La expectativa ahora está puesta en febrero y marzo, meses en los que suelen aparecer las grandes bogas que pueden superar los 4 kilos. Foto: Daniel Rodríguez

La expectativa ahora está puesta en febrero y marzo, meses en los que suelen aparecer las grandes bogas que pueden superar los 4 kilos. Foto: Daniel Rodríguez

La expectativa ahora está puesta en febrero y marzo, meses en los que suelen aparecer las grandes bogas que pueden superar los 4 kilos. Foto: Daniel Rodríguez

La expectativa ahora está puesta en febrero y marzo, meses en los que suelen aparecer las grandes bogas que pueden superar los 4 kilos. Foto: Daniel Rodríguez

La expectativa ahora está puesta en febrero y marzo, meses en los que suelen aparecer las grandes bogas que pueden superar los 4 kilos. Foto: Daniel Rodríguez

La expectativa ahora está puesta en febrero y marzo, meses en los que suelen aparecer las grandes bogas que pueden superar los 4 kilos. Foto: Daniel Rodríguez

CERCA DE CABA

Bogas en los malecones, el anticipo de una temporada prometedora

La especie está cada vez más activa en uno de los escenarios más rendidores del Río de la Plata. Una salida embarcada en Berisso confirmó que el verano se viene con muy buenos tamaños.

Por Daniel Rodríguez

El domingo 21 fue la excusa perfecta para volver a encontrarnos con un clásico del litoral bonaerense: la boga de Berisso. La invitación llegó de la mano de Fernando Sánchez, guía de Alta Pesca, uno de los calificados servicios que tenemos en el estuario rioplatense para ir en busca de las primeras bogas de la temporada en los reconocidos Malecones, un ámbito tan técnico como rendidor cuando las condiciones se alinean.

A las 8 de la mañana ya estábamos listos Pablo, Franco, Darío y quien escribe para embarcarnos y navegar apenas unos diez minutos hasta el lugar elegido. Los Malecones se caracterizan por sus estructuras de palos y piedras que asoman según el nivel del río, formando un corredor natural donde se concentra alimento y, con él, las bogas. La maniobra de anclaje no es menor: hay que presentar la proa contra la marea, amarrarse a alguno de los palos visibles y luego dejar derivar la lancha unos metros para clavar un ancla de popa que permite pescar con total estabilidad. Un procedimiento que exige experiencia, pero que marca la diferencia.

La estrategia inicial fue anclarnos del lado interno del canal, sabiendo que con el cambio de marea habría que repetir la maniobra del lado externo, con la proa apuntando al sur. El río mostraba una fuerte bajante, acompañada por viento del sector este, lo que hacía que los piques fueran aislados y muy selectivos. Las primeras bogas en aparecer fueron chicas, rondando el kilo y medio, mientras intentábamos cebar la zona con maíz para tentar a los ejemplares de mayor porte.

En cuanto a carnadas, el maíz volvió a ser protagonista: saborizado y bien fermentado, simplemente con agua y un toque de esencia de vainilla, fue lo más rendidor. También se probó con pasta saborizada, mientras que el salamín —que suele dar resultados— quedó relegado en esta ocasión. La paciencia fue clave: sabíamos que hasta las 13 horas la marea seguiría en bajante, así que aprovechamos para comer algo tranquilo y esperar el momento justo.

Y el cambio llegó. Con la pleamar, el río comenzó a subir con fuerza, potenciado por vientos del este de unos 20 km/h. Aun con una embarcación de 8 metros de eslora, el movimiento se hacía sentir y obligaba a extremar cuidados. Pero, como tantas veces sucede en Berisso, la boga cambió el chip de manera instantánea: comenzaron los piques en todas las cañas y aparecieron los mejores tamaños del día, con ejemplares que alcanzaron los 2,7 kilos.

Pescamos con líneas de un solo anzuelo y plomo palito, ideal para este ámbito porque reduce los enganches entre piedras y palos. Otras embarcaciones cercanas corrían la misma suerte y, en apenas dos horas, la pesca fue más que satisfactoria.

“Las bogas están presentes este año en los Malecones, y todo indica que será una gran temporada”, nos comentaba Fernando Sánchez. La expectativa ahora está puesta en febrero y marzo, meses en los que suelen aparecer las grandes bogas que pueden superar los 4 kilos. Un dato llamativo de la jornada fue la ausencia de carpas, especie que suele compartir estas piedras con las bogas, pero que esta vez no dio señales.

Berisso vuelve a confirmar su vigencia como uno de los escenarios más emblemáticos para la pesca de boga embarcada en el Río de la Plata. Técnica, lectura de marea y conocimiento del lugar son las claves para disfrutarlo al máximo.

Servicios:

  • Guía de pesca: Fernando Sánchez Tel.: (011) 5379-8430. En redes: Facebook

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