La reaparición del corno en Mar del Plata

La temperatura del mar acorde al calendario invernal y la excelente calidad de agua fueron las claves para dar con ellos, pese a la poca presencia de pescadores en la costa. El dato curioso: el pique más intenso se registró casi un mes más tarde de lo que marca el historial de la especie.

Desde junio de 2016 no se registraban buenas capturas de pejerrey corno en la costa de Mar del Plata. Y aunque año tras año la esperanza del pescador deportivo se renovaba periódicamente, finalmente llegaba la desilusión. El 2017 entregó los últimos chispazos en algunas frías jornadas nocturnas y de allí en adelante, nunca más. Los fanáticos memoriosos no se cansan de gritar a viva voz que la última temporada verdaderamente fructífera de pesca se dio hace exactamente 10 años. Demasiado tiempo.

Este 2022 trajo una nueva esperanza: tras una década de clima atípico para la zona, la temperatura del mar volvió a descender y mantenerse debajo de los 9-10 grados y la escasa presencia de lluvia en el sudeste de la provincia de Buenos Aires garantizó condiciones de mar inmejorables, muy limpio, sin presencia de agua dulce. Panorama perfecto para el también llamado “pez patrio”, dado que siempre hizo su explosión sobre el 9 de julio, nada más ni nada menos que el Día de la Independencia de nuestro país.

Metidos de lleno en la temporada, aparecieron algunas capturas sueltas y esporádicas en Cabo Corrientes y en la famosa Escollera Sur. El presagio parecía cumplirse y los más estudiosos dieron crédito a sus análisis previos. Pero todo quedó ahí, en nada. Conforme avanzó el mes de julio, el panorama se fue diluyendo ante la falta de resultados. Ni siquiera en la Arenera del Faro, considerado el pesquero de pejerrey de playa por excelencia, único lugar con bajada 4x4 (sólo en invierno) ubicado en los balnearios del sur de “La Feliz”. 

Pero para sorpresa de muchos, el corno apareció. Así de la nada, casi un mes más tarde de lo habitual, encontró a unos pocos pescadores apostados en el sector antes mencionado, quienes se llevaron un merecido premio a la constancia. Ejemplares muy robustos, peleadores, con las características que lo convirtieron hace años en el pejerrey más buscado de la zona. La tarde-noche volvió a ser al común denominador, aunque hubo momentos que comió a plena luz del sol, también entremezclados con escardones de excelente tamaño y algún que otro panzón que se coló para la foto.

Los aparejos de una sola boya elevadora, de 3 o 4 brazoladas de unos 70 cm de longitud, fueron los que mejor rindieron. A veces más cerca, en la espuma; otras veces, un poco más atrás, para lo que hubo que improvisar con líneas más cortas, que permitieran hacer distancia. Como sucedió siempre, la carnada que mejor rindió fue el camarón, tanto fresco como preparado, acompañado por una tirita de magrú o lisa. En cuanto al anzuelo, alternaron con número 2 y 3, e incluso algunos apostaron al 4.

Es verdad que la temporada podría haber sido mejor (igual, todavía no terminó). No por los antecedentes históricos, sino porque algunas situaciones atentaron contra ello. Es que los vientos jugaron una mala pasada durante este por demás frío invierno y a veces el mar no estaba como para pescar. Y para colmo de males, la falta de respuesta en tiempo y forma hizo que el pescador bajara rápido los brazos: menos pescadores, menos ceba en el agua, menos posibilidad de pesca. El interrogante que flota en el aire es qué hubiera pasado si las cañas todavía estuvieran en el agua.

Con un presente que dista años luz de aquellos tiempos donde la costa marplatense era un hervidero de fanáticos pescando colitas amarillas a lo largo de sus 43 kilómetros de costa, un día el pejerrey corno volvió y eso es una excelente noticia. Nunca llega a las expectativas, pero al fin de cuentas la fiebre en el ambiente nunca se perdió y su aparición genera tanta euforia como el primer día. Para los más optimistas, este 2022 podría ser el reinicio de una etapa que se mantuvo en stand by durante seis años. Ojalá así sea.

Por: Diego Fernández.