Si usted pesca en baitcast, spinning o con mosca y yo le digo que va a sacar trairones de hasta 8 kilos, muchos tucunarés de hasta 4 y bicudas de hasta 80 centímetros de largo, ¿qué piensa? ¿No se queda pasmado? Lo mismo me pasó a mí cuando visité el río Suiá Micu en 2012 y, por eso, repetí el viaje hace unas pocas semanas.
Avión hasta Goiania, capital del estado brasileño de Goias, con escala en San Pablo. No bien bajamos, un cómodo micro cama para 40 personas nos llevó a los doce pescadores argentinos unos 950 kilómetros por asfalto hasta el pueblo de Querencia, ya en la provincia de Mato Grosso del Norte. Nos esperaban 170 kilómetros de ripio, tierra y, los últimos 30, a paso de hombre, por una senda en la selva. Una experiencia que no hizo más que aumentar nuestras ganas de pescar.
La posada Suiá Micu es muy cómoda, si se toma en cuenta que está enclavada en el Amazonas: habitaciones para dos o tres personas con aire acondicionado, piscina con lluvia artificial y sillas sumergidas para tomar un trago, quincho y todas las comidas incluidas es demasiado grato. Llegamos a las 14 y los más ansiosos hicieron algunos tiritos en el muelle, donde lograron pequeños chafalotes, pero a las 18 ya se hace de noche, así que a cenar y prepararnos mentalmente (lo que quiere decir casi no dormir) para pasar cinco días completos en el paraíso.
Recorriendo la ruta de los pejerreyes
Si bien todos los guías llevan en su bote de aluminio una abundante cantidad de morenas sin costo, este río es un encanto para pescarlo con artificiales. Existen varios puntos que son los más productivos. Veamos...
Nota publicada en la edición 493 de Weekend, octubre de 2013. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al Tel.: (011) 4341-8900. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.
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