Ante el temor por el avance del coronavirus en el país, pareciera ser que cualquier medida no está de más. Recientemente el diputado nacional por Tierra del Fuego, Federico Frigerio, le solicitó al Poder Ejecutivo utilizar al rompehielos Almirante Irízar para que funcione como un buque hospital destinado a atender la demanda sanitaria en la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
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Además, el diputado argumentó que el buque puede brindar asistencia de transporte de mercaderías e insumos médicos, para así garantizar la conectividad marítima en caso de un aislamiento terrestre y aéreo.
La propuesta se presentó a través de una carta, donde Frigerio argumentó que el proyecto tiene como objetivo “contribuir a la preparación de las medidas pertinentes para responder ante un posible incremento del número de pacientes con necesidad de internación hospitalaria en el marco del brote del nuevo coronavirus”.
Un su pedido el diputado recordó que el rompehielos Irízar “se encuentra amarrado en el puerto de Buenos Aires luego de la 116 Campaña Antártica de Verano 2019-2020”.
Cabe recordar el buque ya fue utilizado anteriormente para fines sanitarios. El 3 de junio de 1982, durante la Guerra de Malvinas, se dispuso transformar al rompehielos Almirante Irízar en buque hospital, tarea para la cual fue acondicionado en la Base Naval Puerto Belgrano, dotándoselo de 160 camas de internación, sala de terapia intensiva, quirófanos y otros medios sanitarios. Posteriormente, fue enviado a las Malvinas, donde cumplió su rol sanitario hasta el final del conflicto.
El rompehielos ARA Almirante Irízar, perteneciente a la Armada Argentina, fue construido en 1977 en los astilleros Wärtsilä, en Helsinki, Finlandia. El 15 de diciembre de 1978 fue entregado a la República Argentina. Su nombre hace honor al Almirante Julián Irízar, recordado por su comando como teniente de navío de la entonces corbeta Uruguay, en campañas y salvamentos en la Antártida.
A fines de 2006 el Irízar fue noticia cuando un incendio a bordo dañó al 80 % del barco. Las tareas reparación y reconstrucción se prolongaron durante varios años, pero a fines de 2017 el rompehielos, ahora modernizado, volvió a estar en condiciones óptimas para navegar.
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