En los últimos tiempos, el mercado de los rifles de grueso calibre se ha visto invadido por armas de precio bajo/medio, con sobresalientes características y performance. Marcas como Savage, Marlin y hasta Remington han incursionado con éxito en este segmento. Generalmente, el camino comercial no difiere: una vez obtenido un producto que es aprobado y aceptado por el usuario, comienzan a producir variantes utilizando la misma plataforma.
Oxido: ese enemigo lento y silencioso
Ruger presentó hace un tiempo su American, el que se destacó desde su comienzo entre otros similares por su fortaleza, precisión y particular diseño. Y –como era previsible– comenzaron a aparecer variantes.
El Predator
Las características técnicas de este Ruger American realmente sorprenden dado el segmento de precio en el que se ubica. Comencemos por decir que su disparador es fácilmente regulable en tensiones que van de las 5 a las 3 libras (1 lb = 453,59 g). Que su corto cañón está perfectamente flotado y que su acción descansa sobre un pilar bedding, ambas características colaboran para su precisión.
Gracias a sus tres tetones de cierre, su cerrojo de botador activo requiere de una menor elevación de la palanca para accionarlo, lo que facilita una rápida secuencia de disparos si es necesario. El cargador extraíble es rotativo –sistema en el que la marca tiene una gran experiencia–, con una capacidad de cuatro cartuchos.
La boca del cañón viene roscada de fábrica –y equipada con un cubre rosca–, lo que facilita la instalación de compensadores o supresores de sonido. El riel para instalar visores ópticos está construido en una sola pieza y tiene una fortaleza óptima.
Otra particularidad es el paso de estrías 1:10 de su corto cañón –martelado en frío– de 18 pulgadas. Las armas militares en calibre .308 Winchester, y la gran mayoría de los rifles de caza, vienen con un paso de estrías de 1 en 12.
Entonces, ¿por qué dotar al Predator de un giro más rápido? La tendencia actual lleva a muchos usuarios a probar con tiros a larga distancia y la velocidad de giro tiene que ver con la estabilización del proyectil, en estrecha relación con su peso. El aumento de este parámetro tiene como objetivo buscar mayor precisión en largas distancias con puntas pesadas.
Entrando en gustos personales, quiero acotar que su seguro está donde, según mi opinión, tiene que estar el seguro de arma larga: sobre el lomo del pistolete. Una tecla deslizable permite accionarlo fácilmente con el pulgar de la mano que empuña.
Prueba en polígono
Como la idea es utilizarlo en la próxima salida a La Pampa, concurrimos al Tiro Federal de Luján para regular la mira que le fue instalada: una UTG 3-9x50. Con una cantidad aceptable de munición de recarga, confeccionada con puntas Sierra Game King SPBT de 180 grains, con fulminantes Stopping Power Large Rifle Magnum y 42 grains de pólvora A-27, procedimos a iniciar el ejercicio.
La distancia elegida fue de 100 metros. Retirando el cerrojo y con el rifle bien apoyado, se procedió a centrar en forma aproximada el retículo. Una vez logrados tres impactos agrupados en un sector del blanco, se fueron accionando los click de las torretas para completar la tarea.
Sorprende la precisión obtenida, la que seguramente está directamente relacionada con el flotado del cañón, el pilar bedding y una correcta presión de cierre facilitada por el sistema de una contratuerca en la unión del cañón con la acción –sistema inaugurado por Savage y adoptado por casi todos los rifles de precio bajo/medio–, lo que permite ese ajuste en fábrica arma por arma, sin recurrir a costosos procesos y mano de obra.
Su culata de material sintético –de buen diseño– y su cantonera absorbente, hacen que el ya de por sí poco retroceso del .308 Win pase totalmente desapercibido.
El Predator promete, y mucho. Ya sea como un todo terreno para cazar en diversas geografías o como un arma para la práctica de distintas modalidades deportivas, es sin duda una opción a tener en cuenta a la hora de elegir.
Nota completa en Revista Weekend del mes Abril 2018 (edicion 547)
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