Hay lugares que invitan a ser conocidos por sus características, ya sean arquitectónicas, históricas o por su originalidad. Pero cuando sumamos a estos atractivos un menú sabroso, bien presentado y una buena atención, la salida se completa teniendo en cuenta todas las aristas. Así salimos por Buenos Aires en búsqueda de esos sitios que brindan rica comida y un plus: que están en lugares inusuales, originales, únicos. Aquí tres destacados que cumplen con todos esos requisitos.


Salida urbana: adónde encontrar el mejor asado
Los Jardines de las Barquin. Germán Sitz, Pedro Peña y Alejandro Feraud se unieron para crear en los jardines del Museo de Arte Hispanoamericano Fernández Blanco un restaurante y cafetería que funciona en los mismos horarios de las exhibiciones: todos los días de 10 a 18, excepto los martes. La propuesta busca revalorizar los cereales. En esa propiedad solía vivir la condesa María Ignacia de Velasco Tagle Bracho, quien nunca se casó ni tuvo hijos pero adoptó como hijas a sus sobrinas, las Barquin. El restaurante en sí es una casa de vidrio que más parece un jardín de invierno, donde cocinan y hay unas pocas mesas. El resto está desperdigado por el parque que rodea a la casona, con el verde más puro de árboles añosos. Además de desayunos y meriendas con café de especialidad y la bollería de Alo’s, hay algunos platos en los que se revalorizan a los granos que hicieron grande a la Argentina, en guisos y platos sustanciosos y muy bien presentados. Atención: no abre en días de lluvia. Está en Suipacha 1424, CABA.

La ruta de las 10 milanesas más originales
Rufino. ¿Quién podría adivinar que en un sótano de Recoleta se esconde uno de los mejores restaurantes de carnes de Buenos Aires? Cuando se ingresa al hotel boutique Mío Buenos Aires hay muy pocos indicios de que, bajando la escalera, se encuentra un recinto precioso, de pocas mesas y con detalles modernos, que rinde tributo a la cocina argentina de la mano de productos típicos y recetas tradicionales con guiños de vanguardia. Leo Lanussol y Ariel Argomaniz fueron los encargados de crear la carta, dando lugar a platos que sorprenden al paladar con alguna vuelta de rosca en sus colores, aromas y sabores. Imprescindible probar los hongos a la chapa con espinacas y almendras, el ojo de bife a la parrilla con manteca de chimichurri y ajo, y la coliflor asada con yogur, hierbas frescas y alcaparras. Atención porque la mayoría de los platos son tan abundantes que, aunque no lo especifiquen, se recomienda compartir. Es habitual ver salir a los comensales con su bolsita de papel madera llevándose lo que sobró. Además, el punto de cocción de la carne y su sabor son inmejorables. El postre: cremoso de chocolate con crocante de frutos secos y cristales de sal marina patagónica. En Av. Presidente Manuel Quintana 465, CABA.
Mudrá. La avenida Córdoba tiene un aspecto industrial con alma de barrio. En un edificio de estilo art decó que ocupa toda la manzana de la izquierda antes de llegar a la intersección con Estado de Israel, hay un tesoro escondido: la planta baja está ocupada por un negocio de muebles y decoración, pero el primer piso y la coqueta terraza son de un restaurante plant base suntuoso, ambientado en espacios con capas y capas de madera colocadas de manera vertical, como si formaran un caparazón. Pero no esperen encontrar aquí el reino de la ensalada. Todo lo contrario. Ofrecen desde pizzas a hamburguesas (sin carne), burritos, platos calientes y sushi de alta calidad, todo elaborado con materias primas orgánicas que compran siempre a los mismos proveedores. Luego se procesan con mucho cuidado para que mantengan todas sus propiedades. Y como todo es natural, el menú se va a adaptando a la temporada. El favorito del invierno es la musaka, un plato tradicional griego que reversionaron con boloñesa de hongos y bechamel de papas. En este edificio muy antiguo, muy bonito, el restaurante tiene ya cuatro años, abren de 10 AM a medianoche, sirviendo desayuno, almuerzo, merienda y cena. Los platos son normales y se sugiere que aquellos que comparten la mesa puedan probar lo que pidieron los otros, especialmente si es la primera vez que van. Entre las bebidas, se pueden elegir jugos naturales, kombucha y vinos orgánicos. “Tenemos una barra muy amplia, donde tienes todos los clásicos y tragos de autor”, explica el gerente Germán. De los postres, el favorito es la torta de chocolate, y su propia versión del flan. En Av. Córdoba 3942, CABA; Av. de Los Lagos 7010, Nordelta.
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