Todos los años a fines de noviembre o principios de diciembre, con un grupo de amigos preparamos una salida con kayaks a la zona de las playas al sur del faro Querandí. Acampamos en la costa y limitamos las provisiones a lo básico, ya que la premisa es “se come lo que se pesca”. Pese al pronóstico poco alentador en materia de viento,
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igualmente cargamos los kayaks en la camioneta y partimos. La buena noticia es que la pesca de costa en este lugar es garantía de atractivas capturas en cuanto a variedad y a
cantidad, si teníamos una ventana climática apropiada.
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Entrando por la localidad de Mar Azul, recorrimos los 13 km hasta el Querandí. A partir del faro y tomándolo como referencia, desandamos 15 km más prestando especial atención a la formación de canaletas frente a la costa. Ni bien detectamos la clásica rompiente y la formación de un pasaje, detuvimos el vehículo y procedimos a armar las cañas. El viento en ese momento soplaba a unos 35 km desde el sureste, por lo cual los kayaks deberían esperar atados todavía, ya que la superficie estaba muy revuelta y las
rompientes que nos aguardaban mar adentro eran insalvables.
Carrovelismo: ruedas, viento e inclusión
Los equipos de costa consistían en cañas de entre 3,50 a 4,20 m, potentes, aptas para lanzar hasta 200 g. Los reeles frontales que usamos eran desde modelos clásicos hasta ultramodernos. La carga de nailon para facilitar los lanzamientos no superaba los 0,40 mm. Y en reeles que poseían dos carretes, se alternaba uno cargado con 0,40 y otro con 0,30 para ganar distancia de ser necesario.
Esquel, destino de pesca deportiva
Nota publicada en la edición 520 de Weekend, enero de 2016. Si querés adquirir el ejemplar, pedíselo a tu canillita o llamá al Tel.: (011) 5985-4224. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.
14 de enero de 2016
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