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PESCA | 13-12-2016 08:56

Variada en el faro Querandí

Un buen ensayo para las vacaciones, con la captura de gran diversidad de especies y buenos tamaños.
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Casi dentro del período vacacional, muchas cabezas pescadoras se concientizan en tener buenas jornadas de pesca en distintos puntos de nuestra costa marítima. Esta región cuenta con infinidad de excelentes minipesqueros, con las diferentes características que cada uno pudiera tener: canaletas a corta o larga distancia, grandes rompientes, planchadas de toscas, acantilados, pedregullos, muelles y escolleras naturales o de piedras hechas por las manos del hombre.

La idea era comenzar con alguno de los pesqueros más reconocidos y que al momento tuvieran una buena pesca en variedad y cantidad. Recurriendo a los conocimientos de diferentes amigos y consultando varias fuentes nos decidimos por realizar este relevamiento en la zona del Faro Querandí, ubicada entre Villa Gesell y Pinamar. En esta playa, a la que sólo se accede mediante vehículos 4x4, cerca del primer balneario mencionado veremos un faro que representa muchas cosas en la imaginación del pescador, como por ejemplo el punto de partida para ubicar los muy atractivos lugares de pesca que se encuentran luego de superarlo algunos pocos kilómetros.

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El pesquero

La principal característica de este pesquero es la cercanía de sus profundas canaletas a la costa, cuestión por la cual toda la pesca la vamos a realizar a un simple tiro de caña que no superará los 70 u 80 metros.

Las playas en este sector están completamente desérticas, contando con algunos pequeños médanos alejados del lugar de pesca. Cuando organizamos una excursión para esta zona es conveniente no olvidar nada de lo que más podemos utilizar, como bebidas, comida, protección para combatir el sol, gazebos para cobijarnos del viento y, obviamente, todo lo referido a los equipos de pesca y carnada, porque de lo contrario vamos a tener que realizar largas distancias para reabastecernos.

Estábamos siguiendo las alternativas de pesca en el lugar y todo hacía pensar que viviríamos una gran jornada, con la posibilidad de capturar varias especies y hasta incluso intentar con el tiburón.

Se venían dando unos cuantos días de vientos fuertes y lluvia, factores que demoraban la visita. Hasta que nuestro amigo Sebastián Barbieri, propietario del Hotel Sekand, nos llamó para contarnos que

el clima estaba bueno y que era

el momento de ir a pescar. Un solo contacto telefónico con Gastón Cantero, amigo incondicional

para este tipo de pesca, bastó para coordinar el horario de

salida y muy pronto nos encontrábamos en la ruta en dirección a la ciudad de Villa Gesell.

En el momento de llegar tuvimos la suerte de que en ese balneario estuviera Jorge Sartori junto a su novia, grandes pescadores que nos dieron una gran mano para capturar todo tipo de especies, y casi ser los artífices principales del relevamiento.

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Equipos utilizados

Para realizar la pesca variada de especies menores llevamos equipos de cañas de 3,50 hasta 4 metros, armadas para reeles rotativos capaces de soportar plomos de hasta 200 g. Los reeles fueron cargados con nylon del 0,28 hasta 0,35 mm, sumándole una salida trafilada que va de 0,38 a 0,75 mm para que soporte el chicotazo durante el lanzamiento.

Las líneas fueron de uno y dos anzuelos tamaño 4/0 y una buena variedad de plomos de entre 120 y 200 g, con formato de pera, satélites y algunas con alambre de destrabe para poder fijar la línea y que luego nos facilitara la tarea en el momento de traerla.

Con estos tipos de plomadas no vamos a fallar y podemos emplearlas de distintas maneras. Cuando no hay mucha correntada o necesitamos que nuestro plomo camine vamos a utilizar las peras. Si la correntada no es tan fuerte y debemos anclar la línea, con alguna del formato satélite u otras que tenga aletas vamos a poder pescar tranquilos. Y si el mar está muy revuelto y la correntada complicada, el que más nos ayudará va a ser el plomo original con alambres.

Para la pesca de tiburones llevamos equipos de caña acción 9 con reeles medianos a grandes cargados con nylon 0,60 mm y líneas que serían impulsadas por globos para alejarase de la costa.

Si hablamos de carnadas para la variada, no podemos olvidar de contar con anchoas, camarones, langostinos, magrú y calamaretes. Para el tiburón disponíamos de lisas, magrú y calamares, siempre conservándolos frescos con hielo en alguna conservadora y sacando lo justo y necesario para realizar la pesca. Todas las carnadas deben ir atadas con el hilo elástico para asegurarnos que no se desprendan en el momento del lanzamiento.

Nos encontramos muy temprano en la zona de Mar Azul y todos en una misma camioneta nos dirigimos hasta unos 7 km pasando el faro, lugar elegido para armar nuestra ranchada. El mar se encontraba tranquilo como agua de una pileta, con varios colores a la vista del pescador. Lo único que tuvimos que soportar fue el fuerte viento que teníamos a nuestras espaldas. Primero armamos los equipos pesados para intentar pescar algún tiburón o cazón, los dejamos fondeados, y luego nos dedicamos exclusivamente a la pesca menor.

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Piques incesantes

Encarnamos prolijamente los aparejos y casi al mismo tiempo fueron todos al agua en busca de las primeras capturas. Y sinceramente, los piques no tardaron nada en llegar.

Las cañas comenzaron a acusar tomada tras tomada y se veía la felicidad en el rostro de cada uno de nosotros. Jorgito y Agos pescaban caña en mano y no la largaron durante toda la jornada. Nosotros, los que contamos con unos añitos más, varias veces utilizamos los posacañas para apoyar las cañas y recogerlas cuando acusaran pique.

Tuvimos la oportunidad de capturar varias especies, entre las que destacamos corvinas rubias, carboneras, chuchos, rayas, brótolas, roncadoras y gatuzos, todas en el mismo lugar y con las mismas carnadas. Notamos que los pescados más grandes querían carnadas más generosas, e insistimos con voluminosos langostinos o anchoas cortadas al medio.

El langostino se enhebra prolijamente sin ajustarlo demasiado en el atado y a las anchoas les dejábamos las terminaciones libres, atando fuerte en la parte de arriba y unas vueltas por el resto del cuerpo para que no se giraran. Así obtuvimos las corvinas y brótolas más grandes.

Sin dudas, es un gran momento para visitar las playas del Faro Querandí y realizar un buen ensayo de vacaciones.

Nota completa publicada en revista Weekend 531, diciembre 2016.

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Julio Pollero

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