Un equipo de arqueólogos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), Perú, encontraron los restos de 20 momias preincaicas, envueltas en telas y atadas con sogas, entre la cuales se encuentran ocho niños que habrían sido sacrificados, hace entre unos 800 a 1.2000 años, para acompañar en su camino al mundo de los muertos a un importante personaje social que residía en un complejo urbano de Cajamarquilla, en la periferia de Lima.
Según relataron los investigadores estas tumbas pertenecerían a personas de la cultura huari, que dominó los Andes peruanos entre los siglos VII y XIII, por lo que se trataría de un sacrificio masivo de niños anterior a los cientos de cuerpos de menores que fueron sepultados en sacrificio por el pueblo chimú (XI-XV) en Huanchaco, cerca de Trujillo.
"Al principio eran seis niños, pero en los siguientes días se sumaron dos más, en total suman 8 niños y 12 personas adultas que se han encontrado asociadas a la momia de Cajamarquilla", comentó Pieter Van Dalen, arqueólogo de la UNMSM y principal autor del trabajo, durante la presentación del hallazgo.
“Los restos óseos de la mayoría de las momias, que podrían ser los hijos, esposa y sirvientes más cercanos a la momia de Cajamarquilla, evidencian que habrían sido sacrificadas, pues presentan golpes, fracturas y lesiones severas que les habrían ocasionado la muerte, agregó el especialista.
Por su parte, para Jeri Gloria Ramón Ruffern, rectora de la UNMSM, este hallazgo, que se suma al de las momias que fueron encontradas hace un par de semanas atrás en ese mismo sitio arqueológico peruano, no hace más que confirmar que la pequeña ciudad de barro de Cajamarquilla, que fue fue construida hacia el año 200 aC y estuvo ocupada hasta el año 1500 y que se extiende por apenas unas 170 hectáreas , “fue un punto de intercambio comercial muy importante entre las 10.000 a 20.000 personas de distintas nacionalidades étnicas preincaicas que habitaban tanto en la costa como en la sierra andina peruana”.
A partir del hallazgo de estas nuevas 20 tumbas preincaicas, los arqueólogos buscarán que el Gobierno peruano los autorice a seguir con las excavaciones y, sobre todo, que los apoyen económicamente tanto a nivel nacional como internacional para poder seguir excavando este valioso sitio arqueológico del cual, según precisó, hasta el momento solo se lo ha podido investigar en apenas un 1%.
“Estos personajes que estamos hallando creo que van a dar otro sentido, otro conocimiento a lo que es Cajamarquilla. Antes hablábamos de que era un lugar más comercial, pero ahora parece que también se está entrando en lo que es un tema religioso o el culto de los muertos, por eso necesitamos seguir investigando y excavando el lugar”, concluyó Ruffern.
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