse solo con ver la gigantesca mansión.
Pero el verdadero paraíso para los románticos de la revolución aguarda más al sur en la provincia de Granma, con la Sierra Maestra y la playa Las Coloradas, a la que llegaron desde el exilio en México en el barco “Granma” Fidel Castro y Ernesto Che Guevara el 2 de diciembre de 1956, con apenas 80 rebeldes para comenzar la Revolución.
”En realidad llegaron a una parte donde ya no había playa y tuvieron que luchar durante horas para abrise paso a través de un denso manglar”, relata José Fernández, guía del parque natural.
Desde el pueblo de montaña Santo Domingo salen tours de varios días por el Parque Nacional Turquino, donde está la montaña más alta de Cuba, el Pico Turquino, que mide 1974 metros.
La mayoría de los visitantes se inclina sin embargo por una excursión de un día al centro de mando de Fidel Castro, la Comandancia General de la Plata. En la densidad de la jungla los guías locales enseñan la estación radiofónica “Radio Rebelde” y el hospital de campaña en el que el mismo Che Guevara atendió a los guerrilleros heridos. Incluso
la cabaña de Fidel Castro sigue allí y conserva la cama y la nevera con agujeros de bala.
”Solo se podía cocinar durante la noche para que el humo del horno no nos delatara”, recuerda Juan González, de 67 años. Entonces tenía diez años. “Mi padre ayudó a Fidel Castro y al Che Guevara, que en aquel entonces no conocían la montañas. Frecuentemente me llevaba consigo o ellos venían a vernos”, revela el cafetero de Santo
Domingo.
”Castro era estricto con sus hombres pero muy cariñoso con los aldeanos. Tenía un enorme carisma y nos prometía un futuro mejor”, dice González. Por eso nadie reveló nunca su paradero exacto.
Probablemente Fidel Castro tenga siempre un lugar en los corazones de los cubanos. Es posible también que su fama crezca aún más tras su muerte y que atraiga a más turistas.
Información:
Época para viajar: con un promedio de 25 grados la estación seca entre noviembre y abril es la más fresca y menos lluviosa. Entre mayo y octubre es caliente y sofocante.
Para volar: Condor tiene un vuelo directo desde Holguín, Iberia y Air France desde La Habana a Santiago de Cuba. Desde allí hay que continuar con coche de alquiler o autobús. Debido a la demanda y a las limitadas ofertas, el turista debe reservar el automóvil con antelación.
Entrada al país: Es necesario el visado y tener un billete de regreso además de pasaporte en regla con validez al menos para los próximos seis meses. A veces también es necesario un seguro médico extranjero.
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