Como respondiendo a alguna suerte de misteriosa llamada, la espera terminó de repente cuando dos cañas picaron al mismo tiempo. El ritual clásico: dos o tres toques tímidos en forma de anticipo y después una llevada franca y fuerte. La fiesta de las bogas daba inicio una vez más en los famosos malecones de Berisso.

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Estructuras de piedras y palos paralelas que a lo largo de 7,5 km protegen la entrada al puerto de La Plata de la acumulación de sedimentos, estos malecones son magníficos pesqueros de bogas y dorados. Las primeras, atraídas por el abundante mejillón asiático –no más grande que una uña–. Los segundos, atraídos por las bogas y amarillos que se concentran sobre estas rocas tan rendidoras.
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La infalible ceba
Lo cierto es que cada guía ceba su zona de pesca y el maíz en el agua hace su labor: después de esperar un rato las bogas se acumulan en la zona y los piques pasan de ser nulos a constantes.
El joven guía Joaquín Hasaín fue nuestro anfitrión en la jornada. Con cinco lanchas intercomunicadas permanentemente trabajando la zona, tiene la información al dedillo de las piedras más rendidoras, que a veces son las más cercanas a la Isla Paulino y otras –como en este caso– las que se alejan más de 5 km de la costa. En uno y otro caso, la navegación se hace mínima en las cómodas truckers que permiten el trabajo de hasta 4 pescadores. Y el tiempo de pesca que ahorramos en viaje, lo ganamos en el agua. Desde la marina al pesquero, con toda la furia, no se tarda más de 15 minutos. Y eso, en una pesca de embarcados, no es nada.
Técnicas y equipos
Mientras el guía realizaba la maniobra de anclado que se hace tirando un ancla en popa con un cabo de 40 metros y sujetando la lancha por proa a los palos –doble sujeción que le da estabilidad a la lancha–, armamos equipos consistentes en cañas de bait de 2,10 m, de punta fina y acción médium, y reeles de perfil bajo con nailon 0,35. Para la boga el multifilamento no conviene porque por su falta de estiramiento produce rotura de labio en los ejemplares si no aflojamos la estrella en la clavada. Y además, el roce contra las piedras en una pesca de enganches frecuentes suele debilitarlo, pudiéndonos hacer
perder un ejemplar de novela.
Nota publicada en la edición 520 de Weekend, enero de 2016. Si querés adquirir el ejemplar, pedíselo a tu canillita o llamá al Tel.: (011) 5985-4224. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.
21 de enero de 2016
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