Nadie podría negar que la ilusión sería lo que movería a los 5930 pescadores que se ubicaron en la costa tresarroyense para participar de las míticas, legendarias e históricas 24 horas de la Corvina Negra. Todos soñaban con esa captura que le permitiera ingresar en esa selecta galería de ganadores o, tan solo, dentro de los 50 mejores clasificados, un logro que no cualquiera puede obtener entre semejante concurrencia. Una rubia o una morocha podían ser la llave en esta nueva edición, la 63°, del evento más grande de pesca en aguas abiertas de Sudamérica en las playas de Claromecó, Reta y Orense.
El concurso inició a las 15 hs cuando los plomos volaron por el aire y cayeron al Mar Argentino cargados de langostinos, chipirones o anchoas. Hubo quienes apostaron por los saltos pensando en las corvinas, algunos más lejos y otros cerca pensando en las negras. Pero también estuvo el que buscó la arena, pensando en un buen banco que le dé un chucho digno de la pieza mayor. Un sábado que había arrancado a pleno sol, viento norte, alta temperatura y un pique aceptable, pero con el correr de las horas, rotó al sur y empezó a complicar las condiciones del mar. Debido a esa condición, no hubo bajante en la marea y en la madrugada se vivieron momentos de zozobra en varios campamentos, ya que pertenencias personales de los pescadores y vehículos se vieron afectados por este fenómeno. Los inconvenientes con la crecida iniciaron cerca de la medianoche y lo peor se vivió cerca de las 3 de la mañana. Lo peor se dio en la costa hacia el lado de Reta dentro de la cancha de pesca, y afortunadamente no pasó a mayores y solo se requirió de la intervención de varios tractores para retirar autos, camionetas y casillas. En el último tercio del concurso, ya el viento se clavó del este, con un mar fuerte y una pesca que, tras ser casi nula en la madrugada, volvió a entregar algunas piezas.
Oriundo de Lobería, Valentín Vidal era uno de los que tenía la ilusión de meter una captura y clasificar en el torneo. Por consejos de amigos con los que compartiría el concurso, optó por la zona de El Pescadero, un punto que fue incluido este año en la cancha, ya en proximidades de Orense. El grupo muy rápidamente se dio cuenta que no estaban errados, ya que desde un principio aparecieron las capturas, siendo la de Vidal la primera corvina negra válida en el pesaje y la que terminaría siendo la más pesada de 24 horas de pesca. Vaya paradoja, lo que pensó lograr dentro de un día completo, en 20 minutos estaba todo dado para el loberense. “Fue una larga espera, una lucha constante con el nerviosismo, con la ansiedad, porque la saqué a las 15.17 y hubo que esperar todo un día. Incluso, al llegar acá a la premiación, al final me enteré que venía una corvina negra y pensé que en el último minuto me ganaba”, expresó el pescador que, aunque es la segunda vez que participa de este mítico concurso, tiene una larga trayectoria dentro de la actividad piscatoria y es un constante animador del circuito de competencias de la Federación de Pesca y Lanzamiento de Buenos Aires, representando a Lobería, tanto con la Peña Pescadores como ahora con el Club de Pesca.
Tras un arranque explosivo que completó el podio casi en una hora con negras, la clasificación se fue moviendo muy poco, hasta que a 10 minutos del cierre del concurso se informó que un control que venía de la zona de Pescadero traía una negra que pelearía por el triunfo. Sería un ejemplar de 1,587 kg, solo 21 gramos menos que la captura de Vidal y que permitió subir al segundo lugar del podio a Juan Pablo Ferrante. El tresarroyense, una de las caras del emblemático comercio local La Boutique de la Carnada se llevó una Toyota Hilux 4×2 0 km, y desplazó al último lugar del podio a Guillermo Arán, de Barrow, quien había capturado un pichón de 1,576 kg, en Franganillo a las 19hs, pieza que le dio un automóvil Toyota Yaris 5 puertas 0 km. Arán, otro experimentado que recorre los torneos y los distintos pesqueros de la región, cristalizando un sueño al subir al podio. Con la sorpresiva última pieza, cayó al cuarto lugar Juan Swaels, quién por seis gramos se quedó sin auto de premio. Se trata de otro de vasta experiencia en el torneo que ya ganó el certamen en 2005 y fue segundo en 2008, entre otros logros.
Concurso paralelo
Aunque las corvinas son las grandes estrellas de la fiesta, los pescadores buscan quedarse con un torneo paralelo que apunta a la pieza de mayor peso. Allí, luego de las 24 horas de competencia, el ganador fue Alejandro Montes de Oca de la ciudad de Mar del Plata, quién pescó su pieza, un chucho de 9,510 kilogramos, a las 17 hs del sábado en la zona de las Plantas de Kuhlman, ejemplar que le permitió hacerse acreedor de un automóvil Toyota Yaris O km. Completaron el podio Renato Croce de Saladillo con un chucho de 7,540 kilogramos y en tercer lugar Fernando Andino de la localidad de Cerri con un pez Violín de 6,730 kg. Visiblemente emocionado, el pescador marplatense expresó su alegría por haber compartido el torneo junto a su hijo y, aunque destacó el valor del premio, su mayor orgullo era el trofeo. “He participado en muchos torneos, recorrido miles de kilómetros y he tenido mala suerte. En Claromecó siempre había pescado cerca del Pozo de Alonso, y esta vez decidimos pescar en la arena, y tuve la suerte que picó”, indicó el pescador de 50 años.
Balance positivo
A pesar de los momentos de zozobra que se dieron en la madrugada, algo habitual en esta competencia que tiene todos los climas en 24 horas, fue un nuevo éxito organizativo del Club Cazadores de Tres Arroyos. Una verdadera fiesta de la pesca deportiva que, como siempre, contó con una transmisión radial de 36 horas de LU 24 Radio Tres Arroyos y de otros medios de la ciudad, y que sigue creciendo desde aquella primera edición donde se inscribieron 58 personas, ganada por Ever Chachero durante la segunda jornada en 1962, con aquella corvina negra de 19,300 kilogramos. Un torneo que llegó al récord de inscriptos en 1987 con 6.862 pescadores, cifra que parece no quedar tan lejana con los 5930 pescadores presentes en este 2025 que servirá para proyectar una próxima edición aún mejor.
Lo que viene
Tras “Las 24”, los fanáticos de la ruta de los concursos en el mar no tendrán descanso y este fin de semana se viene la propuesta de los amigos de El Marlín Club de Pesca San Cayetano, una institución que año tras año realiza con eficiencia un torneo que se volvió un clásico y que acapara a los pescadores de la región. Hablamos de “La Rubia de San Cayetano”, concurso que este año reparte más de $ 100.000.000 en premios y tiene en su grilla, dos vehículos 0 km. Será el domingo 16 de febrero, de 9 a 17 hs. El torneo tendrá una inscripción de $ 120.000, una cifra y una historia del concurso que hacen de esta propuesta una de las más interesantes del verano en la costa.
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