Friday 29 de March de 2024
SALUD | 06-04-2020 00:01

Barbijos: no gastemos dinero en los de tela, no sirven

Está comprobado que los barbijos de friselina o algodón que venden algunas farmacias o tiendas on line no sirven para protegerse del Coronavirus. Un video lo demuestra. Y otro del Dr. López Rosetti enseña a fabricar un modelo casero que otorga cierta protección.
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Dicen que crisis es oportunidad, y los argentinos sí que saben aprovecharla: ante la falta de barbijos aprobados por Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica), muchos vieron el negocio y comenzaron a fabricar modelos con tela de friselina. 
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Un relevamiento de BAE Negocios de hace menos de un mes puso en evidencia que solo en Mercado Libre había disponibles más 40 ofertas con diversos motivos y algunos hasta permitían estampar imágenes. Los costos de esos barbijos rondaban los $ 200 y se ofrecían como cubrebocas. De telas elásticas, se adaptan a toda clase de cara, ya que son ajustables. Pero no son los únicos. A la fecha, basta escribir “barbijos” en el mismo sitio web para obtener más de 2.000 respuestas a la búsqueda. La triste realidad de tan amplia variedad de ofertas es que una parte de ella no cumple con ningún nivel de protección antibacterial, a la contaminación o el smog. O sea, varios de esos barbijos no cumplen con las condiciones necesarias para la protección contra el Covid-19. 
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Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Centro de Control de Enfermedades y Prevención de los Estados Unidos (CDC) y el Ministerio de Salud de la Nación no recomiendan enfáticamente a la población sin síntomas respiratorios llevar barbijos colocados cuando camina por la calle o va a hacer compras a un supermercado, cada vez más gente se siente segura utilizándolos o reemplazándolos con máscaras plásticas caseras o de uso industrial, quizás más eficientes y reutilizables, a diferencia de los barbijos que no se pueden volver a colocarse aunque se laven con lavandina, jabón neutro o hiervan. Su único camino es desecharlos.

Realmente útiles y aprobados hay en la Argentina dos tipos de barbijos: los quirúrgicos y los 3M N95. Todos los demás no demostraron ser útiles contra el Covid-19. El primero lo utilizan los cirujanos para evitar que sus secreciones caigan sobre el paciente. Y, en el mismo sentido, evitan que una persona con infección respiratoria esparza el virus al hablar, toser o estornudar. Los N95 son más sofisticados y de mayor costo: sus poros mucho más pequeños dificultan el ingreso de gotas de menores dimensiones y sellan mejor nariz y boca. 

¿Cuál es la diferencia sustancial? Si este elemento no es fabricado por expertos de salud se corre el riesgo de que no cumplan con la función de protección. O sea, estamos enriqueciendo a pícaros criollos que vieron el negocio y juegan con nuestra necesidad psicológica de protección. Varias organizaciones médicas ya señalaron que los barbijos de telas de algodón o friselina simple sin el tratamiento adecuado no son recomendables porque a través de ellos se pueden filtrar los virus debido a la porosidad del material. Y un video que circuló por WhatsApp de un bombero de Tortuguitas demuestra empíricamente de manera simple y clara esa afirmación. 

Ayer, en el programa de televisión Unidos Por Argentina, el Dr. Daniel López Rossetti presentó un método aprobado por los Estados Unidos para fabricar un barbijo casero, y que solo requiere una tela de algodón y una toalla de papel de cocina. La tela se estira, se le coloca el papel en el centro, se doblan los extremos hacia el medio sobre el papel, se pliegan los laterales y se le colocan banditas elásticas que facilitarán colocarlo sobre las orejas. En el video se detalla paso a paso.

Finalmente, si por protección o seguridad decidimos utilizar barbijos quirúrgicos, recordemos las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud: ponérselo cuidadosamente de modo que cubra la boca y la nariz, y ajustarlo ceñidamente para que no haya huecos entre la cara y la mascarilla. Procurar no tocarlo mientras se lo lleva puesto. Tan pronto como el barbijo se humedezca, cambiarlo  por otro que esté limpio y seco. Desecharlo sin tocar la parte frontal, tomándolo de las tiras que lo sostienen de las orejas. Por último, no reutilizarlo.

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Marcelo Ferro

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