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NAUTICA | 11-03-2019 12:03

Puesta a punto de los antideslizantes

Es un elemento clave para evitar resbalones en la cubierta, pero no es ajeno al desgaste. Propuestas y métodos paso a paso para renovarlo.
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A medida que vayamos utilizando la embarcación, en algún momento notaremos que el antideslizante ya no está en buenas condiciones, algo necesario para el tránsito seguro por la cubierta y otros sectores. Esto es producto del deterioro lógico por las inclemencias del tiempo o debido al simple desgaste de los pasos. Hay que considerar que una revisión a ojo no alcanza para evaluar correctamente el estado del antideslizante. El punto más difícil es saber si la cubierta ya fue pintada en algún momento, si nunca se tocó y tiene el gelcoat original, o si el desgaste es tal que merece ser pintada nuevamente. A fin de poder iniciar los trabajos de reparación, en primer lugar hay que tener ciertos materiales mínimos: sal de limón, lijas, cinta de enmascarar, gelcoat, base epoxi, sellador, poliuretano, pinceles, trapos, arena y microesferas de vidrio o paneles antideslizantes. Los procedimientos para la preparación de la superficie y colocación del nuevo antideslizante en la cubierta deberán ser llevados a cabo por algún plastiquero naval o personal idóneo en el tema, lo cual no quita que, si la reparación es simple y nos damos algo de idea, no podamos encararla por nuestra cuenta.

Pasos a seguir

Si la cubierta posee el gelcoat original y se encuentra degradado por el paso del tiempo y/o la falta de limpieza –se debe hacer en primer lugar una limpieza profunda que incluya pulir las partes lisas–, significa que sólo le falta algo más de cariño y mantenimiento, todavía no es necesaria una nueva capa de pintura. Si después de haber pasado por el punto anterior, la cubierta no mejora en su aspecto y se observan arañitas en la capa superficial, hay dos caminos por seguir, y ambos demandan bastante tiempo y dinero. El primero, y más caro, es desarmar todo lo que se pueda sobre la cubierta para luego lijar, encintar, limpiar y sopletear con gelcoat. Es una tarea cara por la mano de obra, pero el resultado final durará muchos años y mantendrá la originalidad del barco. Lo difícil es encontrar al pintor que tenga las ganas de hacerlo y al dueño que quiera asumir el gasto.

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El segundo es una trabajo parecido, en el que también se deberá preparar la cubierta para pintarla con poliuretano. En este caso, es posible hacer retoques y arreglos posteriores de detalles entre cada mano. Lo ideal es comenzar con una base de epoxi que haga de puente y sellador, para después aplicar el mejor poliuretano que se pueda. Si el trabajo ha sido a conciencia, la terminación generalmente es óptima, con algo más de brillo que el caso anterior, pero de menos durabilidad; la pintura, por más que sea de la más alta calidad, no es gelcoat. Si la cubierta ha sido pintada en alguna oportunidad y se encuentra deteriorada, hay que ver cuál es el estado y qué solución es la más adecuada para el barco y el bolsillo del armador. Si se ha tomado la decisión de hacer los trabajos correspondientes, los caminos son de los más diversos, en costos y tiempos de trabajo.

Las opciones son pintar con poliuretano y respetar los antideslizantes que posee la cubierta desde su matriz o pintar con poliuretano y hacer de nuevo el antideslizante. Aquí, puntualmente, se deberá prestar atención a la terminación que pretendamos y a la eficiencia del antideslizante que se le haga. Las soluciones son varias, desde colocar arena o microesferas de vidrio, hasta el pegado de paneles antideslizantes que se venden por metro. Todo va de acuerdo al gusto y bolsillo del consumidor. Estéticamente, la solución más eficiente y mejor presentada son las microesferas de vidrio, duran mucho tiempo, no son tan abrasivas como la arena y no se despegan como el antideslizante por metro. Antes de poner manos a la obra, hay que quitar todo lo que está sobre la cubierta para dejarla lo más despejada posible. Así se garantizan menos horas de encintado y las habituales desprolijidades al quitarlo. Lógicamente, se trabaja mucho más en los desarmes y posteriores sellados, pero el acabado final lo justifica. Si se dejara el antideslizante existente, hay que lijarlo muy suavemente para generar mordiente, pero sin que pierda la capacidad antideslizante. También hay que lijar retoques y saltaduras.

En el caso de que haya que hacer antideslizantes nuevos, luego de lijar y sacar los restos de pintura existentes, para asegurar que la nueva pintura no levante capas anteriores hay que dedicarse al masillado de imperfecciones y saltaduras. Luego se lija nuevamente y, una vez terminado, se pasa al diseño de las áreas con antideslizante, encintando y probando cómo quedarán estética y operativamente. Para terminar, aplicar la pintura epoxi con rodillo o pincel, colocando las microesferas sobre las zonas encintadas. Quitar las cintas de enmascarado y pintar toda la superficie a cubrir –antideslizante y cubierta– con epoxi. Por último, se debe aplicar poliuretano a soplete –tantas manos como recomiende el fabricante o quien comercialice los productos–, quitar el resto de las cintas y colocar cuidadosamente todos los herrajes de cubierta

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Escaleras de madera

Si de escaleras se trata, las recomendaciones son similares a todos los casos en que se trabaje con pintura. Contrariamente a lo que pasa con el plástico, acero o aluminio, la madera es mucho más amena para esta labor, pero no menos demandante en tiempo si se quieren lograr buenos resultados. Si lo que buscamos es hacer el antideslizante en los escalones, hay dos opciones para seguir. La primera y más económica es pegar sobre cada uno de los cantos de los peldaños el antideslizante adhesivo. Para aplicarlo sólo se debe cortar la medida que se necesita y colocarla en el lugar adecuado; además es apto para el posterior barnizado. La otra forma supone lijar todo el escalón, encintar la zona que tendrá el antideslizante, pasar una mano de barniz cargado y aplicar las microesferas. Quitar la cinta y dejar secar el tiempo necesario. Hacer una limpieza superficial –para quitar las microesferas que no se hayan adherido al escalón– y continuar con las manos que sean necesarias hasta darle la terminación que pretendamos.

Otros consejos importantes

Si no se poseen las habilidades necesarias para los trabajos más grandes, es recomendable no meter mano uno mismo para abaratar costos. El remedio podría ser peor que la enfermedad. Sin embargo, si se opta por realizar los trabajos por cuenta propia, lo ideal es contar con el asesoramiento de las pinturerías del ramo. Por su parte, siempre que se contrate mano de obra, es aconsejable visitar y ver los trabajos previos del profesional a emplear. Si además de pintar la cubierta y hacer los antideslizantes, se debe hacer lo mismo con el cockpit, lo mejor es realizarlo con microesferas de menor tamaño. Con esto se consigue una superficie terminada que no es tan abrasiva, que no perjudica la piel y la ropa que habitualmente utilizamos para navegar. Si se decide pintar la cubierta completa y hacer los antideslizantes en distinto color, se debe tener en cuenta que los colores oscuros absorben el calor, lo que obviamente repercute en la temperatura interior del barco.

Por último, hay que recordar que al intentar colocar las microesferas resulta difícil regular la cantidad. Para aplicarlas correctamente, los métodos más comunes van desde la simple utilización de una media de mujer cargada con microesferas para espolvorearlas, hasta usar una lata de duraznos con pequeños agujeros en su base, a modo de salero invertido.

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Martín D'Elía

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