Friday 29 de March de 2024
CAZA | 11-08-2014 12:01

Padrillo de la "125"

Jabalíes de calidad en Don Rodolfo, un campo cercano a Unanue, La Pampa, con servicios de primer nivel y apostaderos muy confortables para los cazadores.
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Hay ciertas personas que veo y trato con asiduidad, y no obstante no se establece ese inexplicable y recíproco sentimiento de participación afectiva llamado empatía. Con Claudio Binetti volvimos a encontrarnos después de cinco años, y fue como si nos hubiéramos visto la semana anterior. Creo que ello es solo posible en personas sencillas y abiertas que comparten una pasión, en este caso la caza mayor. Cuando me llamó Sebastián Abt para concretar mi visita a su campo, me preguntó si tenía problema en compartir la cacería con Claudio: no podía creerlo, nuestro anterior encuentro se produjo de la misma manera, cazando en La Porfiada. El día convenido pasó a buscarme y viajamos junto a su hijo Matías, acompañados por lluvias torrenciales hasta Carhué; el viento viró hacia el sur, refrescó y el sol nos devolvió la esperanza de cazar con buen clima.

Por las intensas lluvias llegamos con el tiempo justo para saludar, comer algo y cambiarnos para ir a apostarnos. Vestirse para soportar el céfiro polar empujado por vientos sureños no es fácil: capa sobre capa de materiales sintéticos aislantes para permanecer protegidos durante 9 o 10 horas.

El lugar 

Más de 2.000 hectáreas, casi todas de monte, ubicadas a 4 km del acceso pavimentado a Unanue, brindan una ubicación accesible aun en épocas de lluvia, ya que los caminos son arenosos. Una cómoda casa de campo con extensa cocina comedor, un estar con hogar y mesa de pool, luz eléctrica de línea, agua caliente y heladeras. Señal de celular y banda ancha para quienes no pueden permanecer incomunicados por razones laborales o para hacerlo con su familia. Cómodos apostaderos hechos con gruesos tablones para evitar rechinidos inoportunos. Uno de ellos, denominado con humor VIP, domina una pastura con charco cebado. Ventanas de vidrio rebatibles mediante un sencillo sistema de cuerdas permiten mantener el calor de un calefactor con salida al exterior. Instalado con cama incluida, permite que dos cazadores se alternen en el acecho, y le brinda al fatigado la posibilidad de dormir un rato mientras el otro vigila. En proceso de construcción se encuentran instalaciones más cómodas para incrementar la oferta de servicios.

Las esperas

Claudio y Matías se instalaron en el 125, apostadero ubicado a unos 7 km, que recibió ese nombre no muy halagüeño para la gente de campo, debido a cierta resolución que los tuvo a maltraer.

Sebastián me ubicó en una casilla elevada y disimulada por la frondosa vegetación, con vista a un charco provisto de cebadero automático. La visión se encuentra limitada por el bosque que lo rodea y por ello no se pueden anticipar ni percibir los ingresos: o se escucha a las cuadrillas bullangueras de cachorrones, o se ve a los jabalíes adultos cuando ingresaron al agua. Si el cazador está amodorrado se despabila por el chapoteo a unos 15 m. Pero así como los oímos entrar al agua, ellos también nos escuchan si cometemos un error y hacemos ruido al tomar el fusil o movernos para apuntar. Es una cacería difícil por la cercanía del charco y por la imposibilidad de prever las entradas.

Nota publicada en la edición 503 de Weekend, agosto de 2014. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al tel.: (011) 4341-7820 / 0810-333-6720. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

11 de agosto de 2014

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Bárbara Roesler

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