Unos cuantos meses atrás habíamos programado una bajada por el río Espinillo y sus afluentes más importantes, pero la gran crecida del Paraná nos impedía hacerla, por lo cual tuvimos que esperar y escuchar lo que nos informaba la gente del lugar. A medida que el río se iba poniendo en condiciones, los guías y pescadores comenzaron a largarse para ver con qué se encontraban. Y grande fue la sorpresa cuando las capturas, en su gran mayoría, superaban los dos dígitos, algo increíble e inusual para el lugar relevado y por las características de la zona.
Recorriendo la ruta de los pejerreyes
Llegaban comentarios que sorprendían y que solo aumentaban las ganas de estar pescando allí. Hermosas fotos de enormes dorados y mensajes mucho más que alentadores nos impulsaron a programar de manera inmediata un viaje a esta famosa zona del nuestro Paraná Medio, con lugares únicos e irrepetibles.
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Para que la cosa tomara un poquito más de calor y color, me comuniqué con Matías Pavoni. Él suele hacer estas salidas y es un constante buscador de nuevas aventuras, con quien se puede disfrutar y aprender pescando en todas las modalidades. La idea era pescar un par de días para probar las técnicas que se pudieran, predominando la pesca con artificiales pero sin descuidar el uso de carnada natural. Para cubrir la práctica con artificiales llevamos varios equipos de baitcast, con cañas de 1,60 a 2,10 m de largo, reeles medianos del tipo huevito o bajo perfil con buen registro de freno que carguen 100 m de hilo multifilamento de 40 o 50 libras (1 libra: 0,453 kilos) y el complemento de leaders de acero hasta 35 cm de largo, pinza de punta sacaanzuelos y anillas y triples para cambiarle a los señuelos si es que haciera falta.
Señuelos y moscas
Según lo conversado con el guía, en referencia a los señuelos fue contundente: “¡Traigan todos, después no se quejen!”, en clara alusión a la deformidad de los pesqueros debido a la gran crecida del río. Para los amantes del fly no es muy difícil la elección: llevando cañas para línea 6 y 8 con líneas de flote y hundimiento y moscas en las que predominen los colores negro, fucsia y verde se estará más que completo. Comenzamos las charlas con Nicolás Rosas, quien sería mi compañero de aventura.
Muy pronto nos pusimos de acuerdo para realizar esta nueva salida partiendo de la ciudad correntina de Esquina, donde río abajo íbamos a poder tocar diferentes pesqueros con muy buena población de dorados. Llegamos la noche anterior al día de pesca y con muchas ganas de verificar si eran ciertos los comentarios que auguraban una alta población de enormes ejemplares que superaban holgadamente los 10 kg de peso y en cantidad, cosa poco común y que hay que ver para creer. Nos levantamos con las primeras luces del día. Nos esperaba un exquisito desayuno servido en el comedor del Hotel Eque Porá, un lugar muy cálido y siempre lleno de pescadores deportivos, con quienes nos unimos en anécdotas y comenzamos la pesca desde allí.
Nota publicada en la edición 526 de Weekend, julio de 2016. Si querés adquirir el ejemplar, pedíselo a tu canillita o llamá al Tel.: (011) 5985-4224. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.
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