El salmón Chinook se establece en el río Limay, una especie que, si bien atrae a los pescadores, podría competir con la fauna autóctona especialmente por su tamaño. Se trata de una especie territorial y agresiva. Foto: Weekend

En toda Latinoamérica, muchas especies introducidas —plantas, animales y microorganismos— han logrado establecerse fuera de su hábitat natural, generando impactos graves e incluso irreversibles. Foto: Creative Commons

PROBLEMAS EN EL SUR

Otro pez exótico e invasor pone en alerta a la Patagonia

A la carpa se sumó el salmón Chinook, una especie muy valorada por el pescador deportivo pero que genera preocupación por su potencial impacto en la fauna autóctona.

Por Jorge Virgilio

La llegada natural de cualquier especie invasora genera preocupación por el impacto en la fauna autóctona y el equilibrio del ecosistema acuático. En este caso, a la aparición hace algunas décadas de la carpa, un pez poco valorado por el pescador deportivo, se sumó la presencia del salmón Chinook en el río Limay, otro exótico que llegó desde el Atlántico y encendió las alarmas en el sur del país, especialmente por la provincia de Neuquén, en la que ya autoridades expresaron su preocupación.

El salmón Chinook (Oncorhynchus tshawytscha) es un pez anádromo, que nace en agua dulce, migra al mar para crecer y luego vuelve a los ríos para desovar. Sin embargo, a diferencia de otras introducidas por el hombre, este salmón llegó de forma natural al remontar el río Limay desde el océano Atlántico, alcanzando zonas como Arroyito. El Director Provincial de Fauna, Nicolás Lagos, advirtió que este pez es una especie territorial y agresiva que puede competir con la fauna local, poniendo en peligro la biodiversidad. Su comportamiento y tamaño le permiten desplazar y afectar a especies nativas más pequeñas o menos agresivas.

Además del impacto directo sobre otras especies, la llegada del salmón exótico trae riesgos asociados: puede transportar enfermedades y esporas marinas desconocidas para el ecosistema local, que podrían afectar la salud de la fauna autóctona. La provincia está implementando medidas de control para evitar la propagación de estas amenazas. Este fenómeno se suma a otros problemas que enfrenta la pesca y el ambiente acuático neuquino, como la proliferación del alga didymo (conocida como «moco de roca») y la expansión del sauce exótico, dos especies invasoras que alteran gravemente los hábitats naturales.

El crecimiento exponencial de la pesca deportiva en Neuquén —segunda actividad turística en importancia luego del esquí— hace aún más urgente la necesidad de preservar los recursos naturales y controlar la entrada y dispersión de especies exóticas que puedan poner en riesgo el ecosistema.

En esta Nota