El 31 de agosto se puso en vigencia la veda total para la caza del jabalí en la provincia de La Pampa. No obstante, por las redes sociales seguí recibiendo numerosas fotos de cacerías y ejemplares cobrados de todos los tamaños y de ambos sexos. En un primer momento interpreté que eran imágenes anteriores a la interdicción, pero su profusión me hizo dudar y entonces profundicé sobre las circunstancias de tiempo y lugar de escenas y escenarios. En su mayoría difundían sin empacho cacerías llevadas a cabo en La Pampa, y en pleno período de veda. Conozco a cazadores y operadores cinegéticos de esa provincia que se conducen con seriedad y respetan a rajatabla los reglamentos en cuanto a épocas y cupos. Todos coincidieron en sus apreciaciones y relataron las distintas formas y los variados ardides urdidos para violar la prohibición.
Cotos
Si bien hay distintas categorías de campos acotados, esto es, cerramientos con alambrados, resulta necesario establecer una diferencia: el cerramiento total se lleva a cabo con alambre tejido, parte del cual se entierra; y el parcial se construye a partir del alambrado común, de hilos, en cuyos postes se sujetan varillas entre las cuales se tienden hilos adicionales para elevar la altura del conjunto. El total permite encerrar ciervos y jabalíes, mientras que el segundo es para ciervos, ya que el jabalí transita sin inconveniente por debajo o entre los hilos de alambre. Estimo que la veda no debería alcanzar a los cotos con cerramientos totales, ya que en ellos se cumple un plan de manejo de la fauna mediante la cría, alimentación suplementada con ración o sembrados, cupos de caza y censos de poblaciones.
Nota publicada en la edición 495 de Weekend, diciembre de 2013. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al Tel.: (011) 4341-8900. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.
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