A comienzos del siglo XX, dos historias de inmigrantes europeos se entrelazaron en la vasta soledad patagónica y dieron origen a la Estancia El Pedral, un rincón donde la estepa se inclina hacia el océano bajo la vigilancia inmóvil del faro de Punta Ninfas, equidistante de Trelew y Puerto Madryn.
En 1920, Félix Arbeletche –un vasco que había llegado a Península Valdés en 1898– adquirió estas tierras y decidió construir para su esposa, María Olázabal, un hogar amable dentro de un paisaje que exige espíritu recio. Mandó traer desde Europa los materiales, muebles y estructuras, que de-sembarcaron directamente en la playa de piedras, donde el mar cae en profundidad apenas a metros de la costa. La casona, inaugurada en 1923, conserva su torre mirador y el techo rojo originales: un faro que también se volvió emblema del horizonte.

Por esos mismos años, otro inmigrante, el alemán Rudolf Henry Grimm -llegado en 1907- también echaba raíces en la región. Su hijo, Rodolfo Grimm, destacado productor ovino y lanero, compró en 1954 la estancia vecina Bahía Cracker. Décadas después, en 1990, la familia Grimm/Stocker incorporó la histórica propiedad del Pedral, uniendo legados que parecían destinados a encontrarse.
En 2025, El Pedral volvió a ser una estancia completa: casco histórico, campos productivos, mar y playas integrados en un sólo proyecto familiar. Respetando su valor patrimonial y natural, la familia Stocker la abre como hotel boutique y como propuesta de día de campo con pingüinos, uniendo vida rural, historia y fauna en un relato que continúa escribiéndose.
Cormoranes imperiales: centinelas del acantilado


Frente al Atlántico, dentro del Área Natural Protegida Punta León -creada en 2004 para resguardar la biodiversidad costera- se despliega una de las colonias más notables de cormoranes imperiales (Leucocarbo atriceps) de la Patagonia. Miles de aves anidan cada primavera sobre repisas esculpidas en la roca. Con el pecho blanco y el lomo negro acerado, forman un damero viviente que desafía el viento y las olas.

El cormorán imperial es una de las especies marinas más abundantes del litoral patagónico, con más de 50.000 parejas reproductivas distribuidas entre el golfo San Matías y Tierra del Fuego. Investigaciones del IBIOMAR-CONICET, lideradas por Flavio Quintana, indican que las poblaciones de Punta León y Punta Ninfas se mantienen estables o incluso en leve aumento, una noticia alentadora en tiempos de declive global de aves marinas.

¿Cuánto saldrán las vacaciones en Miramar?
Su rol es vital: actúan como termómetros del mar, dependientes de peces bentónicos como las brótolas, propias de las aguas frías y fértiles del golfo Nuevo. En marea baja, regresan empapados y extienden las alas al sol. La escena -cotidiana e hipnótica- puede observarse desde un mirador al que se accede a pie acompañados por el guía de la estancia.
Elefantes marinos: gigantes del Atlántico Sur
En otras playas de El Pedral se desarrolla cada año un espectáculo tan primitivo como imponente: el arribo de los elefantes marinos del sur (Mirounga leonina). Los primeros en llegar, en agosto, son los machos dominantes, enormes, marcados por viejas batallas. Superan las cuatro toneladas y alcanzan seis metros de largo. Avanzan torpemente sobre la arena para reclamar un territorio donde formarán su harén. Las disputas son breves, brutales: un sólo cabezazo basta para decidir el mando.
Las hembras -menores, de unos 600 kilos- arriban poco después para parir y amamantar. En apenas 20 días, las crías duplican su peso. Entonces las madres vuelven al mar y emprenden viajes que pueden superar los 1.000 kilómetros. En profundidad, el elefante marino se convierte en un prodigioso buceador: desciende más de 1.500 m y permanece hasta dos horas en la oscuridad abisal persiguiendo peces y calamares.

Durante el resto del año, las playas reciben juveniles y hembras inmaduras que descansan entre travesías oceánicas. A distancia parecen rocas; un leve movimiento revela su presencia. Torpes en tierra, sorprenden por su velocidad si se sienten amenazados. Por eso, los guías repiten las reglas esenciales: no caminar nunca entre ellos y el mar, mantener distancia y moverse en silencio. Es imposible no detenerse en su mirada: ojos grandes, húmedos, casi tiernos. Un contraste que despierta respeto e intriga por este animal cuya vida es, en esencia, más marina que terrestre.
Una estancia entre el campo y el mar
El Pedral, por su ubicación, es un escenario privilegiado para quienes buscan naturaleza en estado puro. En un solo día es posible observar pingüinos, cormoranes, lobos y elefantes marinos, además de guanacos, maras, zorros y ñandúes. Y luego compartir un almuerzo campero con cordero patagónico y pan casero.
La casa principal, de estilo normando, mantiene intacta su elegancia. Sus seis habitaciones ofrecen una experiencia que combina confort con autenticidad: comidas caseras, vinos regionales y la hospitalidad cercana de la familia Stocker y su equipo. La casa puede reservarse completa para grupos, ideal para quienes parten en travesía entre amigos. Afuera, la Patagonia habla con su voz más profunda: acantilados de más de 60 m, 9 km de costa de pedral y aguas tan profundas que las ballenas francas australes se acercan a metros de la orilla.

Entre agosto y septiembre, las ballenas paren y amamantan frente al casco. Desde tierra, el espectáculo es tan íntimo que el barco se vuelve innecesario. En noviembre, las orcas patrullan la costa, atraídas por las crías de elefante marino. Y entre septiembre y fines de marzo, la colonia de pingüinos de Magallanes se convierte en otro protagonista irresistible antes de migrar y repetir el ciclo.
El Pedral es un laboratorio vivo donde historia y naturaleza dialogan sin urgencias. En este punto donde la estepa se funde con el mar, la inmensidad recuerda algo esencial: la necesidad de proteger el equilibrio natural, de frenar la llegada de plásticos al océano, de mirar el paisaje con la responsabilidad de quien sabe que todavía respira, y que depende de nosotros que siga haciéndolo.
¿Te apasiona la vida al aire libre, la aventura y la naturaleza?
Recibí las mejores notas de Weekend directamente en tu correo.
Suscribite gratis al newsletter.
































Comentarios