Benito Juárez es un gran partido en el sur de Buenos Aires. Allí, dependiendo de la edición de mapa que uno tenga, podemos encontrar: La Calera, Km 404, Estación Alfredo Fortabat y, para nosotros, Villa Cacique. Todo es lo mismo. Demasiados nombres para un solo pueblo.
Nacido a partir de la planta de Loma Negra, Villa Cacique no creció en otras actividades y continúa siendo un lugar de vecinos, todos conocidos, donde nadie cierra la puerta y las bicicletas quedan en la calle por días.
A 55 kilómetros de Juárez y a 65 de Tandil, su geografía muestra cerros bajos y enormes campos de cría, ámbito ideal para la caza de perdices.
Villa Cacique es también el lugar de residencia de Sebastián Eder, sin ninguna duda el mejor y más prolífico criador de Deutsch-Drahthaar, además de un magnífico adiestrador de perros de caza integral.
Competencia canina
Sebastián prepara a mi perra desde hace tiempo, y todos los años la recibe para el trabajo de pretemporada. Así, cuando comienza el nuevo ciclo, la paso a buscar y ya arrancamos cazando. Sumado a su actividad cinófila, mi amigo también organiza salidas para cazadores argentinos, tan desamparados en los últimos años en que muchos sólo reciben deportistas extranjeros a valores de billetes extranjeros.
Este año me propuso hacer una tirada doble de perdices y patos. Como la temporada venía retrasada, me encantó el programa.
Nota completa en la edición 489 de Weekend, junio de 2013. Si querés suscribirte a la revista y recibirla en tu domicilio, clickeá aquí.
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