En los últimos años, el mercado de la moto en la Argentina creció de manera exponencial. Tras el ingreso de gran cantidad de modelos importados en los ‘90, y la caída de marcas nacionales emblemáticas por falta de apoyo a la industria, la crisis de 2001 había marcado el nivel más bajo de la actividad de este sector. En ese año se vendieron apenas unas 26.000 unidades.
Desde entonces, esta industria viene mostrando un constante crecimiento, muy similar al de los automóviles, tanto en producción como en comercialización. Y con cifras nunca antes alcanzadas en el país. Ejemplo: en 2011 salieron de las plantas de motocicletas casi 600.000 unidades y se vendieron unas 730.000. Para comparar con los autos, en ese mismo año se fabricaron unos 830.000 vehículos y se patentaron casi 860.000 automóviles.
En números
Las mayores ventas –aproximadamente el 85 %– se concentran en motos de baja cilindrada, esto es desde 90 centímetros cúbicos hasta 250 cc. Y la mayor cantidad de compradores –90 %– se registra en el interior del país. Las razones: en gran cantidad de pueblos y ciudades la moto ha reemplazado al transporte público, muchos de los compradores son personas que no pueden acceder a un automóvil, y también se la utiliza como medio de recreación.
Por esta razón, desde 2005 a la actualidad, se ha radicado una importarte cantidad de plantas, tanto de marcas de primer nivel mundial como de emprendimientos autóctonos. Sin embargo, el talón de Aquiles del magnífico crecimiento fue que todas esas plantas se alimentaban de motopartes que venían del exterior y eran ensambladas aquí bajo la modalidad de CKD (Completely Knock Down).
Nota completa en la edición 491 de Weekend, agosto de 2013. Si querés suscribirte a la revista y recibirla en tu domicilio, clickeá aquí.
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