Thursday 28 de March de 2024
NAUTICA | 21-02-2017 09:30

Cómo cortar las olas de manera segura

Cuál es la maniobra correcta para pasar una lancha y evitar chocar contra ella. Por qué las olas deben tomarse perpendicularmente.
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Existen muchas cosas que parecen obvias y, por tal motivo, no se tienen en cuenta. Además, con el diario de mañana todos somos expertos y eximios navegantes como para encontrarle soluciones a lo que ya pasó. En estas épocas donde existe gran cantidad de embarcaciones que navegan y muchos no pueden controlar su ansiedad de llegar rápido a destino, se pueden generar situaciones fácilmente evitables.

Con ese objetivo vamos a explicar algunos conceptos que hacen a la simple maniobra de pasaje entre embarcaciones, de forma tal de evitar momentos desagradables, como colisiones inesperadas por no saber cómo cortar las olas. La navegación debe ser un esparcimiento y un disfrute a pleno con la familia o los amigos, donde no hay lugar para la inseguridad

Pared de burbujas

Cuando una embarcación navega deja en su popa una estela en el agua. Si nos detenemos en ella veremos que esa marca se forma por burbujas de la hélice de la embarcación, y por una pared de agua más o menos grande que es producto del agua desplazada, que se abre en ángulo. Esa pared será más alta cuanto más cerca esté de la embarcación que la produce.

En la figura podemos observar la maniobra de sobrepaso, que debe comenzarse lo más alejada posible de la embarcación que a uno lo precede y atravesando la estela a 90 º. En caso de no hacerlo, al momento de intentar el sobrepaso nos encontraremos con una pared de agua alta por estar cerca de la embarcación.

En ese caso, si la potencia de nuestra embarcación no es suficiente, o si el ángulo de corte de la ola no es el adecuado, no podremos lograr superarla y rebotaremos contra ella, hacia adentro de la estela, lo que nos llevará a una colisión segura contra la embarcación que navega a proa (como pasó hace unas semanas en el Delta porteño).

¿De qué manera se logra evitar esta situación? Una es cortar la estela lo más lejos posible para evitar el rebote. La otra es hacerla con un ángulo lo más cercano a los 90°, siempre que tengamos la potencia suficiente. Pero, fundamentalmente, se evita si en el momento del pasaje ambas embarcaciones están suficientemente alejadas una de la otra.

Otra situación conflictiva en el pasaje es cuando viene otro nauta de frente, sobre todo en lugares angostos. En este caso, la estela producida por la embarcación que viene de frente genera la misma pared, pero que nos tirará hacia afuera. Y, tal como se ve en la infografía, también es peligrosa, porque esta pared de agua puede hacer que nuestra lancha salga rebotada hacia estribor.

y colisionemos con la que hemos sobrepasado. La situación se agrava cuando el sobrepaso se hace en un codo del río, no solo por lo que ya explicamos, sino porque no vemos a quien viene de proa. La solución es evitar la maniobra de sobrepaso cuando viene otra embarcación de frente o en el codo de un río. Uno debe tomarse su tiempo y esperar tener todo claro antes de iniciarla. Siempre lo importante es dejar la impaciencia en el muelle antes de salir a navegar. Como dijimos al principio, todo es obvio. Y cuando ya ocurrió un accidente todos somos expertos en maniobras y tenemos soluciones a lo sucedido. Un comentario que se suele escuchar posterior al accidente es: “¿Cómo no volanteó con energía para salir de esa situación?”.

Posibles respuestas

Cuando una lancha va derecho y sin problemas es fácil y dócil en el giro a una u otra banda, pero cuando la embarcación es impulsada por un agente externo, en este caso por la estela, se hace pesado y difícil hacerla caer de acuerdo con nuestra intención. Ello se debe a la fuerza que hay que hacer para vencer a la inercia de la estela que nos desvía y al giro de la hélice que dificulta la maniobra en esa circunstancia.

Conclusiones apresuradas

Otro de los comentarios que se escucha decir a quienes luego de ocurrido un sinestro tienen solución a todo, es por qué no aceleró o bien desaceleró. Es porque cuando uno está haciendo fuerza con el volante, es normal que no piense en sacar las manos de allí para agarrar la palanca de marcha.

Pero existen otros agravantes. Uno es que la estela está formada por burbujas, lo que puede ocasionar que la embarcación que va a sobrepasar pierda potencia producto de la cavitación, que es el aire en la hélice. Es más, hasta puede quedar sin propulsión y a merced de las olas.

El otro es que muchos pilotos navegan sentados en los respaldos de los asientos o parados, lo que les aleja las manos del volante y de la palanca de marcha, y no pueden reaccionar a tiempo ante la emergencia. Sin duda, muchas cosas parecen obvias, pero refrescarlas a tiempo evitará pasar malos momentos en el río.

Nota completa publicada en la edición 533 de revista Weekend, febrero 2017.

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Francisco Savino

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