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SITIOS EXTERNOS | 30-03-2015 17:12

Dorados y surubíes: gladiadores del Miriñay

Cerca de Monte Caseros, en la hermosa Corrientes, logramos los grandes trofeos de este afluente del río Uruguay.
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Había escuchado buenas referencias sobre la localidad de Monte Caseros, en la provincia de Corrientes. Ubicada a la vera del río Uruguay, es famosa por sus termas, la calidad de sus playas y sus coloridos carnavales. Pero no sabía nada de su pesca, por lo que decidí averiguar. Pronto me enteré que los artificiales reinan, así que fui a intentarlo.

Programamos el viaje con dos amigos y compañeros de pesca de muchos años: Sergio Maciel y Juan Lozano. La idea era partir un lunes, para llegar por la noche y preparar la salida el martes temprano. En el lugar nos esperaba un gran conocedor de la zona como Luis Monge, que apenas arribamos nos comentó que las intensas lluvias de días anteriores (cerca 200 mm) subieron el nivel del río y el agua se enturbió.

Pero decidimos salir de todas maneras, así que temprano el martes navegamos el Uruguay en busca del Miriñay. Se trata de un río con muchas piedras y gran cantidad de correderas, usualmente muy bonito. Sus aguas llegan desde los Esteros del Iberá, con excelente caudal. En condiciones normales, sin las últimas copiosas lluvias, las aguas son muy claras, haciéndolo apto para practicar la pesca con señuelos.

Luego de navegar unos 30 minutos hicimos la primera parada, cerca de un puente que cruza el arroyo, construido por el Ejército. En ese lugar se forman correderas muy interesantes, por lo que efectuamos algunos lanzamientos, con señuelos de diferentes acciones pero de paletas cortas para que no profundizaran mucho. Es que en esa zona no hay demasiada hondura y la piedra puede generar enganches muy molestos.

Tuvimos varios piques, pero no logramos traer ninguno a la lancha. Tomaban el anzuelo con mucha furia, pero en el primer salto se desenganchaban. Luego de varios minutos de estas pequeñas frustraciones, decidimos cambiar de zona, hacia un lugar muy especial.

El dique

Es un enorme murallón de piedras de cerca de 90 cm de ancho, construido por el hombre para limitar el vigor del Miriñay. El agua pega con mucha fuerza, por lo que se forman algunas correderas y marcada turbulencia. Es uno de los mejores lugares para lograr surubíes y dorados.

Nota publicada en la edición 511 de Weekend, abril de 2015. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al tel.: (011) 4341-7820 / 0810-333-6720. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

30 de marzo de 2015

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Alvarito .

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