Thursday 28 de March de 2024
SITIOS EXTERNOS | 15-01-2014 11:17

Enfrentando el Glaciar Upsala

Un contingente de wakeboarders se enfrentaron a las congeladas aguas del Upsala. Galería de imágenes.
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El Glaciar Upsala es un enorme coloso azulado. Se levanta 40 metros en la superficie, como un feroz guardián del brazo oeste del lago Argentino. Amenazante, pero a su vez amenazado por el cambio climático, este frágil gigante es objeto de miles de visitantes anuales, quienes llegan a disfrutar de su inigualable belleza.

Fue la empresa Red Bull la que organizó esta aventura extrema y única en su categoría. El diez veces campeón argentino y sudamericano Martín Cutún fue invitado, junto al rider revelación Tomás Karagozian, a surcar las aguas del lago. Además, los norteamericanos Park Bonifay (icono mundial) y Adam Errigton, una estrella creciente, formaron parte de este grupo que enfrentaron las gélidas aguas del Upsala.

La innumerable cantidad de desprendimientos del glaciar fueron aprovechados por los riders como virtuales rampas desde donde despegar y realizar sus acrobacias. Más de una vez terminaron sufriendo en el agua, cuya temperatura rara vez supera los 0 grados. Es que los vientos, el sorpresivo oleaje y sobre todo la imprevisibilidad del glaciar suelen ser enemigos de un deporte como el wakeboard.

Esta disciplina, también conocida como cableski, requiere aguas calmas como las de un lago, o de la tranquilidad de los ríos. Esto es porque los riders viajan en una tabla, sosteniéndose de un manillar con un cable ligado a una lancha. Toda ruptura de la calma del agua suele afectar el desempeño del deportista.

Revista Weekend logró una entrevista exclusiva con los argentinos, en la que se explayan sobre las duras condiciones que tuvieron que atravesar en el Upsala.

Weekend: ¿Cómo es practicar este deporte en uno de los lagos más helados del planeta?

Martín Cutún: Fue una experiencia inolvidable. Tuvimos que prepararnos física y mentalmente para combatir el frío y los obstáculos naturales como los témpanos flotantes, que en algunas pasadas usamos como rampa para las piruetas.

Tomás Karagozian: ¡Para mí fue una locura! Ciertamente algo inolvidable, practicamos wakeboard en un lugar realmente espectacular. Pudimos observar la naturaleza en su máxima expresión. El frío se iba con la adrenalina,

W: ¿Qué sintieron en esta gélida y compleja aventura?

M.C.: Viví muchos sentimientos que jamás tuve antes, y eso me formó más como ser humano y deportista. Todo lo que hicimos en este viaje fue nuevo para mí, absolutamente desconocido, con interrogantes por donde lo mirara. No sabía qué me iba a cruzar en el día a día, y el haber superado los objetivos que me puse en este viaje fue una recompensa que nutrió un poco más mi experiencia como wakeboarder.

T.K.: Sobre todo felicidad, compartir este deporte con amigos en un lugar tan impresionante ayuda a que salga todo bien.

Nota publicada en la edición 496 de Weekend, enero de 2014. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al Tel.: (011) 4341-8900. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

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Claudio Deimundo

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