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BIKE | 06-12-2017 08:36

Salida con el mar de fondo

Laguna de los Padres y la ciclovía a Santa Clara del Mar: cómo disfrutar en verano de los mejores circuitos de Mar del Plata. Galería de imágenes.
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Somos muchos los que nos llevamos la bici de vacaciones, numerosos los que combinamos bici y playa, pero un gran dilema les surge a los que concurren al balneario más popular de nuestro país: Mar del Plata. En esta oportunidad, invitados por X Terra Bicicletas, el relevamiento fue doble, ya que recorrimos lugares para pedalear en temporada y, a la vez, testeamos la gama 2018 de MTB’s en rodados 26, 27.5 y 29 de dicha firma.

Destino masivo para miles y miles de personas, se complica notoriamente el uso de la bike para los deportistas locales y los veraneantes con ganas de entrenar o, simplemente, de pedalear un poco. La Feliz no parece muy amigable con los deportistas en general, y por eso relevamos dos de los lugares más aptos para disfrutar la bici, ya sea MTB o de paseo.

De entrada, nos tuvimos que olvidar de enlazar nuestro destino pedaleando: la falta de ciclovías y el tránsito veraniego lo hacen notoriamente peligroso. Así que nos organizaremos con la familia o los amigos para cargar las bicis en el auto o la camioneta y rumbear, en primera instancia, hacia la Reserva Laguna de los Padres. Con el ciclista local Daniel Maraschín, la triatleta Brenda Rosso y Facundo Rivero nos dirigimos por la ruta 226, donde a solo 20 km encontramos la entrada principal que nos lleva hasta la casa de los guardaparques.

La mayor parte del camino central es de tierra, pero nuestra meta eran los internos, del mismo material pero casi sin tráfico. De recorrido sinuoso y con innumerables subidas y bajadas, son divertidos para entrenar y también tienen su costado didáctico: los bikers que todavía no tienen montaña y no conocen la técnica para subir o descender –también para nuestros hijos o sobrinos–, encuentran aquí un lugar acorde para ensayar estas maniobras.

Dificultad técnica

Algunos de estos senderos tienen 5 m de desnivel, pero al ser de tierra lisa sin pozos y contar con bordes de césped alejados de árboles, a la vez que aseguran visibilidad son ideales para tirarnos una y otra vez, tomando confianza. Recordemos también que el músculo no acostumbrado a la exigencia de trepar se fatiga rápido, por lo que después de 4 o 5 subidas pedalearemos un par de kilómetros lisos para descansar las piernas. Bordeando la laguna encontraremos otra frutillita para el postre: senderos que recorren el espejo desde lo alto de la barranca. Son estrechos y divertidos, con raíces que nos obligan a prestar atención y también con mucho desnivel. No son peligrosos, pero demandan que estemos bien alertas porque nos podemos encontrar con gente caminando o entrenando. Si lo hacemos con nuestros hijos, a mirarlos de cerca… todos nos cebamos en senderos de esa naturaleza.

El camino central no rodea toda la laguna, ya que en el extremo Este se encuentra un importante centro de nidificación de aves, donde el camino parece terminar. Pero frente al camping CRIM nace otro pequeño sendero –invisible si el pasto esta alto– que nos llevará hasta donde empieza el bosque. Hay un par de mesas de material y abundante sombra para descansar. A partir de allí es conveniente caminar para no hacer ruido y asustar a la pajarada. La Reserva Laguna de los Padres es un lugar ideal para disfrutar de la bici en familia, también para efectuar largas caminatas, pescar, tomar mate, visitar el Museo Municipal Jose Hernández... o simplemente desenchufarse. También existe la posibilidad de acampar en el mencionado establecimiento.

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Rumbo a Santa Clara del Mar

La otra opción relevada para pedalear en La Feliz es la más cercana, la más cómoda para acceder y –tal vez, también– la más complicada: la ciclovía hacia Santa Clara. Nace en la rotonda de las avenidas Constitución y Camet, y fue inaugurada en 2012. Más allá de que aconsejamos utilizarla de mañana, desde el vamos tenemos que ir con “todas las antenas puestas”, porque su ancho es de 3,50 m y allí conviven bikers, skaters, corredores, gente que camina y otros que pasean el perro. A partir del Parque Camet desaparece una parte de este tráfico, pero continúa una vista sencillamente espectacular del mar, que desde lo alto nos acompañará todo el recorrido. Lugar ideal para subir la velocidad gatillando un par de cambios, pero siempre teniendo en cuenta que alguna ráfaga de viento nos puede zarandear lindo. La ventaja del test, al tener bicis de tres rodados diferentes, fue importante para ver la reacción de cada modelo al viento en contra (¡porque con viento a favor todos somos rápidos!). La KLT 940 rodado 29 obligaba a pedalear con más cadencia (revoleo) y la KLT  rodado 27.5 sumaba su transmisión de alta gama –Shimano Deore– para ser la más eficaz. En cuanto al modelo 807 de dama en rodado 26, demostró el comportamiento típico de ese diseño: polivalente y eficaz. Por suerte, todas las bicis contaban con frenos a disco respetables, y la KLT 940 los tenía con sistema hidráulico.

Cuando se inauguró la ciclovía, unos mojones impedían que los vehículos pasaran sobre ella. Hoy desaparecieron casi en su totalidad y los autos cruzan para estacionarse sobre la barranca que domina el mar. Es más, nos cruzamos un par circulando sobre la ciclovía. Al transitar, además de las precauciones indicadas, debemos tener en cuenta que en los 15 km hasta Santa Clara no hay casi lugares para comprar agua o algún turroncito; y que a la mochila o Camelbak podemos sumar una lonita para cuando paremos a elongar. Existen un par de lugares donde originariamente se podía hacerlo, pero el salitre y la falta de mantenimiento los transformó en lo que parece un escenario de la película Mad Max… En la entrada a Santa Clara hay una importante estación de servicio para alguna parada técnica y comprar agua o bebidas isotónicas para la vuelta. Teniendo en cuenta las temperaturas y la fuerza del sol, no estará de más ponerse filtro solar y considerar un tip veraniego: mojar el jersey o la remera, lo cual sumado al viento de la pedaleada nos bajará un poco la temperatura durante los primeros kilómetros. Tampoco está de más recordar que necesitamos siempre casco, lentes y guantes, e inculcárselo a nuestros hijos para disfrutar una buena pedaleada juntos. Como vemos, no hay excusas: pedalear en vacaciones en La Feliz, es posible.

Nota completa publicada en revista Weekend 542, diciembre 2017.

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Aldo Rivero

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