Máximo confort y ahora también, fitness. En los hoteles pronto dejará de ser necesario desplazarse a un gimnasio para hacer deporte porque las habitaciones estarán equipadas con los mejores aparatos y complementos requeridos por cada usuario para mejorar su experiencia personal y practicar atletismo, ciclismo o yoga, como y cuando lo deseen.
Es una tendencia en Estados Unidos y forma parte del salto de calidad que desean dar los alojamientos para sumar clientes y generar fidelidad entre sus adeptos. Ya no sólo para competir con otras cadenas, sino para conservar y aumentar el prestigio frente al auge de las plataformas que surgieron en el último tiempo con la intención de ganar peso en el mercado del turismo ofreciendo precios atractivos.
La idea de dotar a las habitaciones de las mejores máquinas para hacer actividad física nació de los comentarios de los huéspedes cuando se les solicitaba información con el fin de conocer la manera de aumentar su satisfacción durante su estadía. Así, el Hilton McLean de Virginia optó por ofrecer el servicio Five Feet to Fitness, con once piezas de equipamiento y accesorios para ejercicios. Pack que incluye una bicicleta Wattbike y un Gym Rax, una completa estación de entrenamiento que permite a los huéspedes practicar deportes. La atracción principal es la pantalla táctil con más de 200 videos, tutoriales sobre el equipo, ejercicios de ciclismo, entrenamiento de alta intensidad y clases de yoga, que sirve de guía para una experiencia superadora.
Hilton construyó estas habitaciones all inclusive que cuestan entre 45 y 90 dólares más por noche que las comunes. El Ritz-Carlton de Georgetown ofrece este servicio en un rango comprendido entre los 65 y los 100 dólares, claro que adiciona una bola de pilates, una estera de yoga, aromaterapia y hasta una máquina de sonidos. Y el hotel Topaz de Kimpton incluye salas de fitness equipadas con un entrenador elíptico, una cinta y una bicicleta, servicio que supone un costo adicional de U$S 25 a U$S 30.
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