Tuesday 19 de March de 2024
TURISMO | 20-10-2017 13:34

Cómo viajar por el mundo sin gastar mucho dinero

Recorrer el mundo teniendo contacto con la población local, permite descubrir los países de manera diferente que viajando con todo organizado.
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Hace unos años el caso de un ciudadano chino un tanto caradura causó revuelo. Había comprado un billete en primera clase con la compañía aérea Eastern China Airlines con salida desde Xi’an, que incluía bufé y bebidas en la sala VIP del aeropuerto. Esto le  gustó tanto que llegó a cambiar gratis su reserva hasta 300 veces para poder volver cada día al aeropuerto y disfrutar del placer de lo gratuito. La mayoría de los pasajeros, naturalmente, son menos descarados.

Para viajar casi de balde muchos trotamundos aprovechan el altruismo de los autóctonos haciendo uso de distintas vías. La plataforma más conocida para pernoctaciones gratuitas en casas de habitantes locales es Couchsurfing. Para Tomislav Perko es la mejor opción si uno quiere alojarse de manera económica. Desde hace años este croata viaja por todo el mundo con muy poco dinero y comparte sus mejores consejos en libros, eventos y en su página web. Una alternativa al couchsurfing es el housesitting, en la que el anfitrión deja al visitante al cuidado de su hogar y sus mascotas.

El que quiera ahorrarse el dinero de los viajes en autobús, taxis e incluso vuelos nacionales puede hacer autoestop. “Para ir a dedo hace falta tener tiempo, pero funciona”, dice Perko. Si se prefiere tener unos horarios de viaje más definidos se pueden buscar opciones de carsharing o coche compartido en Internet. ¿Y de dónde sacan la comida estos viajeros tan ahorradores? Perko a veces recibe el desayuno de su anfitrión. Si este no le ofrece nada se compra algo barato en el supermercado y cocina en casa.

A menudo también es posible hacer excursiones o actividades gratuitas con ayuda del anfitrión, que suele obsequiar a sus huéspedes con una visita turística por la localidad. Además, en todos los lugares del mundo hay posibilidad de hacer visitas guiadas tras las que solo se pide una propina. Pero, ¿no resulta egoísta viajar con cargo a otros, que ponen a disposición de los demás, por ejemplo, su vivienda? No del todo, al menos, no en el couchsurfing. “No es necesario que los visitantes den a sus anfitriones algo como contrapartida a la pernoctación”, explica Allison Shea, directora de marketing de la empresa. “Sin embargo, se espera que dejen el alojamiento tal y como lo encontraron o incluso mejor.” Además los viajeros pueden traer algún regalo de su país e invitar a un vino o a unas cervezas. Se trata de devolver el favor con pequeños detalles.

La mayoría de los anfitriones que acogen a visitantes sin cobrar a cambio no tienen una motivación económica. “Algunos aceptan viajeros para aprender un nuevo idioma con ayuda de personas nativas”, dice Shea. “Las familias quieren enseñar a sus hijos nuevas culturas y a ser tolerantes ante distintas formas de vida.” Muchos describen la experiencia como “viajar sin abandonar la casa”. La curiosidad y el intercambio cultural son sus razones principales. Es obvio que esta manera tan barata de viajar solo funciona gracias a la hospitalidad de personas autóctonas. Si nadie ofreciera su sofá y una pequeña comida, y si los conductores no llevaran a los autoestopistas, los viajeros sin dinero no tendrían ninguna oportunidad.

Muchos de ellos son conscientes de esta circunstancia. Por eso, para Tomislav   Perko lo que cuenta es ser respetuoso con sus anfitriones y fiarse de ellos. El croata a menudo también ofrece su sofá en Zagreb. Todavía no se ha topado con verdaderos aprovechados. Por lo general se ofrece lo que el anfitrión ha previsto. “Los viajeros nunca deberían pedir comida, una cerveza o unas entradas.”

Kashyap Bhattacharya, que gestiona desde hace años el blog Budget Traveller (en inglés), comparte la misma opinión. “Los mochileros no son tacaños, sino que quieren experimentar otra forma de viajar.” Para ellos lo primordial son los encuentros con personas locales y conocer un país a través de sus ojos. Para ello hay que ser simpático y educado. “No seas agarrado, sé amable”, aconseja Bhattacharya. Los países del mundo no se pueden dividir en estados muy amables y otros menos acogedores. “Cada país es hospitalario”, dice Bhattacharya. Sin embargo, de algunos países como Irán se escuchan a menudo historias positivas.

A veces la infraestructura técnica influye en el hecho de que viajeros y locales se conozcan. En algunos países como Cuba la conexión a Internet es mala, por lo que los potenciales anfitriones no lo tienen fácil para publicar anuncios. En este caso los expertos de viaje recomiendan buscar un bar y entablar una conversación con el encargado. De este modo, a lo largo de la noche se pueden llegar a hacer un par de contactos. Es evidente que esta manera de recorrer el mundo no tiene nada que ver con un relajamente viaje organizado. Tomislav Perko reconoce que a menudo es muy estresante, pero a cambio, se aprende sobre el país y además se ahorra mucho dinero.

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Andy Meek

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