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PESCA | 19-02-2020 13:17

No hay paz en el río Manso: cómo dar con las truchas más combativas

Después de flotar más de medio día, un sector de palos cerca de la costa nos permitió lograr las mejores arco iris y marrones. Qué moscas usar para no fallar.
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El Manso es un río de cuenca pacífica que se encuentra ubicado al sur del Parque Nacional Nahuel Huapi. Nace en el cerro Tronador y conecta varios lagos de la zona hasta cruzar a Chile para verter sus aguas en el río Puelo. De una belleza inigualable por su color y el paisaje que recorre, su pesca de truchas siempre es un desafío que nunca deja de sorprender.

Junto con mi amigo y colega Matías Curuchet decidimos hacer un relevamiento del tramo que va desde el lago Steffen hasta la desembocadura del río Villegas, perteneciente a lo que se denomina Manso Inferior. Como suele ocurrir cuando empezamos a organizar una salida, los amigos siempre se van sumando a la propuesta. En esta ocasión fueron el Negro Carlos Vidal, Nicolás y Berni Rivero. Por lo que terminamos siendo cinco pescadores, así que nos decidimos a flotar en dos balsas.

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Salimos temprano para aprovechar mejor el día de pesca. Si bien el ingreso no se encuentra muy lejano a la ciudad de Bariloche, el último tramo de ripio para acceder al lago hace demorar la llegada, en especial si lleva un tráiler, como nosotros. Tras bajar los equipos nos despedimos de Toto y de Ricardo, quienes moverían los vehículos hasta el final del recorrido, en la desembocadura del río Villegas. Allí nos estarían esperando.

El lago era un espejo y el día parecía más que prometedor. En general, con estas condiciones las truchas se vuelven más asustadizas y nos obligan a ponernos más finos con las técnicas y el equipamiento. Nada mejor que un poco de desafío para condimentar el día.

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Comenzamos en el juncal que se encuentra enfrente de la bajada de botes junto a la casa del guardaparques. No tardamos en ver algunas tomadas en superficie y, por supuesto, no dudamos en comenzar lanzando algunas moscas secas. Veíamos libélulas y algunas Mayflies, pero no lográbamos identificar bien qué estaban comiendo las truchas. Nico fue el primero en tener algo de acción. Una arco iris había tomado su Fat Albert, pero después de varios saltos se soltó del anzuelo.

La mañana iba levantando temperatura. Tuvimos que realizar varios cambios de moscas en nuestra balsa hasta lograr la primera captura: una marrón tamaño mediano que no se pudo resistir a una clásica Paruchete Adams en anzuelo número 14. Si bien teníamos algo de acción, no era la que esperábamos, así que decidimos hacer una parada técnica. Charla y mate de por medio, todos coincidimos en lo mismo: la pesca en un lago con esas condiciones no iba a ser de las mejores.

Cambio de ámbito

Decidimos entonces continuar un poco más y comenzar a bajar el río. La otra balsa salió adelante. Con Maty nos quedamos un poco rezagados y fuimos trabajando los lugares de forma más minuciosa. Con un día como el que teníamos no queríamos hacer otra cosa que insistir con moscas secas. ¿Qué mejor que ver una tomada en superficie?

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Insistimos en la zona de la boca sin mucha suerte y ya en el río encontramos un sector con algo de acción arriba. Justo atrás de un sauce que volcaba sus ramas sobre el agua se encontraban algunas arco iris comiendo de forma consistente. Desde la distancia parecía que estaban tomando Caddis, pero no podíamos identificarlo bien. Comenzamos con Elk Hear Caddis, y luego de insistir un rato colocamos una Stimulator en anzuelo 14. Logramos dos capturas pero tuvimos varios rechazos, así que decidimos seguir cambiando e intentar con otras moscas.

Como veíamos algunas May-flies, nuestro próximo patrón fue una Adams con resultados parecidos. Luego de afinar el tippet, Maty propuso intentar con una Irresistible Adams en anzuelo 16, que ya le había dado buenos resultados en situaciones parecidas. Primer lance y, sin dudarlo, una hermosa arco iris salió a tomarla. Siempre que nos encontramos en situaciones así hay que insistir, afinar el tippet y cambiar de mosca hasta dar con el patrón y el tamaño indicados.

Luego de capturar varias arco iris, una marrón que se encontraba detrás de una piedra decidió salir atrás de la imitación que le estábamos ofreciendo, pero tras varios saltos se liberó y volvió a su rincón. Sin pensarlo, el tiempo había volado y nos habíamos acercado al horario pactado para juntarnos a almorzar. Así que, luego de sacarle el jugo al lugar, continuamos nuestra bajada para encontramos con la otra mitad del grupo en el camping Huenchupan, donde nos esperaban con todo listo.

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Ellos habían tenido una mañana con mucha más acción pero, al contrario de nosotros, habían decidido solo pescar con streamers. El Negro había logrado varias capturas de marrones y muchas seguidas utilizado una Leech negra de las que solemos usar en nuestro querido Limay. No nos podíamos quejar de la pesca que veníamos haciendo, pero, si queríamos ir atrás de las buenas marrones del Manso, teníamos que cambiar de estrategia.

Fue así que, luego de colocar una línea de hundimiento 6 de 250 grains y un buen gato como solemos llamar a los grandes streamers, salimos por la revancha.

La tarde siempre da sorpresas

Los piques no tardaron en comenzar. En cada pozón o curva teníamos aunque sea un picotazo o alguna frenada en la deriva de la mosca. Los palos y las sombras sobre la costa también dieron buenos resultados, principalmente moviendo la mosca apenas caía al agua. El último sector antes de la salida es la zona en la que hay que tener más precaución. Hay varios rápidos considerables y muchas piedras grandes. Es acá también donde hay más pozones con correderas y estructuras buenas para pescar haciendo nadar los streamers mientras aguantamos el bote.

Nos quedaban los últimos tiros antes de terminar el recorrido y era el turno de Maty de ir a la caña (al frente de la balsa). Metro a metro fuimos cubriendo el agua hasta aproximarnos a la cola del pozo, y no tardó en decir: “Esta parte tiene pinta”. Acto seguido y a la voz de: “¡Es buena!”, se vio saltar una de esas marrones que nos quitan el sueño. Un broche de lujo para una flotada que puede ser más que atractiva por su entorno pero, a su vez, si insistimos siempre puede darnos alguna sorpresa con una captura para el recuerdo.

at Marcos Hlace

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