Friday 19 de April de 2024
VIDEOS | 28-11-2015 06:54

Lisas en La Orqueta

El fenomenal pesquero mostró sus razones para ser considerado uno de los mejores de la especie. Nota con video.
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En la transición de temporadas son muchas las especies que se puede salir a buscar, pero sin duda la que se lleva la mayoría de los elogios por su combatividad, astucia y dificultades es la lisa, un pez que tiene tanta adrenalina que siempre nos hace ir por más. También es verdad que a veces los inconvenientes y los contratiempos suelen ser tantos que hay quienes no se animan a seguir el ritmo de esta pesca.

A la lisa se la suele ver por todos lados: salta, rodea el aparejo, pasa por debajo... pero no llega a tomar nuestra carnada. Es frecuente escuchar que cuando pasa todo esto “no pica”, y les puedo asegurar que no siempre es así. A la lisa se la puede capturar tanto en ríos como en lagunas, arroyos, canales, en el mar y en la albufera de Mar Chiquita. Pero no siempre suele pescársela con el mismo tipo de aparejo, por lo que debemos ir provistos de líneas de flote y de las denominadas aéreas, que se utilizan para buscarlas más de fondo o en sectores de mayor hondura.

Como dijimos, muchas veces nos vemos rodeados de lisas, pero son ellas las que deciden el momento justo para comenzar a comer. Podemos estar todo el día viéndolas, pero hasta que ellas no toman la decisión de comer, el pescador sólo puede limitarse a observarlas y esperar el momento. Esto significa que puede pasar toda la jornada y no tener un solo pique. Con la lisa nos damos cuenta de que el pescador no siempre tiene el dominio de la situación. Es más, en este caso nunca logra estar ni cerca. Muchas veces la pesca de lisas nos deja con la sangre en el ojo, y queremos revancha urgente.

Otra de las dificultades que tiene esta pesca es que muchas veces los lugares donde debemos buscar a las lisas implican caminar entre el barro o la espesa vegetación de las lagunas, soportar desbordes pantanosos y una molesta fauna de insectos. Obviamente, a todo esto hay que sumarle que llevamos el equipo completo a cuestas y seguramente alguna conservadora con bebidas frescas para paliar los rayos solares.

Hasta aquí marcamos varios de los sinsabores que tiene esta difícil especie. Pero lo mejor es la pesca en sí, que abarca aguardar y aprender a descubrir un pique muy sutil, más la pelea sin igual de un torpedo queriendo desprenderse del anzuelo, utilizando toda su fuerza al nadar y buscando costas sucias para poder enredarse y desprenderse de ese aparejo. Muchas veces veremos esta lucha a ras de agua, incluyendo hasta saltos acrobáticos que rompen el lugar y que seguramente nos obligarán a esperar un buen rato para que vuelva a picar otra lisa.

Frente a la sensibilidad de la especie con respecto al ruido, debemos tener en cuenta el modo y el lugar donde arrojamos el aparejo, más cuando usamos línea de flote (como en este relevamiento) y con punteros pesados para llegar lejos. Cuando el pescador quiere probar en determinado sector es conveniente tirar nuestra línea unos 10 a 15 m más lejos, y en el momento en que está por caer o rozar la superficie del agua, ir frenándola tocando el carrete del reel. De esta forma lograremos que no caiga con todo el peso del puntero haciendo mucho ruido y que lo haga acomodada. Caso contrario, llegaría primero el puntero y todo el conjunto de boyas encima de él.

Nota publicada en la edición 518 de Weekend, noviembre de 2015. Si querés adquirir el ejemplar, pedíselo a tu canillita o llamá al Tel.: (011) 5985-4224. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

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Julio Pollero

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