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TURISMO | 29-08-2017 17:30

Alojamiento lujoso atrae a celebridades a Nueva Zelanda

Katy Perry, Justin Bieber y Lady Gaga son algunas de las estrellas pop que han elegido la isla para unas vacaciones privadas y lujosas.

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Producido por la Redacción de Perfil

De Katy Perry a Lady Gaga, algunas de las mayores celebridades internacionales se relajan en las casas de veraneo más equipadas (y mejor escondidas) del país. Con una creciente oferta de propiedades privadas, Nueva Zelanda es uno de los principales destinos para las vacaciones de lujo, como muestran las fotos de los famosos en Instagram.

Conozca cinco opciones para quien quiere pasar unas vacaciones con estilo:

 En el sur, el paraíso de las estrellas pop

Justin Bieber y Katy Perry reservaron un espacio en sus agendas para aprovechar el esplendor de la ciudad de Queenstown en el Lodge at The Hills. Ubicado en el campo de golf The Hills y propiedad del más famoso diseñador de joyas neozelandés, Sir Michael Hill, la mansión es digna de toda la atención que recibe. Son seis suites, estudio artístico, sala de música, comedor, bodega, piscina infinita caliente, bañera de hidromasaje, sauna privado, campo de golf y chimenea exterior. ¿Se ve bien? Y debe ser: en temporada alta, la tarifa diaria cuesta 32.350 dólares neozelandeses (aproximadamente ARS 421.000).

 Isla de la Fantasía

Una isla y reserva natural privada en la región de Bay of Islands es la escapada perfecta para quien tiene un poco de tiempo (y dinero) en las manos. Diseñada por el galardonado arquitecto neozelandés Pete Bossley, Kauri Cove es una casa frente al mar en la isla de Moturua. La propiedad tiene "modestos" cuatro dormitorios, una cocina y sala de estar que se extienden hasta un hermoso jardín. Los extras incluyen hangar para helicópteros, helipuerto, bañera de hidromasaje y un chef de cocina (bajo reserva). Tarifas diarias a partir de 16.500 dólares neozelandeses (unos ARS 215.000).

Sólo es posible llegar a la isla de Moturua en helicóptero o tomando un barco desde la ciudad de Paihia. Con 144 islas en su territorio, Bay of Islands está a tres horas al norte de Auckland y es uno de los lugares favoritos de los buceadores y los aficionados a los barcos. El histórico Russell fue el primer puerto marítimo y el primer asentamiento europeo en Nueva Zelanda.

 De Rusia, con amor

En Rusia, "dachas" son casas de veraneo modestas y fuera de las grandes ciudades. The Dacha, en Wanaka, tiene una propuesta un poco diferente: es una propiedad lujosa con vistas panorámicas a grandes montañas y valles glaciales. Entre las atracciones están una bóveda de 4,8 metros de altura, una chimenea de piedra y una enorme zona exterior con vistas de 180 grados al lago Wanaka. También podrá disfrutar de la bañera de hidromasaje, la colección de obras de arte internacionales y la piscina climatizada (en verano). Una ganga a sólo 7.500 mil dólares neozelandeses (ARS 97.600) por noche.

 Paraíso en Waiheke

La isla de Waiheke ya no es un reducto de la contracultura: el alto lujo llegó junto con los viñedos vinícolas, como la exclusiva Fossil Cove Estate. Con una vista al sur del Golfo de Hauraki, la propiedad tiene piscina infinita de 17 metros, helipuerto y servicio de chef. Fossil Cove fue el escondite de Lady Gaga en Auckland, y es bastión de pop stars y magnates, al costo de 10.500 dólares neozelandeses (ARS 136.700) por una estancia mínima de tres noches.

Idilio insular

En Auckland, la ciudad más grande de Nueva Zelanda, lo más lejos que usted puede quedarse de la civilización es en el Hurakia Lodge, ubicado en la isla de Rakino, en el Golfo de Hauraki. Con cinco suites - incluyendo la presidencial, que tiene bañera para dos personas y vistas al mar -, este es el lugar ideal para que usted pueda compartir con sus amigos ricos. Usted puede disfrutar de spa, sauna de infrarrojos y una piscina destinada principalmente a la práctica deportiva, en el área externa, además de solicitar un chef. Por 8 mil dólares neozelandeses (ARS 104.000) usted alquila toda la mansión por dos noches (estancia mínima en la temporada baja).

El acceso a la propiedad necesita ser organizado por los dueños, y se hace sólo en helicóptero o en un viaje en barco que dura unos 35 minutos desde el centro de Auckland. Por tener pocos habitantes permanentes, la isla es perfecta para escapadas más aisladas. Muchas de las playas no tienen acceso público, pero los dueños de la propiedad organizan tours en barco. En otoño y en invierno, aproveche el spa privado y el clima de los paisajes marítimos.

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