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PESCA | 25-03-2020 12:25

10 tips para elegir el mejor guía de pesca

No se debe elegir un guía solo por amistad. La pesca requiere conocimientos de muchas otras cuestiones. Cuidado con los pescadores devenidos en guías. Claves para que una salida se convierta en excelente.
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En todas las salidas posibles contratá un guía de pesca: te vas a ahorrar mucho tiempo en buscar el pez y recibís todos los beneficios de su atención, como encarnar una morena, levantar un pez con el copo o desanzuelarlo. Además, los riesgos de la embarcación (por ejemplo, una rotura de hélice) corren por su cuenta. Por eso, muchas veces no es tan caro como parece, lo cual no quiere decir que uno disponga de ese dinero. Precisamente, dadas las actuales condiciones económicas, conviene tomar en cuenta algunos consejos al buscar un baquiano para una salida. Lo mejor, entonces, es trazar el perfil de un guía:

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1. Que conozca el pez

Si un guía no conoce el pez que se busca pescar, es inútil contratarlo. Para ello hay que dejarle bien en claro qué se desea atrapar. Nunca dejés nada por sentado. Si querés pescar dorados, y no surubíes, explicáselo al contratarlo. Si no están saliendo dorados, un buen guía no te va a hacer perder tiempo y te ofrecerá otra variante o te pedirá que lo llamés más adelante. Una posibilidad, con la que hice la mayor parte de mis notas de pesca, es consultarle cuál es la especie que está picando en ese momento y dedicar a ella la salida lo más rápidamente posible.

2. Que conozca el lugar de pesca

Nunca conviene contratar a novatos o pescadores osados devenidos en guía. Si no tienen una experiencia en el lugar, ¿cómo te conducirán al mejor pesquero? La necesidad económica ha hecho que muchos se promocionen como guías, cuando en verdad apenas conocen un poquito un lugar. En esos casos conviene que la práctica la hagan con amigos y no con un cliente, que abona la salida, salvo que claramente se le comunique que van a probar tal o cual lugar o tal o cual pesca, sin tener la certeza de que se va a dar.

3. Que conozca la modalidad de pesca

Si un guía no conoce cómo pescar con mosca, seguramente anclará la lancha a una distancia tan larga que los castings quedarán todos cortos, acostumbrado a la pesca con carnada. Si el guía solo pesca con mosca, probablemente no conozca cómo hacer una pasada a trolling por una piedra profunda donde están comiendo los surubíes. Otro de los puntos que dejar bien en claro es qué modalidad de pesca se empleará. Fundamental también, claro, para saber qué equipo llevar.

4. Que quede en claro el costo de su servicio

Para evitar malentendidos luego de la pesca, debe quedar bien en claro el precio (individual o por lancha) y qué incluye ese monto. A veces, el guía cobra un precio determinado por su servicio, al que le suma la nafta y el aceite. A veces también es el encargado de comprar la carnada o de suministrar los señuelos. Todo debe quedar en claro, sobre todo, si hay gastos extras. Para el mismo guía esto es conveniente: a ninguno le ayuda “sacarle más plata a un pescador” sino hacer de ese pescador un cliente y, luego, un amigo.

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5. Que se sepa bien la cantidad de personas que van a pescar

Muchos guías ajustan su precio al número de pescadores, porque usan lanchas más pequeñas, por ejemplo, para grupos más chicos. Si el número es mayor y el guía pone una lancha chica, habrá problemas de espacio. Por el contrario, si vienen menos personas de lo pactado y el guía reservó una lancha grande, el prorrateo del costo del combustible será muy caro.

6. Que se sepa qué se hará en caso de una contingencia, como el mal tiempo

Si la salida de pesca se realizará cerca del domicilio de los pescadores, puede que la suspensión por algún inconveniente no se convierta en un  problema. La situación se agrava por la distancia y, más aún, si el guía tiene muchas reservas. Especialmente hay dos temas que atentan contra una salida de pesca y que tienen que ver directamente con la naturaleza y en los que el ser humano no tiene injerencia: el mal tiempo y la subida o bajada del agua. Al pactar una salida de pesca es bueno que ambas partes dejen una puerta abierta en estos dos asuntos. Es decir, que quede bien claro que si, por ejemplo, el río crece, o la laguna baja, o llueve, la salida se suspenderá unas horas antes. Cada guía es particular al respecto. Y debe respetárselo como tal. También hay que prever qué sucederá en caso de que la causa sea otra: una enfermedad o malestar físico, un familiar enfermo, problemas laborales o con el auto, etc. En este sentido siempre hay que consultar qué sucede con las señas: normalmente no se devuelven sino que se pasan para otras fechas.

7. Que sea claro quién se hace cargo de la comida y bebida

Una sola vez me pasó. Después del mediodía y con más de treinta grados de temperatura, no había nada más para tomar. Y éramos cuatro, dos de ellos menores de edad. Lejos de la ciudad, solo con el guía y la lancha, no es nada lindo enterarse de que la comida o la bebida corría por cuenta del cliente. Por tanto, conviene dejar establecido quién llevará todo. De paso, también solicitá con antelación si vas a alquilarle los equipos de pesca, te los presta o llevás los tuyos.

8. Que el guía sea un amigo

Siempre es mucho mejor pescar con un amigo que pescar con un guía. Pero la única forma de conocer a un amigo es ser amistoso. Por tanto, siempre conviene ser cordial y recordar que, aunque pagués por esa salida de pesca, no te da derecho al maltrato ni tratar a la persona como si fuera una máquina obligada a hacer algo por plata. Por tanto, aunque haya una transacción comercial, conviene buscar estrechar vínculos, que luego, incluso, se traspasan a cuestiones más profundas que la pesca misma. Esto también permitirá entrar en confianza para consultar sobre el pique, por ejemplo.

9. Que se sepa el objetivo de la salida de pesca

Es imposible conocer la pesca como un guía local. Simplemente porque el baquiano está horas y horas en el agua. Por lo tanto, al conversar con él conviene siempre escucharlo y compartir el deseo de pescar un determinado pez y de una cierta manera, sin dejar de oír los consejos del guía e, incluso, sometiéndose a un cambio que él sugiera. Un ejemplo: Quisiera ir a pescar con señuelos al mar, pero si el guía me dice que el agua no está en condiciones o no entraron a la zona los peces cazadores, de nada vale que le imponga que hagamos esa pesca. Dejaremos los equipos de baitcast e iremos a pescar con carnada natural o esperaremos mejores condiciones. Ser cabeza dura no es conveniente porque solo lograremos que el guía nos dé el gusto y no pesquemos nada.

10. Que haya una buena agenda

Una surtida agenda de contactos de guías de pesca es básica para disfrutar de este deporte. Se arma por propia experiencia y por consulta con otras personas que han pescado con ellos. Por ejemplo, si quiero pescar con mosca en el río Limay, les pediré el teléfono de un guía a mis amigos mosqueros de esa zona o a aquellos que tienen experiencia en estos lugares, y no a los que frecuentan la pesca con carnada en el Litoral. Con las experiencias propias y de otros amigos van descartándose aquellos guías que no satisficieron lo que se esperaba de ellos y van afirmándose los buenos guías de pesca.

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Néstor Saavedra

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