Friday 6 de December de 2024
VIAJES | 28-04-2018 16:00

5 pueblos franceses que vale la pena visitar

Fuera de sus principales ciudades, Francia también atrae turistas por sus hermosos pueblos, que enamoran por su ambiente relajado, su pintoresca arquitectura y sus paisajes verdes.
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Cualquiera que parta con rumbo a Francia, en general lo hará con el fin de conocer París, el palacio de Versalles, el museo del Louvre, la catedral de Notre Dame o cualquier otra de sus reconocidas atracciones; pero la verdad es que el país galo tiene mucho más que ofrecer más allá de la Ciudad de las luces. Para los que buscan tranquilidad y una experiencia alejada de las grandes aglomeraciones de gente, es recomendable salir a la ruta y recorrer sus pintorescos pueblos, entre los cuales hay cinco que son una parada obligada:

Essoyes: destino de veraneo de Pierre-Auguste Renoir, Essoyes es uno de los enclaves más atractivos de la Champaña, con prolijas casas de piedra, un río de agua transparente y paisajes repletos de flores que parecen sacados de un cuadro. Allí se puede visitar el Atelier Renoir, donde se pueden contemplar varios objetos personales del artista. También hay un circuito guiado por el pueblo que visita los escenarios que más le inspiraron, desde su casa familiar hasta el cementerio donde está enterrado.

Le Crotoy: Julio Verne escribió Veinte mil leguas de viaje submarino (1870) cuando vivía aquí. La bahía es famosa por sus mareas y por las focas que descansan en los bancos de arena de la Pointe du Hourdel, uno de los estuarios más amplios del norte francés, que se puede explorar en kayak, barco y bajamar; incluso se puede recorrer a pie con la ayuda de un guía.

Paimpont: al suroeste de Rennes, es el emplazamiento de la legendaria Brocelandia, el lugar donde el mítico rey Arturo recibió la espada Excálibur de manos de la Dama del Lago. Un lugar mágico repleto de historias medievales. El pueblo de Paimpont, a orillas de un lago, es la mejor base para explorar el bosque.

Marais Poitevin: las marismas de Poitou (Marais Poitevin) es un asombroso laberinto de canales y pueblos, conocido como la Venecia verde por la hermosura de sus paisajes naturales. Este plácido humedal alcanza los 800 km² de extensión, donde se puede atravesar ciénagas húmedas y secas, y bosques surcados por canales. Se puede recorrer tanto en bote como en bicicleta.

Pérouges: a unos 30 kilómetros de Lyon, este pueblo será reconocido por los más cinéfilos, ya que ha sido set de rodaje de muchas películas de época, como Los tres mosqueteros. Su principal atractivo está en recorrer sus empedrados callejones, admirar las casas con entramado y ver el árbol de la libertad, plantado en 1792 en Place de la Halle, antes de devorar unas galettes de Pérouges con sidra.

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Marcelo Ferro

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