La temporada avanza, el calendario nos acerca a días más cálidos y algunas especies van tomando mayor preponderancia en la mente de los pescadores deportivos. Entre ellas, sin dudas la boga y la tararira son las que pican en punta. Ambas muy combativas y con distintos comportamientos, a veces ocupando los mismos sectores de pesca, pero con diferentes formas de capturarlas.
Después de la tormenta, El Pescado
Pese a que teníamos el dato certero para ir a realizar el relevamiento de estas dos especies, el tiempo nos jugó una mala pasada: todas las veces que encaramos el viaje, llovió de tal manera que no pudimos concretar la pesca. Fue así que, juntando datos de amigos pescadores, podemos traerles algunas imágenes para coronar este escrito que aporta consejos de una pesca de lo más entretenida.
Hablando con Rafa Geier, de Puerto Yeruá Pesca, nos enteramos de la calidad y cantidad de bogas que estaban saliendo en toda esta zona del Uruguay entrerriano, pescándolas en el centro del cauce con maíz remojado. Suena fácil, pero ellos que las buscan todos los días la tienen bien clarita para anclar de manera eficaz. Volviendo al Río de la Plata y hablando con Gaby Capozzy, un ferviente pescador y conocedor de tarariras en la zona sur, me enteré de que hay un par de zanjas y arroyitos en el delta interior de Berisso donde es fácil pescarlas en cualquier época del año, pero siempre con la bajante. El las tienta con carnada natural y señuelos; también utilizando equipos de flycast. Allí es común dar con bogas muy grandes en los malecones, pero hay que esperar a que aumente un poquito más la temperatura.
Primeros intentos en búsqueda de las tarariras
Tarus desde el point
Por su parte, Javier y Marcelo González salieron en busca de las taruchas en campos linderos al Paraná, en la zona de Zárate. Las pocas que pudieron pinchar fueron con señuelos de látex que trabajaron sobre la arvejilla y los pastos en superficie.
Ningún tamaño sobresaliente, apenas de 800 g a 1 kg de peso máximo. También vinieron buenas noticias desde Villa Paranacito, donde David del Valle tiene un lugar muy bueno para buscar tarariras, sólo hay que esperar un día bueno y llegar para pescarlas. Estuvo probando y le fue muy bien con ejemplares realmente grandes con equipos livianos.
En cuanto a mi experiencia personal, en una salida por pejerreyes en el Río de la Plata, navegamos hasta la Segunda Sección del Delta en busca de las tarariras. Cruzamos un par de bancos de arena, llegamos hasta una zona de pequeños arroyos y zanjones, armamos las cañas y, utilizando látex de superficie y otros señuelos duros de sub superficie, comenzamos con los lanzamientos. Sin esperar demasiado, tuvimos unos pocos ataques que no pudimos concretar, hasta que una linda tarucha se decidió y atacó vorazmente. Pudimos izarla a bordo, fotografiarla y devolverla sin mayores daños.
Tarus versus bogas
La tarucha es un pez más territorial que se aletarga fácilmente y puede responder tanto a carnadas naturales como artificiales. En cambio la boga, si bien podemos encontrarla acardumada, es muy difícil que se quede quieta en un solo lugar. Está la opción de cebar algún sector previamente y concentrarlas en ese punto, pero de igual forma puede moverse de manera constante y aparecer en sitios en los que un rato antes no estaba. A la tararira podemos encontrarla en ríos, lagos, lagunas, arroyos y hasta en algún ojo de agua producto de una inundación o desborde. En cambio, a la boga nunca la veremos en pesqueros cerrados o sin conexión a un río madre.
Para la pesca de taruchas con artificiales podemos usar equipos de spinning o baitcasting con cañas entre 1,80 a 2,10 m de largo, reeles frontales o rotativos chicos o medianos, cargados con hilo multifilamento de 30 lb (1 lb = 453,5 g), aunque también podría ser nylon monofilamento de 0,30 mm. Completan el equipo leaderes de acero de unos 20 cm de largo y señuelos que podrían ser tanto duros como de látex. Del mismo modo, se pueden usar estos equipos para pescarlas con carnada natural o bien agregar una caña más larga, de hasta 2,50 m, para lograr mayor distancia o usar una línea de fondo con un plomito de hasta 50 gramos.
Las carnadas más utilizadas para las tarariras son dientudos, mojarras, posta de sábalo, bagres amarillos, etc. En cambio, la pesca de la boga es algo totalmente distinto, en la mayoría de los casos se realiza de fondo, tanto con líneas corredizas o fijas. Para capturar a estas últimas se usan cañas de 2,10 a 2,50 m de largo, de acción de punta, reeles preferentemente rotativos o del tipo huevito, cargados con hilo multifilamento de 20 lb o nylon monofilamento del 0,30 mm, según las circunstancias.
En ríos de correntada fuerte
Siguiendo con la pesca de bogas, hay dos maneras bien marcadas de conseguirlas: si lo hacemos en ríos de fuerte correntada, como podrían ser el Paraná o el Uruguay, se realiza con la línea en movimiento, picando el plomo o a la carrera, utilizando un aparejo muy sencillo que consiste en pasar un plomo corredizo por la madre del reel y agregar, mediante un esmerillón, una brazolada de 1 a 1,50 m encarnada con uno o dos granos de maíz. Esta modalidad consiste en llegar al fondo con la línea e ir moviendo la punta de la caña para que el plomo se levante y camine.
Muy distinto es pescarlas en el estuario del Río de la Plata, donde se buscan sectores sin correntada y al reparo de los juncales. Acá se utilizan normalmente líneas corredizas de una o dos brazoladas, que pueden estar encarnadas con maíz, masa, corazón vacuno, salamín, grasa, etc. ¿En el Plata se puede pescar en sectores con correntada? Obvio que sí. En cambio, si la idea es pescar tarariras con artificiales, vamos a buscar sectores de aguas sin movimiento, con vegetación en superficie, salidas de arroyos, lagunas interiores o costas bajas. ¿Las podemos pescar sobre el río madre? Es más difícil, pero claro que sí.
Comentarios