El flecha es muy voraz y hasta que no lo copeamos no sabemos si lo podremos concretar. Foto: Marcelo Albanese.
El flecha es muy voraz y hasta que no lo copeamos no sabemos si lo podremos concretar. Foto: Marcelo Albanese.
El flecha es muy voraz y hasta que no lo copeamos no sabemos si lo podremos concretar. Foto: Marcelo Albanese.
El flecha es muy voraz y hasta que no lo copeamos no sabemos si lo podremos concretar. Foto: Marcelo Albanese.
El flecha es muy voraz y hasta que no lo copeamos no sabemos si lo podremos concretar. Foto: Marcelo Albanese.
El flecha es muy voraz y hasta que no lo copeamos no sabemos si lo podremos concretar. Foto: Marcelo Albanese.
El flecha es muy voraz y hasta que no lo copeamos no sabemos si lo podremos concretar. Foto: Marcelo Albanese.
El flecha es muy voraz y hasta que no lo copeamos no sabemos si lo podremos concretar. Foto: Marcelo Albanese.
El flecha es muy voraz y hasta que no lo copeamos no sabemos si lo podremos concretar. Foto: Marcelo Albanese.
Los secretos del peje de La Tigra
El campo Santa Irene de Tres Arroyos vuelve a destacarse en una temporada de portes generosos y condiciones ideales para disfrutar en familia o con amigos. Bajo frío extremo, pero con pesca sostenida, este espejo recupera protagonismo en la agenda de los pescadores deportivos.
Por Marcelo Albanese
Venía siguiendo de cerca a La Tigra desde hacía varios meses. A través de charlas telefónicas con Fernando Ambrosius, del campo Santa Irene, me iba poniendo al tanto del panorama para esta temporada. Fue una grata noticia saber que este ámbito lacustre volvía a estar activo y poder así retomar los relevamientos como veníamos haciendo años anteriores. Así que, tras aceptar la invitación de Fernando, emprendimos viaje rumbo a Tres Arroyos junto a Gustavo Gregorini y Duilio Kroling. Desde Capital Federal nos separan 505 km por la Ruta Nacional 3.
Equipos y aparejos
Para esta salida utilizamos cañas telescópicas de 4,20 m, reeles cargados con multifilamento de 0,12 mm y monofilamento de 0,30 mm. Armamos líneas de tres boyas en distintas gamas y modelos —eso va en el gusto—, pero lo importante es que la línea garetee, ya que los piques se dan mayormente lejos de la embarcación. Las brazoladas fueron variables, entre 15 y 80 cm desde la superficie.
Otro aparejo que rindió muy bien fue el tradicional paternóster, con tres anzuelos y un plomito al final. En ambos sistemas empleamos anzuelos N° 1/0. En cuanto a los engaños, fueron variados: mojarras vivas, filete de dientudo, mojarras saladas, enharinadas en maíz y también filete de magrú. Además, sumamos carnadas teñidas en rojo, verde y amarillo, que resultaron atractivas.
Características del espejo
La laguna La Tigra, ubicada a unos 25 km de Tres Arroyos, conforma un entorno de tres arroyos afluentes-emisarios (como el arroyo Tajamar) que nutren una cubeta de entre 350 y 380 ha, con una profundidad media de 1,3 m y puntas que llegaron a 5 m, aunque hoy generalmente se ubica entre 3 y 5 m por bajante estival o recarga hídrica variable. Su fondo de barro y tosca, y las costas de barrancas bajas con juncales emergentes, configuran un espacio ideal para el pejerrey, depredador que encontró en los últimos 20 años un hábitat fértil, con ejemplares que van desde los 300 g hasta más de 2 kg. El agua presenta un característico tono caramelo pero mantiene una transparencia aceptable. En los primeros años del siglo, muestreos técnicos como el de 2003 encontraron poblaciones homogéneas de pejerrey y buena condición trófica. Luego, la pesca recreativa se consolidó, alternando temporadas de abundancia con bajantes por sequía, notablemente en 2023 cuando el espejo bajó y afectó los rendimientos, hasta que nuevas lluvias comenzaron a recomponer el nivel y devolverle vigor.
Modalidades
La pesca se practica de costa y embarcado, con una tendencia que muestra intervalos sostenidos de excelentes piques, hitos de piezas grandes y creciente profesionalización con guías. Así, La Tigra se mantiene como un clásico bonaerense: ambientes naturales rústicos, rica vegetación ribereña, aves migratorias y pesca de nivel. Al cierre de este relevamiento publicado en la edición papel de nuestra revista, La Tigra poseía una superficie de 380 hectáreas y una profundidad promedio de 1,30 m, alcanzando hasta 5 m en su punto máximo.
Llegamos cerca de las 8 de la mañana. Fernando y Mario Losada nos esperaban para recibirnos y guiarnos en el acceso a la laguna. Si bien no hay embarcadero, la costa es muy firme y permite botar sin complicaciones. Tras preparar todo, embarcamos y navegamos unos 500 m hasta anclar frente al pesquero con el viento a nuestras espaldas.
Durante la navegación a baja velocidad, ya se podía ver la gran población de pejerreyes nadando bajo el agua, augurio de una jornada prometedora. Armamos los equipos con líneas de flote compuestas por tres boyas, sin puntero, dejando que gareteen libremente con el pickup abierto. Los piques no se hicieron esperar. Los primeros ejemplares, entre 25 y 30 cm, aparecieron en las horas iniciales, activos y voraces. Para seleccionar tamaño usamos encarnes voluminosos, logrando devolver aquellos que estaban fuera de medida y no tragados. La población de ejemplares era realmente abundante.
Con el correr de la mañana, el viento aumentó y oxigenó el agua. Esto trajo un cambio positivo: comenzaron a picar flechas de plata entre 30 y 40 cm, incluso en superficie. Duilio y Gustavo lograron varios dobletes en este tramo de la salida. Cerca del mediodía decidimos volver a la costa a disfrutar de un asado que Mario ya tenía casi listo. Luego del almuerzo, él y Fernando se sumaron con su embarcación para compartir el cierre de la jornada.
Tarde de matungos
Ya en la segunda mitad del día apuntamos a uno de los bajos a mano derecha del pesquero, donde el fondo es traicionero por los palos de alambrados sumergidos. Navegamos con cuidado, leyendo el agua, y anclamos con viento a favor. Utilizamos encarnes abundantes, combinando mojarra con filete de dientudo o magrú. No tardaron en llegar los matungos. El primero fue de Marito Losada: 980 g en la balanza, cuerpo robusto y boca grande, como los que La Tigra suele entregar.
Entre tanto, concretábamos algunos juveniles que fueron devueltos a su hábitat, y otros pejes de entre 30 y 40 cm que entraban con fuerza. Pero la sorpresa no se hizo esperar: Fernando clavó otro matungo cercano a los 800 g. Después Gustavo, Mandy y quien escribe tuvimos también nuestras piezas destacadas.
La jornada cerró de forma inmejorable, justo al atardecer. Pescamos con luna llena, bajo cero, con heladas constantes y hasta algunos copos de nieve en los días previos. La cuota se logra, pero hay que saber seleccionar. Los encarnes grandes ayudan, aunque incluso los más chicos atacan sin dudar. Volver a La Tigra y comprobar que sigue rindiendo con esta calidad, fue un enorme placer. No sólo por la pesca sino por la posibilidad de disfrutar de una jornada distinta, en plena naturaleza, con amigos, familia, y ese sabor único que da la buena pesca en un ámbito que vuelve a estar en agenda.
También te puede interesar
-
1
Lisas: la especie que enseña paciencia
-
2
El telescopio James Webb detectó un exoplaneta que desafía a todas las teorías
-
3
Tapalqué propone pasar un verano tranquilo a 3 horas de CABA
-
4
Hacia una sola licencia: la pesca deportiva del Litoral avanza en unificación histórica
-
5
Buenos Aires coronó a sus nuevos campeones de pesca
-
1
El cometa 3I/ATLAS alcanzará su punto más cercano a la Tierra este viernes 19 de diciembre
-
2
Películas de época con lujo y misterio basadas en las novelas de Agatha Christie: dónde verlas y de qué tratan
-
3
Llega a Netflix una nueva serie de época con lujo y misterio: está basada en una novela de Agatha Christie
-
4
Hallaron muerto en su casa a un soldado del Ejército Argentino: es el cuarto caso en una semana
-
5
Ordenan embargar el sueldo y el aguinaldo de la diputada Lorena Villaverde