Tuesday 23 de April de 2024
SITIOS EXTERNOS | 19-11-2015 20:00

Gladiadores de Uatuma

En la cuenca del Amazonas, cerca de Manaos, una pesca en el río Uatuma y sus afluentes. El tucunaré en su máximo esplendor. Y una naturaleza que deslumbra.
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Cuando hablamos de pesca de tucunarés (también conocido como pavón o, en los

Estados Unidos, peacock bass), inmediatamente nos remitimos al Amazonas brasileño. Imágenes de ríos interminables, distintos tipos de verdes en la selva circundante y naturaleza en su mayor expresión con nosotros como testigos privilegiados de semejante espectáculo vivo.

Hecha esta corta introducción, voy a pasar a relatarles pormenores de la Expedición G

Loomis Amazonas 2015 a la que tuve el placer de ser invitado por Shimano Fishing Latin America, invitación –como reza esa frase tan famosa de la película El Padrino– imposible de rechazar.

El viaje desde Buenos Aires a Manaos (capital del Estado de Amazonas y principal centro poblado del norte de Brasil) se desarrolló sin inconvenientes. A las 23:50 hora Manaos (la zona tiene una hora menos) y con el equipaje ya retirado, me encontré con una cara amiga: Héctor Bradanini (del lodge La Zona, en Concordia) y su esposa, que estaban retirando en ese mismo momento su equipaje, pero provenientes de Brasilia. Así fue como, entre amigos, arribamos al hotel donde estaba alojado el resto del contingente de pescadores (que habían llegado el día anterior) para buscar unas preciadas 4 horas de sueño antes de levantarnos a las 5 de la mañana para un desayuno rápido y arrancar nuestro viaje.

Comienza la expedición 

Junto a Diego Valsi (con quien compartiría habitación, lancha y camarote durante el viaje) nos encontramos listos a las 5 AM y, luego de conocer al resto del contingente, un transfer nos llevó al aeródromo de Manaos donde embarcaríamos en dos aviones Cessna Caravan (el 4x4 del aire). Recién después de otro vuelo sin contratiempos arribamos a la pista de arcilla del aeródromo de Nova Olinda Do Norte, al sudeste de Manaos y sobre la costa del río Madeira.

En Nova Olinda se encontraba el Yanna (el barco hotel que nos albergaría los próximos seis días) repostando combustible y víveres para la travesía. ¿Nuestro destino? El río Uatuma y sus afluentes.

Cada pareja de pescadores tiene asignada una lancha y un guía, que serán los que nos

acompañarán los cinco días de pesca. Nos iba a guiar Julio, nativo de Manaos, hombre de pocas palabras pero muy gentil y con un oficio que denota años de pesca. Siempre atento a desenganchar señuelos con una técnica imposible de imitar y a indicarnos qué modelos de artificiales lanzar, hacia qué lugares y qué tipo de acción requiere cada uno para cada momento.

Las lanchas son todas del tipo bass trucker, con plataforma en proa y popa para comodidad de los pescadores, casco de aluminio, motores potentes y motor eléctrico en proa para ajustar los ángulos de tiro de los pescadores y no perturbar el ambiente.

Partiendo al amanecer, rara vez encontramos o nos cruzamos con alguna de las siete lanchas que nos acompañaban, excepto a las 11:30 cuando culmina la jornada “de mañana” para retornar al barco, almorzar, descansar unos minutos preciosos en la hora de peor calor y sol (la temperatura asciende a cerca de 40° y el sol a partir de las 8:30 es realmente picante), para retomar la actividad a las 14 nuevamente, donde Julio nos estaba esperando ya con todo listo para la pesca vespertina.

Nota publicada en la edición 518 de Weekend, noviembre de 2015. Si querés adquirir el ejemplar, pedíselo a tu canillita o llamá al Tel.: (011) 5985-4224. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

19 de noviembre de 2015

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Gabriel Procaster

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