Volkswagen Argentina acaba de lanzar el segundo rediseño de la Amarok, la primera pick-up mediana que la marca alemana fabricó en su historia y que desde 2010 produce en su planta de General Pacheco. Ahora bien. ¿Por qué después de 14 años de iniciado este proyecto va por el segundo restyling –el primero fue en 2016– cuando la mayoría de los modelos de autos en el mundo cada década aproximadamente inician una nueva generación? La historia es digna de una telenovela centroamericana. En 2019, Ford y Volkswagen anunciaron un acuerdo global por el cual ambas compañías trabajarían en conjunto para producir pick-ups, utilitarios y vehículos eléctricos bajo el paraguas de un proyecto común denominado Cyclone.
En este punto hay que aclarar que de ninguna manera se trata de una reedición de Autolatina, aquella sociedad que las marcas constituyeron en la Argentina y Brasil en 1987 para producir autos en forma compartida ante la crisis que cada una tenía entonces en estos países. Esta asociación duró hasta 1995 cuando ambas empresas retomaron sus respectivos controles accionarios en cada país. La consecuencia en el nuestro fue una fábrica partida en dos por un alambrado y que, para peor, pasa por el medio de la pista de pruebas que ninguna puede utilizar.
El proyecto Cyclone prevé la mutua colaboración técnica, tecnológica y de desarrollo pero sin compromiso societario de una con la otra.
Una pick up para correr el Dakar
En un principio, este acuerdo iba a tener un fuerte impacto en nuestro país dado que cada marca tiene fábrica y las dos producen pick-ups, la Ford Ranger y la VW Amarok. Sin embargo, cuando el proyecto iba tomando forma en el mundo, a mediados de 2022 la alta dirección de Volkswagen Argentina canceló la producción conjunta de una única pick-up. Los argento-alemanes no estaban dispuestos a que los argento-estadounidenses les fabricaran su Amarok.
La naturaleza argentina en una serie documental
Pero esta decisión provocó que, ante la cancelación local de la cooperación, VW argentina se viera obligada a estirar la vida de la Amarok I con un nuevo rediseño, dado que la filial local no iba a contar con la inversión necesaria para hacer una nueva generación porque ese dinero se había destinado al proyecto conjunto para que Ford le fabricara la Amarok II en Sudáfrica. Modelo que, por cierto, no llegará a la Argentina.
A favor y en contra
Todo este intríngulis automotriz tiene pros y contras. Por un lado, en estos 14 años la Amarok logró ganarse un público y un mercado fiel a base de un producto novedoso, tecnológico, cómodo y poderoso. En este último punto hay que tener en cuenta que la versión V6 tiene el motor más potente de la categoría con 258 CV y 580 Nm de torque, y que hoy explica el 45 % de las ventas del modelo. Además, logró posicionarse como la segunda pick-up mediana más vendida. Pero, por otro lado, la falta de una nueva generación atenta contra la continuidad de su éxito dado que Ford lanzó el año pasado la de la Ranger, y la Toyota Hilux espera su próxima generación para fines de 2025 o mediados de 2026.
Por otra parte, esta versión de la Amarok con el rediseño actual corre el riesgo de perder mercados en Latinoamérica ante el avance de la nueva Amarok II hecha en Sudáfrica. Esta actualización de la Amarok mantiene la misma plataforma de sus orígenes. Por lo tanto, prácticamente no hay cambios estructurales significativos salvo que la carrocería creció 96 mm en largo –ahora tiene 5.350 mm– todos aplicados en la trompa, y tuvo un refuerzo de seguridad en las cuatro puertas. Por lo demás mantiene la misma disposición para el powertrain y reglajes de suspensión.
En lo estético, este restyling está marcado básicamente en el frente con una intervención profunda en todos los elementos que lo componen. De esta manera, las modificaciones más llamativas se observan en el paragolpes más grande, en los nuevos faros –una línea de LED, similar a la del Taos que va de lado a lado en las versiones tope–, nuevos faros antiniebla, tomas de aire renovadas y una parrilla más contundente. Así, el conjunto frontal transmite una apariencia de mayor corpulencia. En la parte trasera, cambiaron las ópticas, y las grafías del nombre y versión son más grandes.
Hacia el interior, los cambios fueron pocos. Incorporó una nueva pantalla multimedia Composition Touch de nueve pulgadas sin botones físicos para manejarla. Lo llamativo es el agregado de un dispositivo denominado Safer Tag que avisa las velocidades máximas por donde se circula y alerta sobre otros vehículos en las cercanías. Pero no es un ADAS que interviene en la conducción, sólo avisa. Por lo demás, mantiene las mismas motorizaciones, cajas, transmisiones y prestaciones de siempre. Por eso titulamos “Renovación a medias".
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