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PESCA | 10-10-2017 08:49

Una primavera de buen pique

En el Partido de La Costa pescamos corvinas y varias especies de la variada que ofrece la región. Un anticipo de temporada que invita a soñar con jornadas inolvidables. Galería de imágenes.
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Arriesgándonos pese a todos los pronósticos de alertas meteorológicos, a media mañana pasamos por la casa de Christian Manzu donde cargamos el gazebo y salimos desde San Bernardo hacia el norte, rumbo a San Clemente, previa parada en carnadas El Mostry, de Leandro Amadeo Ponce, y de juntarnos con los amigos –en especial nuestro anfitrión, Diego El Profe Araujo– para ir en busca de la variada. Realizamos las últimas compras y partimos hacia el pesquero elegido. Cruzamos los médanos y al tocar playa a la altura del barco hundido sentimos el viento del este que soplaba en nuestras caras. Lo primero era ver dónde arrancar la pesca, qué carnada usar, qué líneas utilizar y, fundamentalmente, buscar una buena canaleta. Decidimos ir caminando desde el médano en que nos encontrábamos hacia el sur, cerca del barco hundido. Playas extensas llenas de caracoles y conchillas donde encontramos una buena canaleta y preparamos todo para comenzar la jornada.

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Equipos y la pesca

Utilizamos cañas largas cargadas con nylon de 0,28 mm. Los reeles eran frontales, y las líneas tipo balancín tradicional con  dos anzuelos 3/0. Comenzamos a poner las carnadas prolijamente y bien atadas con hilo engomado. Buscamos tirar a tres distancias comprendidas entre los 90, 150 y 200 metros. Y distintos tipos de lances con carnada, que se utilizan para ganar distancia durante el tiro desde la costa. El mar estaba en bajante y con el pasar de los minutos no teníamos pique: al traer las líneas las carnadas se encontraban intactas. Igualmente decidimos hacer un recambio y buscar otra combinación de carnadas, pero la suerte no estaba de nuestro lado y el pique seguía nulo. Luego de una breve charla decidimos levantar todo y probar en otro lugar. Juntamos nuestros equipos sin dudarlo y nuevamente fuimos más al sur, a unos 3.000 metros, y después de algunas paradas dimos con el point, un lugar silvestre entre San Clemente y Las Toninas. A simple vista era el sitio exacto para intentar la pesca. Preparamos las cañas y probamos en algunas con encarnes de langostino y filet de magrú, y en otras con anchoa y camarón. Los plomos volaron al agua. Mirábamos el cielo rogando que nos diera una tregua entre viento cambiante, nubes y lloviznas de a ratos.

La ansiedad era fuerte y la espera larga. Y de repente algo rompió el silencio: “¡Pique!”, esa palabra única en la pesca. La primera corvina rubia, fotos y al agua. Aparentemente el lugar  era el correcto. Aflojón en el nailon de la caña del Profe, clavada y aparece entre las olas una brótola de buen porte. Seguimos con esa racha por las siguientes tres horas. Charlas, juntada de caracoles, y ahora sí, el rico y esperado mate que se interrumpió con la llevada de nailon de Leandro, que coronó ese día con cuatro chuchos y varias corvinas.

Hugo clavó un pejerrey y corvinas, el Profe brótolas y más corvinas, mientras Marcelo estaba atento para hacer algunas imágenes y capturas de esos momentos. Pese a la buena variada, para esta fecha nos faltaron algunas especies como raya, congrio, bagre de mar, pez ángel, algún gallo y burriquetas peritas.

Almuerzo y regreso

Durante el descanso obligado de las 14 horas, Hugo, nuestro chef, nos invitó al grito de “se pasan”. Ya estaba todo listo en las cajas de las camionetas Mitsubishi y Nissan 4x4, donde aparecían tablas de madera con chorizos de cerdo  y bifes con lomo cocinados en una parrilla. Pan, cuchillo y buen provecho amigos. Luego, ya casi sin agua por la bajante, viento más intenso del sector sudeste y una llovizna que llegaba para no dejarnos, emprendimos la vuelta alrededor de las 18 horas. Buen momento para analizar y comentar las decisiones tomadas en cuanto a lo lugares de pesca elegidos, qué carnada camina mejor, etc.

Contentos por la linda variada y sobre todo porque el tiempo nos dejó cerrar una jornada de pesca óptima, a pesar de que la cantidad de lluvia hizo que mucha agua dulce se mezclara en la primera canaleta y alejara la pesca. Casi ya en primavera, las almejas se mueven de su letargo comenzando a salir a la orilla. Recordar que esta especie está protegida por ley provincial y ordenanza municipal desde su casi desaparición en el año 1995, volviendo en cantidad desde la primavera del 2011. La corvina se prepara a darse un banquete, y la seguirán otras especies de mar.

Costa atlántica

Nuestra ribera aumenta día a día la temperatura del agua y las corrientes más cálidas empujan desde el sur de Brasil. Cerca de Capital por autopista y rutas 2 y 11, arrancando en San Clemente y terminando al sur con límite en Pinamar, son 96 km de costas y canaletas únicas de pesca, con algunas zonas de amplias playas. Hay que tener en cuenta que en los meses de verano no se puede pescar en las más de 14 ciudades de la zona, respetando el horario de seguridad en playa dispuesto por cada municipalidad. Hay mucha actividad náutica, kayak y pesca de embarcado, haciendo a la región un lugar netamente familiar que es elegido por turistas de todo el país. El Partido de La Costa cuenta con cinco muelles, entre ellos el más largo de agua salada de Sudamérica: el de Mar de Ajo. Además, entre las actividades que se ofrecen a toda la comunidad de pescadores, existen las dos fiestas nacionales de pesca de la Corvina Rubia y Corvina Negra y la escuela Municipal de Pesca y Lanzamiento del profesor Diego Araujo, que desarrolla las actividades durante todo el año en San Bernardo. Las playas bonaerenses invitan siempre a miles de familias y pescadores a recorrer infinidades de lugares y paradores, dándonos especies de temporada tanto de costa, muelles como así también embarcado. No dejen de visitar en primavera estas magníficas playas, que desde su naturaleza generan momentos únicos a la vera de este mar argentino.

Nota completa publicada en revista Weekend 541, octubre 2017.

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