Claromecó es sinónimo de verano, de mucha arena y de corvinas negras, en alusión a su gran torneo de 24 horas. Es la playa más visitada del partido de Tres Arroyos que cada temporada estival se viste de fiesta con innumerables propuestas para el turista. Pero también tiene opciones que se pueden disfrutar todo el año, entre ellas, la pesca embarcada, una opción que no en todas las playas se encuentran, ya que muchos prestadores optan por guardar sus embarcaciones una vez que se va el calor.
Allí encontramos a Juan Dibbern, el capitán de Audaz, una lancha para seis pescadores que sale desde el balneario y quien, semanalmente, nos mantiene informados de cómo viene la pesca en la zona. Brindan el servicio todo el año, siempre que el clima lo permita, y en sus salidas vemos una multiplicidad muy importante de especies.
En una de sus últimas incursiones, tras varios días de mal clima, la idea era ir por una especie, pero se toparon con otra sobre la marcha. Esto fue el sábado 15 cuando ingresaron junto a un grupo de aficionados en búsqueda de meros y salmones probando nuevas piedras. La sorpresa fue cuando se encontraron con otro pez que los esperaba, muy hambrientos y activos. Se trataba de los cazones, los que brindaron excelentes peleas y muy buenos tamaños. Cabe destacar que Audaz es parte del conocido Proyecto Conservar Tiburones en Argentina, siendo todos los ejemplares marcados y devueltos al agua.
A la pesca de cazones se sumaron los meros, besugos colorados, bagres grandes, pez palo y alguna pescadilla. El salmón brilló por su ausencia, pero con la presencia de los escualos, nadie se acordó de ellos.
Según nos ha dicho Juan, hay señales que marcan que los cazones están abajo. Por ejemplo, cuando el frenesí de piques de pescadillas es cortado bruscamente, sin dudas, la presencia de ellos es clara. Ahí la clave es agrandar la carnada, puede ser un buen filet generoso de magrú o de besugo colorado, como puede ser también, la cabeza del calamar con los tentáculos, otro cebo que atrae a estos ejemplares que andan detrás de las pescadillas, lo que las torna otra carnada interesante. La técnica para que el pescador no pierda tiempo y pueda seguir con actividad es encarnar chico abajo, para seguir con las capturas variadas, y dejar el generoso encarne arriba, esperando el pique de los cazones.
Con un otoño que será ideal para disfrutar del mar embarcados, nada mal agendar esta propuesta que encontramos en el sur bonaerense y que nos permitirá disfrutar de una calificada variedad de especies. En este caso, en Claromecó, a poco más de 560 km de la Capital Federal, una excelente alternativa para disfrutar de buenos piques.
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