Las sardinas al vuelo brillaron en un emblemático encuentro 

El 29 de agosto de 1954, un grupo de entusiastas aficionados por el aire libre decidieron tener un espacio para compartir su pasión por un deporte en auge que combinaba el contacto con la naturaleza y el amor por la caña. Para desarrollarlo buscaron un lugar bien alejado, al borde mismo de la provincia de Entre Ríos, al cual para llegar debían cruzar extensos kilómetros de ruta de tierra y cursos de agua que debían sortear en balsa sin tener adonde aprovisionarse en el camino. Todo un desafío sólo para románticos que, a través de las décadas, dejó por legado lo que es hoy el Club de Pesca Guazú. 

70 años más tarde los asociados disfrutan de su predio, ubicado apenas a 1.000 metros del puente de Zárate Brazo Largo, sitio que convocó a los cañófilos el pasado domingo 15 de septiembre, jornada en la que se llevó adelante el gran encuentro que llevó el nombre de Torneo Aniversario y que contó con la presencia de más de 60 pescadores de primer nivel. Ellos dieron cátedra de cómo obtener a la pequeña y esquiva sardina. Aunque no se dio la cantidad de capturas esperadas, el pique fue sostenido, utilizándose la técnica de pesca al vuelo. Se trata de una fina combinación de spinning y carnada a la vez. Para ello lo recomendable es utilizar una caña de 2.4 a 3.6 m, como máximo, con un reel liviano, ya sea frontal o huevito, y un plomo ranita, triangular o redondo de 40 a 70 g. Una clave: anzuelos bien abiertos para que la sardina ni bien lo toque, se agarre. 

Una técnica simple

La modalidad no tiene misterios, sólo es necesaria una línea de fondo con dos anzuelos, lanzar y luego recoger de forma lenta mientras vamos traccionando la caña y aplicando pequeños tirones de forma suave, generando una tensión que va a hacer que la carnada llame la atención, atrayendo al pez. De esta manera se fueron completando los puestos de las planillas en las distintas categorías, con destacadas labores de representantes del Club de Pescadores, Olivos, Garín Pesca, Asociación Argentina de Pesca, Mar de Ajo, Peña el Remanso, Peña Piscatoria y el gran ganador, Pira Carú, quienes disputaron pieza a pieza los puntos que los acercaba a la copa, mientras entre las capturas se contaban bagres de todo tipo, bogas y algún doradillo. 

El cierre fue al comienzo de la tarde, en el quincho al aire libre, que se encontraba colmado de pescadores que esperaban la fiscalización final. El almuerzo criollo fue el complemento para esa fiesta que tuvo, al llegar la hora del café, la entrega de premios. La copa Challenger “Gabriel Antenucci”, en la categoría mayores correspondió a Tomás Ubertone, representante de Pira Carú, en senior fue destacado José Díaz del Club Mar de Ajo, mientras que en cadetes Alexia Bravos, Chiara Fangi, entre las damas, quien además es integrante de nuestra selección nacional de longcasting.