En la náutica son pocos los fabricantes que se juegan a diseños de lanchas que rompan con las líneas clásicas: en realidad, son todas muy parecidas. Y si hablamos de colores, los plásticos son siempre blancos o beige, con bandas azules, verdes, amarillas y, en menor medida, rojas o anaranjadas.
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Salvo algún tuneo particular –se suele ver en el Delta una lancha pintada estilo cebra–, se sigue un estilo definido. Pero ¿qué pudo llamarnos la atención en un trucker recién botado de Prinz, si las formas en estos botes son casi idénticas más allá de las marcas? Sus bandas camufladas.
“Hace rato queríamos hacer un bote camuflado –cuenta Héctor Ciccarelli, de Prinz– pero no nos animábamos, hasta que apareció un cliente con ganas de tener uno que saliera de lo común”. El comprador en cuestión es José María Seidenari, que estaba “aburrido de los colores clásicos, todo igual, todo monótono. Así que como además de pescar me gusta mucho la caza, empezamos a trabajar los bocetos hasta que salió el dibujo final del camo”, recuerda.
José compró hace dos meses un bote de 6,30 m de eslora que usa todos los fines de semana para pescar en el Río de la Plata y el Delta. “Es el primer trucker que tengo y me sorprendió la comodidad para pescar y moverme a bordo. Además, navega muy bien y resulta económico de usar”, afirma refiriéndose a las cualidades de este tipo de embarcaciones que por su fondo semiplano puede navegar con motores de baja potencia y manteniendo un consumo muy bajo de combustible comparado con las lanchas deportivas, cuyo casco se hunde más en el agua. Además, al ser mangudos poseen una estabilidad lateral notable, sea fondeado o navegando.
Nota completa en la edición 485 de Weekend, febrero de 2013. Si querés suscribirte a la revista y recibirla en tu domicilio, clickeá aquí.
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