Hacía un tiempo que no iba de pesca a Melincué, una laguna del sur de Santa Fe poco frecuentada ya que no se permitía la pesca deportiva, que se encuentra a 320 km de esta capital. Sus aguas son de color marrón por la gran cantidad de minerales que poseen. A su vez, el espejo tiene una importante población de especies de aves, entre las que se encuentran flamencos andinos y australes. Su profundidad promedio es de 3 metros, llegando en algunos sectores a los 6 m.
El mapa de la zona
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Recorriendo la ruta de los pejerreyes
Su cubeta está desbordada y en este momento tiene alrededor de 12.000 hectáreas. Un grupo de aficionados del Club de Pesca El Ortondo sembró con alevinos de pejerrey una pequeña laguna que se comunica a Arriba: el encarne de mojarra de cola a cabeza fue sin dudas la mejor opción. Abajo: ya en el lugar elegido de pesca, preparando los equipos para empezar la faena. la de Melincué a través del canal o arroyo Pedernal. Esta siembra posibilitó que el pescado que se encontraba allí fuera migrando hacia la laguna mayor, convirtiéndola en un espejo único por la calidad de sus aguas.
¡A pescar!
Llegamos al predio del Club de Pesca y Náutica Melincué bien temprano, convocados por Diego Guapper y Diego Soler, guías de pesca de la zona. El club se encuentra sobre la ruta 90 y su acceso es de tierra en perfecto estado de conservación, llegando al predio después de recorrer 150 m. El lugar tiene cantina, proveeduría, bajada de lanchas y guardería de embarcaciones. Arrancamos con los preparativos de los equipos previos a la hora de salir de pesca, limpiando la embarcación, cargando las carnadas y también los elementos de seguridad. Después de los saludos reglamentarios con los dos Diegos, les pregunté cómo se estaba pescando. La respuesta fue que estaban picando entre 15 y 30 cm de profundidad.
Había que usar anzuelos grandes tipo Mustad 277 E 1 o 1/0, porque los pejerreyes eran de medianos a grandes y la pesca se haría gareteando y buscando diferentes partes de la laguna. Armamos nuestros equipos, todas cañas de más de 4 m para poder usar líneas con una mayor separación entre boyas, alrededor de 1,40 m, ra que el aparejo navegara sin tironear, y reeles frontales chicos con capacidad de 100 m del 0,25 o multifilamento del 0,18 mm. Nos dividimos en dos embarcaciones. En una nos alistamos con Alberto, Fernando y Andres Reynoso, un pescador lugareño al que desgraciadamente le falta una pierna pero no voluntad para subirse a una lancha y participar de una jornada de pesca. Y en la otra lancha irían Leandro y Soler. Estábamos por demás entusiasmados. Subimos a nuestra embarcación y por medio de un tractor entramos a la laguna.
Nota publicada en la edición 526 de Weekend, julio de 2016. Si querés adquirir el ejemplar, pedíselo a tu canillita o llamá al Tel.: (011) 5985-4224. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.
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