Saturday 20 de April de 2024
NAUTICA | 07-11-2014 16:41

Quicksilver 268: sello de calidad

El Fórmula Quicksilver 268 de Marine Sur sale de lo tradicional en uno de los segmentos más competitivos del mercado actual.
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Como todos sabemos, el Astillero Marine Sur desde sus principios, allá a fines de los años 90, produce en su planta de Campana, Buenos Aires, embarcaciones en serie bajo un distintivo sello de calidad, ya que se trata del primer astillero argentino en tener una certificación ISO 9001 en la producción para todos sus modelos. Tanto el equipo técnico que ideó este barco, como sus constructores, definieron qué estaban buscando, qué quiere nuestro mercado y, también, la posibilidad de intentar, basados en una buena ecuación precio-producto, llegar a los mercados externos. Así nació el FQ268, un cabinado con 8,40 m de eslora total, que tiene muchas virtudes para ser una elección diferente, pudiéndose adaptar a requerimientos muy diversos.

Exterior con personalidad

Sus líneas externas generales son bien definidas: con mezcla entre rectas y redondeces típicas de estas épocas actuales. Sus perfil es esquemático: líneas suaves con vértices bastante agresivos. Incluso la proa tiene un ángulo muy lanzado con remate de tipo delfinera, aprovechando mejor la parte de proa, dando un volumen generoso al sector superior de cubierta para alojar un cómodo solárium.

El fondo ha sido proyectado para navegar en toda condición: dos deflectores por banda, una cantonera marcada y progresiva, y una “V” acentuada. La cubierta mantiene rasgos particulares, con buena altura a popa y una leve caída hacia el sector de la delfinera en proa, dando mayor aire deportivo y mejorando así la visibilidad desde el asiento del timonel.

El parabrisas, de gran superficie vidriada, posee un frente curvo y un perfil que acompaña la línea lateral de la cubierta. Además, posee un sector de apertura central para acceder a la zona de proa a través de una escalera junto al tablero de mando.

A bordo 

La eslora total del barco incluye la planchada que es bastante corta, pero lo suficiente para poder embarcar o acceder desde el agua. Una vez en el cockpit (al cual se ingresa por una puerta a babor), se encuentra la tapa de acceso a sala de máquinas, ajustada sobre una canaleta de buena altura para permitir el drenaje del agua en lluvia. El espacio es limpio y despejado, hasta un escalón de unos 20 cm que sube al nivel de piso de

timonera. Antes de subir a ese nivel, un gran asiento plegable para varias personas se ubica a popa, con lugar de guarda a los costados en sendas guanteras laterales.

Nota publicada en la edición 506 de Weekend, noviembre de 2014. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al tel.: (011) 4341-7820 / 0810-333-6720. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

07 de noviembre de 2014

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Martín D'Elía

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