El convenio ataca un problema cotidiano para miles de pescadores costeros. Hasta ahora, situaciones tan simples como cruzar el Paraná implicaban, en muchos casos, trámites engorrosos. Foto: Weekend
El convenio ataca un problema cotidiano para miles de pescadores costeros. Hasta ahora, situaciones tan simples como cruzar el Paraná implicaban, en muchos casos, trámites engorrosos. Foto: Weekend
Hacia una sola licencia: la pesca deportiva del Litoral avanza en unificación histórica
Entre Ríos, Santa Fe, Chaco y Formosa acordaron reconocer de manera recíproca las licencias de pesca deportiva para residentes. El paso allana el camino hacia una credencial única regional que simplifica trámites para los pescadores y fortalece el manejo sustentable del recurso en el Paraná.
Por Jorge Virgilio
La pesca deportiva en el Litoral podría estar frente a su mayor transformación administrativa de las últimas décadas. Los gobiernos de Entre Ríos, Santa Fe, Chaco y Formosa firmaron un acuerdo clave que reconoce de manera recíproca las licencias provinciales para pescadores residentes. En términos prácticos, significa que quien ya cuente con un permiso válido en su provincia podrá cruzar el río y seguir pescando sin tener que gestionar nuevos trámites.
El ministro de Desarrollo Económico entrerriano, Guillermo Bernaudo —firmante del documento— lo sintetizó con claridad: “Es un primer paso hacia la licencia única de pesca deportiva en la región”. El objetivo final es ambicioso: una credencial unificada que permita una circulación libre, con reglas comunes y más control sobre el recurso. El convenio ataca un problema cotidiano para miles de pescadores costeros. Hasta ahora, situaciones tan simples como cruzar el Paraná implicaban, en muchos casos, trámites engorrosos. Bernaudo graficó el absurdo con un ejemplo real: un pescador de La Paz, ubicado a minutos del límite con Santa Fe, debía viajar cientos de kilómetros solo para tramitar una licencia santafesina. "Estas cuestiones no van más, le simplificamos la vida a la gente", afirmó. El mensaje es claro: la pesca debe ser accesible, controlada y razonada, no una odisea administrativa.
Turismo, sustentabilidad y control
El acta —considerada un “cumplimiento de objetivos” dentro del Comité de Manejo de Pesquerías— no solo apunta a facilitar el acceso. El acuerdo se centra en tres pilares estratégicos: promover el turismo regional, con una mirada nacional e internacional, proteger tanto los recursos pesqueros como el ecosistema del Paraná y fortalecer los mecanismos de control y fiscalización. La Región Litoral ya viene avanzando sobre criterios comunes. Se acordaron tallas mínimas de captura unificadas y se discuten estrategias de vigilancia conjunta que involucren a áreas de seguridad, fuerzas federales, justicia provincial y organismos de ambiente. También se proyectan metodologías comunes de vedas, con respeto a la autonomía de cada jurisdicción. El ministro de Ambiente santafesino, Enrique Estévez, calificó el avance como “un hecho histórico”, resaltando que la pesca —y el río— no reconocen fronteras administrativas.
Un proceso integrador
El presidente del Ente Región Centro, Jorge Chemes, festejó el logro como una señal de madurez institucional: “No es solo un paso administrativo, es la demostración de una articulación real y profunda entre nuestras provincias”. Durante años, el manejo del recurso estuvo fraccionado, sujeto a tiempos políticos y presiones locales. Hoy se apunta a una visión compartida, donde el Paraná se concibe como un corredor biológico, turístico y productivo regional. Aunque el acuerdo actual se limita a residentes y mantiene diferencias normativas locales, el horizonte es claro: avanzar hacia una licencia única que rija en toda la región. De cumplirse, sería una herramienta inédita para ordenar la pesca deportiva, reducir pesca ilegal, favorecer tanto a los clubes, guías como prestadores turísticos, sumado a facilitar controles coordinados y dar previsibilidad a los pescadores.
Para los cañófilos, la iniciativa significa lo que desde hace años se viene reclamando: reglas claras, menos burocracia, mayor libertad de movimiento y un Estado que fiscalice donde debe fiscalizar. Para el Paraná, implica una oportunidad concreta de manejo sustentable, imprescindible en un contexto de presión extractiva, bajantes históricas y recuperación lenta de poblaciones. Si el proceso se sostiene, la pesca deportiva del Litoral puede convertirse en modelo: un esquema donde cuatro provincias entienden que el recurso vale más cuando es compartido, cuidado y disfrutado. La pelota —o mejor dicho, la lancha— está en movimiento. Y el pescador deportivo, por primera vez en mucho tiempo, aparece como beneficiario directo.
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