Aumenta la preocupación por una especie invasora que altera hábitats fluviales

Las especies exóticas invasoras son organismos no nativos introducidos por el ser humano en un área geográfica, donde se establecen, proliferan y causan daños al ecosistema, a las nativas, a la salud humana o a la economía.  Estos seres, que incluyen plantas, animales, hongos y microorganismos, constituyen una de las principales amenazas a la biodiversidad global. Su impacto, lejos de ser discreto, suele ser significativo y, a menudo, predecible.

En España se habla de cerca de 200 especies invasoras de todo tipo, entre ellas, un pez para nada agraciado, que desde que llegó no ha parado de reproducirse ni de hacer daño. Se llama gato negro, aunque su nombre científico es Ameiurus melas. Nativo de Norteamérica, desde donde llegó hace más de un siglo, con el tiempo ha ido colonizando uno a uno los ríos y embalses españoles, como también fue introducido en Puerto Rico, México y Chile. Al principio, su ingreso fue con fines deportivos, para ampliar el abanico de especies pescables, allá por los años 80, pero esos mismos pescadores lo llevaron de una cuenca a otra sin control. Hoy la especie está en decenas de sitios, como Tajo, Ebro, Guadalquivir, Duero, Guadiana o Júcar, entre otros.  Su alta resistencia a factores como la contaminación, aguas turbias, falta de oxígeno o calor extremo favorece su presencia.

La creciente población del gato negro, una especie sin valor comercial ni deportivo según fuentes españolas, preocupa por su impacto ecológico. Si bien su uso ilegal como carnada viva agrava su dispersión, su principal problema reside en su efecto devastador sobre la biodiversidad. En España, se le responsabiliza directamente de la desaparición de especies como el sapillo moteado y el pintojo, además de destruir la vegetación acuática, enturbiar el agua y alterar los fondos, privando de refugio y alimento a otras especies.  La competencia con el gato común, exacerba aún más esta problemática, reduciendo drásticamente la biodiversidad local.

El pez, incluido en el Catálogo Nacional de Especies Exóticas Invasoras desde 2013, se intenta combatir mediante diversas medidas. Estas incluyen la captura con nasas en reservas naturales y campañas de concienciación para pescadores. La Federación Andaluza de Pesca Deportiva permite su pesca desde 2024, en el XXXVII Campeonato de Andalucía Pesca en Agua Dulce Masculino, que se desarrolló en Barqueta (Sevilla). La organización citaba como condición imprescindible de cumplimiento, eliminar el pez gato una vez pesado. Por ello, el cañófilo debía depositarlo en el contenedor más cercano al punto de su captura, remarcando que esta especie invasora viene produciendo un importante perjuicio para los ecosistemas acuáticos. A pesar de todos los controles puntuales en la Comunidad Valenciana, aún falta una estrategia global efectiva. Se reclama una mayor vigilancia fluvial, inspecciones del material de pesca para prevenir la dispersión de huevos y, fundamentalmente, la prohibición de su uso como carnada.