Tiburones, corvinas negras y chuchos son, sin duda, parte del gran slam de especies calificadas de buenos portes que podemos encontrar en nuestro generoso Mar Argentino. Se trata de peces que el aficionado va a buscar, en su mayoría, con destinos, técnicas y equipos particulares, siendo los chuchos los que han adquirido mayor notoriedad y captación de pescadores con los torneos a la pieza mayor, ya que sus portes superan holgadamente los 20 kg y, gracias a una captura de estos, más de un cañófilo se ha ganado un vehículo, departamento o jugosos premios en efectivo.
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Adónde encontrarlo
Amo y señor de las canaletas, las que recorre en búsqueda de su alimento y por la que intentará escapar una vez pinchado en base a su fuerza natatoria, el chucho habita casi toda la costa atlántica y es una especie muy vulnerable a la explotación pesquera. Eso llevó a que muchas instituciones y clubes lo eliminaran de los concursos o sean objeto de un rápido pesaje y se devuelvan al agua. Su reproducción tardía y baja fecundidad los hace altamente débiles frente a las presiones pesqueras: machos y hembras se reproducen recién a partir de los 6 y 8 años, respectivamente. Son vivíparos, por lo que al igual que los mamíferos, las hembras gestan y paren a sus crías, y éstas resultan ser unas pocas cada vez. Es muy común que, al extraer una pieza del agua o al estar colgados en una ganchera, vayan expulsando sus crías, por lo que es importante una correcta y rápida devolución, más con las hembras, siempre atentos a su cola en forma de látigo con una o dos púas aserradas y venenosas. Esa chuza no es mortal, pero en el caso de pincharse, el pescador va a pasar un mal momento. Si accidentalmente ocurre, es recomendable aplicarse agua caliente en la zona afectada y acudir a un médico en forma inmediata.
Buscador fanático
El combate que genera el chucho hace que muchos aficionados sean seguidores acérrimos, como Joaquín Schiavi, un joven pescador de San Clemente del Tuyú que constantemente está dando con alguna captura que, tras las fotos, devuelve al agua. Schiavi, con la actividad cañófila en la sangre como toda su familia, nos despertó la atención ante tanto éxito con el chucho, lo que motivó a solicitarle que nos compartiera algunos de sus secretos para dar con estos gigantes del Atlántico, los cuales presentamos en esta nota.
El pique de la especie se manifiesta con una larga y fuerte llevada, y tras la clavada sobreviene una dura porfía, más si el ejemplar es de un peso importante, dado que por la forma de su cuerpo suele afirmarse en el lecho del mar y, a veces, hasta lograr hacer un tipo de ventosa, lo que nos obliga a tener mucha paciencia a la hora de intentar sacarlos a arena firme. Hay dos momentos críticos en la lucha. El primero es apenas pica, ya que no tiene la voracidad de otros peces y es cuando más chance tenemos de perderlo al venir mal comido. El segundo es la extracción. La forma más fácil de realizar esta última maniobra es dejándolo varado en la arena y, aunque cada pescador puede tener su técnica. Lo ideal es tomar la pieza por la boca y nunca cortarle la cola y devolverla, ya que indefectiblemente de esa forma morirá.
Para ir por ellos no necesitamos más que un simple equipo de variada, el mismo que podemos usar para obtener cualquier otra especie de playa. Una caña potente es lo ideal, de 4 a 4,20 m, con un reel cargado con 300 m de multifilamento de 0,25 mm, unido a una madre pegada que va del 0,40 a 0,80 mm. Esa es la receta de Schiavi, aunque los amantes de los concursos achican medidas para buscar buena distancia en el tiro, con el sabido riesgo de corte por la fuerza del pez o algún roce. Los aparejos son variados. En el caso de nuestro amigo, le da mucho resultado el uso del tipo balancín, con dos anzuelos puestos en tándem. Como línea recomienda armarla con 1.00 mm, en su totalidad, con bajadas de 90 cm de la misma medida, rematadas con un anzuelo circular N° 6/0. Así son los aparejos que Joaquín vende con la marca Superbait.
Cómo tentarlos
La carnada más rendidora es el langostino entero, aunque otra buena alternativa es la anchoa entera cuando hay mucho descarne. Otros gustan de envolverlos con el cuerpo del calamarete. ¿De qué forma? Primero atando un langostino en el anzuelo y luego tapándolo con el calamarete sin tentáculos, sujetándolo de arriba para que no se mueva.
La elección del lugar de pesca es importante, aunque los bancos de arena que suelen estar entre 80 y 100 metros de la costa son los sitios en los que vamos a encontrar al chucho. Schiavi se mueve en las playas de San Clemente del Tuyú, pero cada punto de nuestro amplio litoral marítimo nos permite dar con esta combativa especie, que mecha su captura con el resto de la variada como lo hace Joaquín, quien en las últimas semanas sumó corvinas, melgachos, congrios, bagres, pejerreyes, palometas y muchas rayas.
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