Dos pesqueros que sobresalen todo el año en la provincia y que nos permiten combinar la actividad piscatoria con la familia. Foto: Jorge Virgilio.

Dos pesqueros que sobresalen todo el año en la provincia y que nos permiten combinar la actividad piscatoria con la familia. Foto: Jorge Virgilio.

Dos pesqueros que sobresalen todo el año en la provincia y que nos permiten combinar la actividad piscatoria con la familia. Foto: Jorge Virgilio.

Dos pesqueros que sobresalen todo el año en la provincia y que nos permiten combinar la actividad piscatoria con la familia. Foto: Jorge Virgilio.

Dos pesqueros que sobresalen todo el año en la provincia y que nos permiten combinar la actividad piscatoria con la familia. Foto: Jorge Virgilio.

Dos pesqueros que sobresalen todo el año en la provincia y que nos permiten combinar la actividad piscatoria con la familia. Foto: Jorge Virgilio.

PEJERREYES

Córdoba: flechas en el Mediterráneo

Dos pesqueros que sobresalen todo el año en la provincia y que nos permiten combinar la actividad piscatoria con la familia. Claves para tentarlos cuando en Buenos Aires comenzó la veda.

Por Jorge Virgilio

Entre las 24 jurisdicciones que componen a nuestro país, sobresale Buenos Aires como el principal bastión para los pescadores de pejerrey. Con infinidad de ámbitos, pocos pueden discutir ese liderazgo, aunque año tras año otras provincias también quieren ser la vedette para el flecha de plata. Y en ese abanico de opciones, Córdoba puede ser, sin lugar a dudas, otro paraíso para los que gustan de esta especie, con infinidad de lagos y lagunas que cada temporada reverdecen sus laureles. 

Esta área mediterránea tiene un plus muy especial de permitirnos sumar en un viaje a nuestros afectos, ya que se trata de pesqueros pintorescos, en un paisaje natural increíble y con múltiples serranías. Entre ellas, serpentean distintos cauces que provienen de la montaña y forman cantidad de embalses que permiten a gran parte de la población abastecerse de agua que suministran los diques. En un mes de septiembre que marca el inicio de la veda del pejerrey en parte del país, los embalses de Córdoba nos dan la chance de seguir pescando durante esos meses respetando ciertos condicionamientos, ya que, a diferencia de Buenos Aires, se pesca en veda embarcados a más de 200 m de la costa. Por eso, recorremos las novedades de dos destinos calificados que todo el año son un imán para los pescadores. 

El más antiguo

Por su aparición cronológica, hablaremos primero del San Roque, el más viejo de todos los embalses del país, pensando en diques a gran escala. Tiene la particularidad de que fue construido dos veces, por empresas distintas, con las mismas características, pero con diferentes materiales. Inicialmente, obra de los ingenieros Carlos A. Cassaffousth y Eugenio Dumesnil, utilizando principalmente piedra, arena y cal hidráulica. Posteriormente, en 1944, se construyó un segundo paredón, utilizando cemento portland y ubicado 150 metros más abajo que el primero, que se inauguró el 8 de setiembre de 1891 y marcó un precedente para las sierras: un paisaje que cambiaría para siempre y que inauguraba el camino de la construcción de presas en la provincia, lo que brindaría otra fisonomía a los valles de Córdoba. Esto convirtió a San Roque es uno de los puntos turísticos más importantes del territorio. La represa, ubicada en el valle de Punilla, se construyó para controlar las inundaciones, suministrar agua y generar energía hidroeléctrica, pero terminó siendo también un bastión relevante para el pescador deportivo local, que encontró en este espejo de agua un lugar increíble para disfrutar de la actividad piscatoria. 

El pejerrey es la estrella del ámbito, aunque muchos disfrutan de las buenas carpas y tarariras, entre otras especies que tiene el dique. Actualmente no tiene la calidad y cantidad de capturas de otras temporadas, pero siempre mantiene su vigencia y este año se vio beneficiado por el importante nivel de su cota hídrica. Fueron meses que promediaron los 15 a 20 pejerreyes por pescador, con piezas chicas a medianas mezcladas con algunos que superaban los 800 g o más. 

Diferencia entre dique y laguna 

Un dato a tener en cuenta es que, a diferencia de lo que acostumbramos usar para pescarlos en lagunas bonaerenses, en estos embalses es indispensable contar con líneas de vuelo, balancines o el llamado aparatito. Pocas veces se suelen emplear aparejos de varias boyas, que en Córdoba denominan chirimbolo. Sólo se usan cuando el pejerrey está alimentándose cerca de la superficie y se le colocan brazoladas largas, de entre 60 y 100 cm. 

Los equipos pueden diferir por preferencia de cada pescador. Para las líneas de tipo balancín o aparatito pueden elegirse cañas cortas, de entre 2,40 y 3 m, con acción de punta. Con este mismo equipo podemos trabajar la línea de vuelo, aunque con una vara que ronde los 4 m seguramente lograremos mejor clavada y comodidad a la hora de izar el pejerrey. Para el resto de los aparejos se hace un nudo corredizo sobre el nylon del reel y se coloca una perlita, un snap pequeño que va a sujetar la boya y luego el segundo snap que va a tomar la línea de pesca elegida. De esta manera se puede regular la profundidad y recorrer la totalidad de la columna de agua independientemente de la línea a utilizar. Si bien son varios los aparejos por los que pueden optar, los rindes indican que los mejores se dan con la línea de vuelo, una especie de paternóster bien liviano, de unos 5 a 8 gramos, con una madre larga de unos 2 m y dos brazoladas largas de alrededor de 1 m, para que se mueva más la carnada. 

Otro plan es usar el balancín, que puede ser utilizado a cualquier profundidad y que debe tener un peso de 12 a 15 g con lago planchado, pero que se debe cargar más con aguas movidas, cuando el pejerrey está bien pegado al fondo, a unos 10 y 15 cm del lecho del dique. No se debe descartar el aparatito, que es muy similar al balancín, pero diseñado para pescar sobre el fondo, lo que favorece al estar el flecha de plata fondeado. 

A la hora de pensar en puntos rendidores, el point frente a la casa redonda conformó más a los que buscaron cantidad, mientras que por el club Torino el premio fue a la calidad, un sector más profundo que entregó excelente porte de ejemplares. Enfrente al playón de la costanera de Carlos Paz o al club Los 400 suelen anclarse mucho las lanchas. Se trata de sitios que promedian los 10 a 11 m de profundidad.

Segunda opción

Unos 80 km separan el dique San Roque de Los Molinos, un embalse construido mucho más tarde pero que también atrae a cientos de pescadores. Fue inaugurado en 1953, pero más de 50 años antes ya era objeto de estudios. El aprovechamiento de las aguas del río homónimo se buscó desde, al menos, el año 1889, cuando los constructores del San Roque propusieron erigir una nueva presa con fines de regadío. Otra vez los ingenieros Cassaffousth y Bialet Massé fueron los propulsores de un trabajo que fue considerado oneroso e incompleto por el gobierno provincial. Debieron pasar varias décadas, con proyectos y propuestas yendo de un lado a otro, para que recién en 1942 la idea tomara forma, esta vez con el aprovechamiento energético de las aguas. La construcción del dique Los Molinos demandó 20 meses y comenzó con las excavaciones para su fundación en 1949.  Su inauguración ocurrió el 23 de octubre de 1953 y se convirtió, con el tiempo, en la segunda fuente de provisión de agua potable para la ciudad de Córdoba, además de un fuerte bastión en el turismo. 

Cómo se alimenta el dique 

El río Los Molinos es embalsado junto a la mayor parte de los afluentes de la cuenca superior del río Segundo: los cursos llamados San Pedro, Del Medio, Los Espinillos y Los Reartes llegan hasta el dique. Un ámbito ideal para el pescador deportivo, con calificadas especies como tarariras y carpas, pero con abundancia de pejerreyes en el lago, aunque su pesca requiere de habilidad y paciencia, siendo éste un espejo que nos obliga a trabajar en distintos sectores, con variados aparejos y múltiples carnadas. 

Este año se presentó con buenos resultados y un flecha de plata que, a medida que se afianzó el frío, fue pegándose al fondo, tal como pasa en San Roque. El balancín y la línea de vuelo es lo que mejor paga, pero hay que prestar atención a la carnada. A diferencia de otros ámbitos, en este caso la mojarra debe ser de mediana a grande, ya que hay mucho mojarrón que, si usamos plateadas chicas, descarna constantemente. Además, esto ayuda a seleccionar el tamaño de las piezas. Si se encarna con portes menores, inmediatamente son devoradas por el copioso pez forrajero que hay. 

Hablábamos de abundancia, y eso llama la atención, ya que supo ser un lago de calidad, pero no de cantidad de capturas, se ve que se han dado excelentes desoves y la población aumentó considerablemente. La entrada del río Los Espinillos frente a la bahía El Polaco, un lugar muy conocido por los lugareños, es un punto rendidor, al igual que el área cercana a la isla, entre el camino que baja al costado de la misma y el arroyo que se encuentra en dirección al Río de Medio.