Los avances tecnológicos de los últimos años han llevado a los rifles neumáticos a un sitial de privilegio. Lejos quedó la época de nuestros primeros tiros con un “Churrinche” de quebrar, con el que muchos nos iniciamos. Si bien verdaderas joyas de origen europeo existían entonces, no estaban al alcance de la mayoría. Ni hablar de las armas neumáticas para la competencia olímpica, destinadas a un segmento muy reducido de deportistas.
En la década del ‘80, en el Reino Unido nace una disciplina denominada Field Target, que poco a poco fue cosechando adeptos por todo el mundo. Destinada exclusivamente a rifles neumáticos de todo tipo, impulsa la fabricación de nuevos y diversos modelos para cubrir la creciente demanda. Un campo de tiro con blancos metálicos abatibles que simulan pequeños animales, colocados a distancias que varían entre los 9 y 50 metros, compone –a grandes rasgos– las particularidades de esta interesante modalidad. Paralelamente, también se popularizó la caza menor con armas de aire, abriendo un nuevo mercado que demanda rifles precisos y potentes.
La industria nacional no ha quedado relegada en la materia. Hoy podemos contar con un rifle de tecnología y diseño de avanzada –el Kalil–, totalmente fabricado en nuestro país y de venta exclusiva a través de la empresa S.A. Angel Baraldo C.I.A.
Descripción
De aspecto y diseño moderno, el Kalil es un rifle que utiliza CO2 para impulsar los balines. Construido en aluminio aeronáutico y acero, a simple vista denota una impecable terminación y esmerado ajuste.
El depósito de CO2 –de 240 cc– se encuentra en la culata, y se carga con una garrafa común a través de la válvula instalada en la cantonera. Se halla revestido con un material aislante (neoprene) para evitar que la variación de la temperatura ambiente provoque cambios en la presión, cosa muy común en las armas impulsadas por anhídrido carbónico.
Su cañón microestriado (de 12 estrías) está construido en acero 1025, y cuenta en su boca con un sistema denominado “Air Stripper” que estabiliza el proyectil al momento de abandonar el cañón, desviando los gases para atenuar el efecto de la turbulencia que atenta contra la precisión del arma.
Nota publicada en la edición 495 de Weekend, diciembre de 2013. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al Tel.: (011) 4341-8900. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.
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