En la costa, canaletas profundas, pedregales, escolleras, acantilados, puertos y muelles obligan al pescador a adaptarse. Foto: Weekend

El encarne debe ser prolijo y dejar descubierta la muerte del anzuelo, que puede variar desde un 2/0 hasta un 5/0. Foto: Weekend

En la costa, canaletas profundas, pedregales, escolleras, acantilados, puertos y muelles obligan al pescador a adaptarse. Foto: Weekend

En la costa, canaletas profundas, pedregales, escolleras, acantilados, puertos y muelles obligan al pescador a adaptarse. Foto: Weekend

En la costa, canaletas profundas, pedregales, escolleras, acantilados, puertos y muelles obligan al pescador a adaptarse. Foto: Weekend

En la costa, canaletas profundas, pedregales, escolleras, acantilados, puertos y muelles obligan al pescador a adaptarse. Foto: Weekend

LO QUE SE VIENE

En plan de vacaciones: guía práctica para disfrutar la pesca en el litoral bonaerense

Con la llegada de la temporada estival, miles de aficionados se acercan a playas, muelles, espigones y escolleras para aprovechar horas extra de pesca. Consejos, equipos, especies y los mejores escenarios para quienes quieren vivir el verano con la caña siempre lista.

Por Jorge Virgilio

Cuando se acerca la temporada de verano, los cañófilos encuentran su mejor momento del año. Más horas en la playa, más tiempo de descanso y, por supuesto, más oportunidades de lanzar. La pesca de costa ofrece un abanico amplio de posibilidades: corvinas rubias y negras, pescadillas, brótolas, chuchos, rayas, pez palo, anchoas, tiburones, cazones y peces gallo están entre las capturas esperadas. Si la opción es embarcarse, la variada suma salmones, besugos, chernias y hasta pez limón.

A lo largo del litoral bonaerense —desde el Partido de la Costa, pasando por Gesell, Miramar, Mar Chiquita, Mar del Plata, Necochea, San Cayetano, Claromecó, Marisol, Monte Hermoso y hasta San Blas— conviven estructuras naturales y artificiales que condicionan técnicas, equipos y resultados. Canaletas profundas, pedregales, escolleras, acantilados, puertos y muelles obligan al pescador a adaptarse.

Equipo básico de verano

Para la pesca de costa se recomiendan cañas entre 3,50 y 4,30 m, capaces de lanzar entre 125 y 175 g. Los reeles, frontales o rotativos, deben tener buena capacidad y un nylon fino con una salida transfilada o chicote entre 0,35 y 0,70 mm. Las plomadas —clásicas, chatas y de casting, sin olvidar las destrabes— suelen definir el éxito en el agua. Variedad de formas y pesos es clave. A ello se suma una conservadora con hielo para cuidar las carnadas estrella de temporada: anchoas, magrú, camarón, langostino, calamar, calamarete o pejerrey, solos o en el clásico sándwich. Pero no todo es equipo. En verano aparecen pescadores ocasionales, que necesitan referencias claras sobre cada tipo de escenario.

Cómo pescar según el ámbito

  • Muelles: Elevan al pescador sobre el mar, dan profundidad incluso en bajante y atraen peces gracias a mejillones y moluscos en los pilotes. En Villa Gesell es típico levantar brótolas a los pies. Como desventaja, muchos aparejos perdidos forman “paredes” cerca del morro, por lo que se aconsejan lanzamientos largos y recuperación veloz con plomos chatos. La punta del muelle siempre es más rendidora y se debe evitar lanzar cruzado para no enredar líneas. La mayoría de los espigones tienen un acceso módico que nos permite usar las instalaciones, aunque también hay exclusivos para los socios, como es el caso del de Mar del Plata, en manos del club de pesca local.

  • Escolleras: No fueron creadas para pescar, sino para armar puertos, pero hoy son imanes de aficionados. Las de Necochea y Mar del Plata son referencia bonaerense. En el morro hay pejerreyes al vuelo o a flote, mezclados con anchoas, palometas y otras cazadoras. A lo largo del espigón, la variada nunca falla: corvinas, pescadillas, pez palo, chuchos, rayas y brótolas.
  • Bocas de ríos y arroyos: Ambientes por excelencia para el lenguado, que acecha pejerreyes y alevinos. En la costa bonaerense destacan la desembocadura del Quequén Grande en Necochea, el Salado en Marisol, el Sauce Grande en Monte Hermoso y la ría de Ajó en San Clemente. La materia orgánica arrastrada por el agua atrae pejerreyes, pescadillas, palometas y más. Los mejores rendimientos no siempre están en la boca: aguas arriba también hay pesca como pasa en el Quequén Salado o Grande, donde por varios kilómetros se dan especies salobres.

  • Playas: Las de suave pendiente requieren distancia y potencia para cruzar la rompiente. Las de caída pronunciada ofrecen canaletas paralelas a la costa donde se alimenta la variada. Conviene leer la playa en bajante para detectar bancos y depresiones. Si se llega con marea alta, basta con observar dónde rompen las olas: el banco rompe, la canaleta “planchada” es el pasillo de los peces. El pejerrey —panzón o escardón— suele comer sobre los bancos, buscando microorganismos liberados en la espuma.
  • Pedregales: Desde Mar del Plata hacia el sur aparecen superficies rocosas discontinuas. Complejas, pero llenas de vida: mejillones, cangrejos y lombrices de mar atraen alimentos y peces. Son lugares propensos al enganche, por lo que conviene llevar variedad de plomos y aparejos. Se recomienda brazoladas más finas —para cortar sólo el anzuelo— y atar la plomada con banda elástica para soltarla en caso de traba. Sargos, brótolas, corvinas y lenguados son clásicos del sector.

  • T de piedras: Típicas de Mar del Plata, pensadas para proteger la playa. No son estructuras de pesca, pero funcionan como plataformas perfectas: más metros y más profundidad. En los huecos que hay entre las rocas, como en los pedregales, se refugian pequeños peces que forman la dieta de predadores más grandes. La pesca se da no sólo cerca de las piedras, sino buscando distancia. Por lo general, estos sitios no ofrecen zonas de enganche y son muy visitadas por el aficionado en tiempo estival.

Un verano a pura variada

El litoral marítimo argentino ofrece condiciones inmejorables para disfrutar la pesca durante las vacaciones. Sólo queda elegir destino, preparar los equipos y salir en busca de corvinas, pescadillas y toda la variada de temporada. La playa está ahí. El verano también. Y la caña… más lista que nunca.

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